Patriotas
Ahora est¨¢bamos intoxicados con los catalanes, pero nos han salido los de la Espa?a eterna
En casi todos los pueblos de Espa?a se lleva con orgullo la presunci¨®n de que los varones aut¨®ctonos sean los m¨¢s burros y los m¨¢s borrachos del pa¨ªs, por no decir del mundo. Es posible que esta actitud sea un reflejo del patriotismo que siempre hemos padecido. Pero tambi¨¦n es posible, viendo lo que pasa con los yihadistas musulmanes y lo que pas¨® hasta hace poco en los Balcanes, o algo m¨¢s de tiempo en muchos otros pa¨ªses de Europa, que los espa?oles no seamos tan distintos a otros pueblos. Lo que no es un consuelo, sino todo lo contrario, porque aceptarlo significa ser consciente de que no hay ning¨²n lugar seguro en todo el orbe.
Hay patriotismo para regalar. En Espa?a, desde luego. Lo ¨²nico que les molesta a los patriotas es que haya patriotismos distintos al suyo. No est¨¢ de m¨¢s pasar lista: hay patriotas espa?oles de pura cepa, los hay vascos, catalanes, gallegos, y hasta andaluces (cr¨¦anme, los hay).
Ahora est¨¢bamos intoxicados con los catalanes, pero nos han salido los de la Espa?a eterna. La n¨®mina se nos ha plantado en la cara con toda su crudeza. Y es larga y preocupante.
Lo que va m¨¢s all¨¢ es lo del ministro de Justicia, Alberto Ruiz-Gallard¨®n. Se a ha atrevido a poner en solfa a un magistrado llamado Luis L¨®pez Guerra por haber votado a favor de la derogaci¨®n de la retroactividad de la doctrina Parot. Y el PP, tras el ministro de Justicia, le acusa de ser un antipatriota. O sea, le ha puesto a los pies de los caballos, y de las mulas. A los pies de los borrachos valentones.
El ministro de Justicia no ha hablado de la ley, sino de la patria.
Hoy, m¨¢s que nunca, la algo manida frase de Samuel Johnson: "el patriotismo es el ¨²ltimo refugio de los canallas."
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