El peor enemigo de la mujer, es la propia mujer

Es triste admitirlo, pero es un hecho: el peor enemigo de la mujer, es la propia mujer. Por lo tanto, si se quiere combatir el machismo (o sexismo, si se prefiere) habr¨ªa que hacer un examen de conciencia y ver si es posible y en qu¨¦ medida cambiar la percepci¨®n de la mujer sobre s¨ª misma y sobre su respuesta en un mundo fundamentalmente patriarcal.

Es una mujer adulta la que ha publicado un libro aconsejando la sumisi¨®n de la mujer en el matrimonio. Son mujeres adultas las que, criticando el velo, siguen apoyando a una Iglesia cat¨®lica en la que s¨®lo son admitidas como miembros de segunda clase, son ellas las que se promocionan, incluso en la vida pol¨ªtica, ofreciendo al p¨²blico una imagen sensual o declaradamente er¨®tica, las que dejan que sea su pareja masculina quien conduzca su propio coche, las que aceptan determinadas conductas masculinas justific¨¢ndolo con el simple argumento de que ¡°ellos son as¨ª¡±. Y esta es, tambi¨¦n tristemente, la imagen que ofrecemos a nuestros adolescentes y de ah¨ª el inquietante resultado de la encuesta llevada a cabo por la Universidad Complutense de Madrid sobre conductas sexistas de los adolescentes espa?oles. Se educa primordialmente con el ejemplo. Por lo tanto, si las mujeres, principales interesadas, seguimos aceptando, y colaborando en la pr¨¢ctica, a mantener los estereotipos machistas, los resultados de tal encuesta se repetir¨¢n a?o tras a?o inevitablemente. Si queremos que algo cambie, desde el convencimiento incuestionable de que la mujer no es inferior al hombre, debemos dejar de consentir que nos traten o nos presenten como si lo fu¨¦ramos.¡ª Paloma Nicol¨¢s Mu?iz.