Hacia una reforma fiscal coherente
Los impuestos deben cambiar para que haya m¨¢s crecimiento y m¨¢s ahorro
La econom¨ªa espa?ola necesita una profunda reforma fiscal. Sorprende que este asunto no haya recibido especial atenci¨®n hasta mediados de 2013, con la constituci¨®n de una comisi¨®n de estudio, a pesar de las muy numerosas modificaciones habidas en el sistema tributario que lo han convertido en algo dif¨ªcil de comprender y gestionar. Se ha intentado, aparte de recortar el gasto, aumentar los tipos impositivos sin modificar en serio los impuestos, con el resultado de una recaudaci¨®n insuficiente.
Existen opciones para contar con impuestos progresivos y eficientes que, fomentando el ahorro y la inversi¨®n, colaboren en el logro de crecimiento econ¨®mico y de m¨¢s empleo, permitiendo reducir nuestro gran endeudamiento. As¨ª se lograr¨ªa una reforma sustancial, adecuada a este momento, que, eliminando ventajas fiscales particulares, ayude a que Administraci¨®n, empresarios y trabajadores logremos avanzar en la salida de la crisis. Veamos alguno de los aspectos de esa reforma, ci?¨¦ndonos a la imposici¨®n sobre la renta.
Hay que cambiar los impuestos para dotarlos de objetivos coherentes, logrando recaudaci¨®n con un sistema bien articulado, transparente y estable que impulse el crecimiento econ¨®mico y reparta equitativamente los costes de la financiaci¨®n p¨²blica. La realidad econ¨®mica exige, como es habitual y m¨¢s en estos momentos, crecer con una inversi¨®n productiva que aumente el empleo y la renta.
En Sociedades ser¨ªa ¨²til bajar el tipo al 25% y eliminar los beneficios fiscales
Repartir con equidad los impuestos requiere progresividad impositiva, la cual puede referirse al tipo medio de gravamen o al tipo marginal. El aumento de los tipos medios refleja mejor la idea subyacente a estos conceptos que es, en definitiva, que se paguen mayores impuestos si se es m¨¢s pr¨®spero. En cambio, no siempre es buen negocio tener tipos marginales muy altos en un sistema fiscal, dados sus costes de eficiencia y si la recaudaci¨®n disminuye porque se elude el impuesto o se limita la progresi¨®n del tipo medio (que genera realmente la recaudaci¨®n) v¨ªa ventajas fiscales cuyos beneficios se reparten de forma desigual y opaca.
El fraude fiscal es igualmente un hecho que altera la progresividad real del sistema tributario y origina una redistribuci¨®n peculiar desde quienes contribuyen honradamente hacia los que defraudan. Situ¨¢ndonos en un contexto amplio, el de la econom¨ªa sumergida, los valores estudiados apuntan a que el alcance de este asunto no es peque?o. Espa?a, con un 22,8% del PIB de econom¨ªa sumergida para el periodo 1999- 2010, est¨¢ en la parte alta de la clasificaci¨®n. Para los pa¨ªses de la OCDE, el volumen promedio, en el periodo indicado, alcanza el 20,3% en t¨¦rminos del PIB nacional. Se trata de una asignatura pendiente que hay que atender con preferencia.
En el IRPF, es claro que los m¨ªnimos personales y familiares tienen un alto coste de recaudaci¨®n perdida. Sin embargo, hay que utilizar el IRPF para que entren, o permanezcan, en el mercado de trabajo las madres con hijos peque?os, a trav¨¦s de m¨ªnimos familiares por descendientes ofrecidos con m¨¢s generosidad a la mujer cuando, digamos, los hijos tiene menos de cinco o seis a?os y menos generosos despu¨¦s (aunque es seguro que tiene m¨¢s importancia que las empresas posibiliten de verdad la conciliaci¨®n de la vida laboral y familiar). Una ¡°subvenci¨®n¡± an¨¢loga, en cuanto al m¨ªnimo personal, se puede otorgar a quienes est¨¢n ya en la edad de la jubilaci¨®n para que sigan trabajando un poco m¨¢s, lo que tiene claros efectos sobre el gasto en pensiones.
La apuesta por un IRPF dual, mejorando el que tenemos, es tambi¨¦n aconsejable. El impuesto dual, con un tratamiento suavizado de las rentas del capital para fomentar el ahorro y la inversi¨®n, es un invento de los Estados escandinavos, pa¨ªses con econom¨ªas y Administraciones P¨²blicas que han logrado una buena combinaci¨®n de un capitalismo competitivo con un sector p¨²blico amplio y eficiente.
Por ¨²ltimo, hay que prestar una atenci¨®n principal a la presentaci¨®n al p¨²blico de la estructura del IRPF, y de su declaraci¨®n anual, para que el contribuyente pueda conocer, con cierta facilidad, por qu¨¦ paga lo que paga, qu¨¦ es lo que previsiblemente pagan los dem¨¢s, y a qui¨¦n se contribuye (Administraci¨®n central o aut¨®noma). Solo un IRPF sencillo y transparente podr¨¢ ser aceptado socialmente y lograr continuidad en el tiempo, especialmente si se complementa con una rendici¨®n de cuentas apropiada del destino de su recaudaci¨®n.
Hay que utilizar el IRPF para que entren en el mercado de trabajo las madres con hijos peque?os, a trav¨¦s de m¨ªnimos familiares por descendientes
En relaci¨®n al impuesto sobre sociedades (IS), est¨¢ com¨²nmente aceptado que la disminuci¨®n del tipo nominal, por ejemplo al 25%, junto con la ampliaci¨®n de bases imponibles y la eliminaci¨®n de beneficios fiscales, ofrece buenos resultados para la inversi¨®n empresarial. La competencia fiscal internacional es otra buena raz¨®n para aplicar tipos relativamente bajos en el IS, en l¨ªnea con los de nuestros competidores por la inversi¨®n extranjera.
Otra reforma de gran inter¨¦s, si se desea promover con mayor urgencia, y riesgo recaudatorio, la inversi¨®n productiva es considerar las alternativas existentes al IS tradicional. Entre estas, las m¨¢s interesantes son las que eliminan la distorsi¨®n que el IS introduce en la escala de inversi¨®n y reducen el sesgo a favor del endeudamiento que este impuesto genera.
La opci¨®n m¨¢s conveniente para una transformaci¨®n profunda del IS, adem¨¢s de simplificarlo, eliminar buena parte de sus beneficios fiscales y reducir su tipo de gravamen, es establecer una deducci¨®n en la base imponible por patrimonio neto o fondos propios (capital m¨¢s reservas). Con esta deducci¨®n se excluye de tributaci¨®n el rendimiento normal del capital, haciendo al impuesto neutral en cuanto al nivel de inversi¨®n, y se equilibra la ventaja del endeudamiento en el IS tradicional.
Esta alternativa tiene como principal inconveniente la disminuci¨®n de la recaudaci¨®n, pero se puede implantar gradualmente, aplicando la deducci¨®n solo a los aumentos de patrimonio neto que se incorporen a las empresas en cada ejercicio, como se ha puesto en pr¨¢ctica en Italia desde 2011. Se trata de un cambio fiscal que har¨ªa m¨¢s productivo el trabajo y competitiva la econom¨ªa. Fomenta la capitalizaci¨®n empresarial y ofrece neutralidad fiscal frente al endeudamiento, dos est¨ªmulos muy convenientes para la empresa espa?ola cuya deuda es, en la actualidad, excesiva.
Emilio Albi es catedr¨¢tico de Hacienda P¨²blica en la Universidad Complutense. Ha publicado recientemente Reforma fiscal (Civitas).
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.