Cr¨ªa pijos
Porque no coinciden mucho por Sotheby¡¯s, que si no Tita Cervera e Isabel Pantoja pod¨ªan pasar sus buenos ratos hablando de los ni?os
A veces, cuando estoy en modo encefalograma plano en un atasco, antes de coger el sue?o, o sentadita donde yo te diga esperando a que se obre el milagro, me asalta una duda metaf¨ªsica: ?qu¨¦ estar¨¢ haciendo ahora mismo el Papa Em¨¦rito? S¨ª, mujer, Joseph Ratzinger, Benedicto XVI para los siglos. Ese sumo pont¨ªfice con pinta de abuela de Caperucita que sac¨® del armario todos los tocados de sus ancestros para no coger fr¨ªo en la tonsura y, de paso, ir conjuntado de arriba abajo mientras condenaba a todos los gais del globo menos a los de su lobby interno. S¨ª, tonta: ese santo var¨®n al que se cargaron los cuervos que hab¨ªa criado a sus pechos, como a todo patr¨®n desde que Judas vendi¨® a Cristo. Que s¨ª, pesada, el que se retir¨® del mundanal ruido con su secretario, Georg G?nswein, el obispo m¨¢s macizo desde el p¨¢jaro espino, as¨ª tambi¨¦n dejo yo el curro y me entierro en vida.
Pues bien, ignoro c¨®mo mata el tiempo Su Ex Santidad Benedicto enclaustrado con su ap¨®stol y las cuatro seglares que les arrullan. Pero lo que hay que reconocerle es que no da un ruido ni sermonea a su heredero, el Papaflauta Francisco, pese a que apuesto a que opina que el porte?o le ha salido m¨¢s rana que Urdangarin a la Corona. Un tipo discreto, el Papa Jubilata. Lo suyo ha sido desaparecer del mapa, y no lo de los expresidentes Aznar y Gonz¨¢lez, que no paran de dar la brasa, enmendarles la plana y cuestionar el liderazgo de sus delfines Rajoy y Rubalcaba.
Pues eso, que iba yo el jueves en modo piloto autom¨¢tico por la M-40, reflexionando sobre la problem¨¢tica de las relaciones paterno filiales, cuando salta la radio con que han detenido a Jos¨¦ Fernando, el hijo adoptivo de Ortega Cano, por agredir y robarle el coche a un pollo a la salida de un prost¨ªbulo. Lo vi cristalino: cr¨ªa pijos en cautividad, y te saldr¨¢n canis o chonis dependiendo del g¨¦nero. Una jaula es una jaula, se llame Vaticano, Yerbabuena, Cantora o Villa Favorita. Y la cabra tira al monte por mucho lazo que le pongan desde la cuna.
Acu¨¦rdense de Carmen Thyssen ex-Cervera y su idolatrado hijo Borja ?dem. Pobre Tita: toda la vida educando al ni?o entre caravaggios y pisarros vestidito de capit¨¢n de yate, para que se le cruzara un d¨ªa una tal Blanca Cuesta con unos shorts a ras de pelvis y torciera el rumbo de esa lumbrera para los restos. Desde entonces, la baronesa no levanta cabeza, y Borja solo pisa el museo para intentar levantarle la herencia en vida.
Porque no coinciden mucho por Sotheby¡¯s, que si no Tita e Isabel Pantoja pod¨ªan pasar sus buenos ratos hablando de los ni?os porque, con todo respeto para la copla, el circo y las personas de talla baja, a la tonadillera tambi¨¦n le crecen los enanos. Primero fue Kiko, el primog¨¦nito, ese cr¨¢neo privilegiado vilipendiado por una legi¨®n de lagartonas que solo le valoran por su f¨ªsico y su apellido. Y ahora, la benjamina, Chabelita, la de los ojitos pixelados hasta que nos enteramos a la vez de que cumpl¨ªa 18 a?itos y cinco meses de embarazo de un ni-ni jerezano. Dicen las revistas que es un plan de la ni?a para cambiar el yugo materno por el yugo que yo te diga. Yo ni entro ni salgo. Lo que te digo es que mi tesis no entiende de sexos, razas ni clases. Y si no, mira a Froil¨¢n pet¨¢ndolo en Joy Eslava.
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