Otro Madrid
Cuando se desocupa la cultura, entra a saco la vulgaridad
Dom¨¨nec Font se dio cuenta de que iba a morir y el libro, el libro que ¨¦l escrib¨ªa, tambi¨¦n fue consciente del final. As¨ª que el ¨²ltimo cap¨ªtulo de Cuerpo a cuerpo es una coda que canta como un grillo cojo en oto?o: ?Espera un poco, invierno! Font y el libro vieron la muerte a un tiempo. Font la encar¨® y le dijo:¡°?J¨®dete!¡±, y el libro aprovech¨® ese instante fronterizo para posarse como un lugar que antes no exist¨ªa. Por eso Cuerpo a cuerpo tiene la forma de una topograf¨ªa sin l¨ªmites que deja atr¨¢s como una arqueolog¨ªa gran parte de lo escrito hasta ahora en Espa?a a partir del cine. Hace poco particip¨¦ en el jurado de un premio de ensayo y lo propuse. No qued¨® ni de finalista. No porque gustase o no. Simplemente se hab¨ªa librado del premio, como antes de la muerte. Va demasiado por delante. Un exiliado futurista. En Espa?a, ha habido genios y arte genial, pero siempre han sido exc¨¦ntricos, expulsados, exiliados. Nuestras naturalezas muertas tienen toda la condici¨®n de naturalezas asesinadas. Fue un rey intruso, Jos¨¦ I, Pepe Botella para la historia oficial, el primero que tuvo la idea de levantarle un busto a Cervantes. Y quien concibi¨® un museo de Bellas Artes que acabar¨ªa siendo el Museo del Prado. Paseando por la caospolis que hoy es Madrid, sorteando met¨¢foras malolientes, me inquieta una de las ideas de Cuerpo a cuerpo: vivimos en un mundo que ha aceptado su ca¨ªda. Madrid necesita otro alcalde o alcaldesa con urgencia, un Gobierno que gobierne, aunque sea el espectro de Pepe Plazuelas. Necesita tambi¨¦n una metamorfosis para levantarse de la ca¨ªda, reinventarse como un cuerpo que sue?a. Es un lamento escrito desde el afecto. La decadencia de Madrid tiene que ver con la desactivaci¨®n de su pulso cultural. Cuando se desocupa la cultura, entra a saco la vulgaridad. Hay un remedio: otro renacimiento. Todos necesitamos otro Madrid.
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