N¨¢poles
A¨²n no han comenzado a arder los montones de detritus porque todav¨ªa no tenemos bastante mafia como para competir con la ciudad italiana
Madrid ya es N¨¢poles. Gracias a la Fundaci¨®n Germ¨¢n S¨¢nchez Ruip¨¦rez, en un espacio di¨¢fano, acogedor y ejemplar por muchas razones, el Matadero, los visitantes pueden conocer una de esas muestras que se pueden contemplar muy pocas veces en la vida: la Biblioteca de Herculano.
Eso se lo debemos tambi¨¦n a un rey que fue alcalde, el que se invent¨® Madrid, Carlos III, el principal impulsor de las excavaciones rigurosas, cient¨ªficas, dise?adas para rescatar los tesoros que hab¨ªan quedado sepultados bajo las cenizas y la lava que el Vesubio arroj¨® sobre Pompeya y Herculano en el siglo I.
Una exposici¨®n irrepetible, de la que los italianos han dicho que no volver¨¢ a tener lugar en t¨¦rminos parecidos por lo que les ha hecho sufrir el traslado de algunas piezas. En las salas del Matadero se desenrollan los papiros, se yerguen los vaciados de los originales de bronce y se abren maravillas de la edici¨®n del siglo XVIII, para culminar con frescos de una fuerza descomunal hechos para la eternidad. Eso fue la bah¨ªa de N¨¢poles. Y Madrid lo goza por un tiempo tasado.
Cuando se sale del recinto de la exposici¨®n a respirar el aire c¨¢lido que el cambio clim¨¢tico nos trae, ah¨ª est¨¢ tambi¨¦n N¨¢poles. Una alcaldesa, Ana Botella, nos ha regalado la evocaci¨®n. Hay basura para la eternidad, para que el visitante for¨¢neo recuerde Madrid como la villa de la mierda y la desolaci¨®n. A¨²n no han comenzado a arder los montones de detritus porque todav¨ªa no tenemos bastante mafia como para competir con la ciudad italiana. Pero ya huele, y hay quien asegura haber visto cad¨¢veres de ratas, que es lo ¨²nico peor que las ratas vivas.
La alcaldesa medita si comprometer al ej¨¦rcito en la limpieza. Para luchar contra los trabajadores peor pagados de Espa?a.
Habr¨ªa otra f¨®rmula: echar de la alcald¨ªa a Ana Botella. Sin el ej¨¦rcito.
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