Oprah Winfrey tira la casa por la ventana para celebrar sus 60 a?os
La presentadora destinar¨¢ la venta de todos sus muebles a causas solidarias Adem¨¢s, es casi seguro que a la fastuosa celebraci¨®n acudan Barack Obama y su familia
La palabra crisis no forma parte del vocabulario privado de la famosa presentadora y fil¨¢ntropa Oprah Winfrey. Al menos, ahora, en esta etapa de su vida, a a?os luz de la pobre chica negra de Misisipi, que vest¨ªa con sacos de patatas y fue violada por su t¨ªo y su primo, seg¨²n ella misma ha contado en entrevistas m¨¢s de una ocasi¨®n.
Icono medi¨¢tico, influyente, una celebrity con todas sus letras. Y rica, muy rica. Oprah ha decidido tirar la casa por la ventana para dar la bienvenida a los 60 a?os que cumplir¨¢ el pr¨®ximo 29 de enero. Al fin y al cabo, 100 millones de d¨®lares (72,5, de euros) son un pellizco muy peque?o en una fortuna valorada por la revista Forbes en 2.800 millones de d¨®lares (2.030 millones de euros).
En la lista de invitados est¨¢n los nombres m¨¢s glamurosos e influyentes del mudo del espect¨¢culo, los medios y la pol¨ªtica. Se baraja casi con toda seguridad la presencia de Barak Obama y su familia, pero ya se sabe que las actuaciones correr¨¢n a cargo de Beyonc¨¦ y Diana Ross, amigas personales de Oprah.
La lujosa mansi¨®n Promise land (Tierra prometida), en Montecito, una urbanizaci¨®n de residentes adinerados en la costa del Pac¨ªfico (al oeste de Los ?ngeles), va a ser remodelada completamente para la fiesta. Servir¨¢ tambi¨¦n de nuevo espacio para Winfrey, que desea tener la sensaci¨®n de afrontar con una visi¨®n renovada la sexta d¨¦cada que est¨¢ a punto de enfilar. Ella misma ha declarado que ya no necesita los 14 ba?os y las 6 habitaciones de la mansi¨®n que compr¨® hace 10 a?os por m¨¢s de 35 millones de euros para satisfacer los sue?os de la chica pobre que anhelaba ser rica y rodearse de glamour. Ahora siente que ese lujo es ¡°poco aut¨¦ntico¡± para sus 60 a?os, as¨ª que ha decidido deshacerse de los candelabros, los espejos dorados, los almohadones bordados a mano del siglo XIX, la biblioteca y todos los muebles de estilo.
Pero no es que vaya a hacer una hoguera con todo ello. Al contrario, lo mostrar¨¢ todo en California con el fin de subastar el pr¨®ximo mes todos esos objetos exquisitos. El dinero recaudado ir¨¢ a parar a obras ben¨¦ficas, una labor a la que la presentadora lleva dedicada desde que se empez¨® a amasar fortuna. Es parte de su imagen de marca y le ha granjeado el aprecio y la consideraci¨®n del p¨²blico estadounidense, para quienes la encarna el mito del ¡°sue?o americano¡±.
La mansi¨®n quedar¨¢ desnuda, lista para la fiesta del siglo, una vez que la redecore la dise?adora de interiores Rose Tarlow, cuyos sof¨¢s y accesorios tienen fama de ser extremadamente caros. Junto a ella trabajar¨¢ Colin Cowie, un conocido organizador de fiestas por todo lo alto que no se priva de introducir en sus montajes elefantes, piscinas llenas de flores y camareros con el torso desnudo.
Mientras su famosa mansi¨®n est¨¢ en obras, Oprah Winfrey puede optar por vivir en alguna de las otras casas que tiene repartidas por todo el planeta (Chicago, Misisipi, Haw¨¢i y Sud¨¢frica) y que, por cierto, tambi¨¦n piensa redecorar. Pero lo m¨¢s seguro es que permanezca en California supervisando la filmaci¨®n de los preparativos de la fiesta, a cargo de su cadena televisiva, Oprah Winfrey Network (OWN) que, por fin, este a?o ya ha superado los n¨²meros rojos. Las c¨¢maras recoger¨¢n la fiesta en vivo, incluidas las resacas del d¨ªa siguiente.
Un productor de Harpo, propiedad tambi¨¦n de la presentadora, describe los tres meses que se avecinan como los ¡°m¨¢s intensos, y locos que van a tener que vivir en la preparaci¨®n de una fiesta¡±. As¨ª lo quiere Winfrey, que esta vez ha decidido remontar su nueva d¨¦cada de vida con un despliegue millonario. Todo un r¨¦cord en el mundo de las fiestas, que seguro ser¨¢ muy dif¨ªcil de batir.
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