De baile en baile
As¨ª como debe de ser dif¨ªcil explicarle a un pr¨ªncipe que algo falla en el avi¨®n, tambi¨¦n es complicado aceptar el encargo de retratar a una familia real
La vida es un baile, y las ¨²ltimas semanas del a?o, con o sin crisis, est¨¢n llenas de ellos. Entre baile y baile suceden cosas, como el acuerdo sobre el yacimiento petrolero de Vaca Muerta en Argentina, que ha tenido en danza a tres pa¨ªses: nuestra atribulada Espa?a, la gaucha Argentina y el emergente M¨¦xico. Un baile que finalmente ha hecho subir como un cohete la acci¨®n burs¨¢til de Repsol.
Todo lo contrario que ese avi¨®n que deb¨ªa transportar al pr¨ªncipe Felipe a Brasil, pero que se qued¨® en tierra. O sea, tambi¨¦n les pasan cosas a los Air Force Familia Real. El piloto detect¨® que un aler¨®n no reaccionaba justo una hora antes de cruzar el Atl¨¢ntico de madrugada. El Pr¨ªncipe, que como todos sabemos es una de las dos personas m¨¢s pacientes de Occidente, estuvo hasta las ocho de la ma?ana junto a su entorno (no tiene corte, pero tiene entorno) esperando hasta que lleg¨® esa inc¨®moda confirmaci¨®n: nos quedamos en tierra. Como una vaca muerta. Muy poco despu¨¦s se produjo la salida de su padre, el Monarca, del hospital por su reciente intervenci¨®n quir¨²rgica. Felipe tendr¨¢ que esperar otro avi¨®n m¨¢s.
As¨ª como debe de ser dif¨ªcil explicarle a un pr¨ªncipe heredero que algo falla, tambi¨¦n debe de ser complicado aceptar el encargo de retratar a una familia real. Lo de Dinamarca ha sido todo un baile, una polca. Este martes, cuando nos despertamos con el g¨®tico retrato en la prensa, muchos cre¨ªmos que la reina Margarita era Jessica Lange en American horror story. Pasado el sobresalto, gente de mi entorno quiso ver alegor¨ªas en las ruinas que bajo un aire hamletiano sirven de fondo del cuadro. Thomas Kluge, el pintor, pas¨® cuatro a?os, entre dudas y pinceles, peleando con ese cuadro y sus propios demonios. ?C¨®mo empiezas a pintar un cuadro as¨ª cuando sabes que Hamlet arranca con esa frase sentenciadora: ¡°Algo huele a podrido en Dinamarca¡±? Igual de dif¨ªcil lo debe de tener nuestro maestro hiperrealista Antonio L¨®pez, quien se enfrenta al mismo cometido desde hace 17 a?os, cuando se le hizo el hiperreal encargo. El cuadro est¨¢ inacabado, basado en una foto de 1992 de los Reyes y sus tres hijos. Y pese a que el pintor confirm¨® que es su proyecto m¨¢s urgente, no hay manera, no lo termina. Ahora nos re¨ªmos del retrato de la familia real danesa, pero cuando el de la nuestra est¨¦ concluido, ?c¨®mo vamos a reaccionar? Eso debe de inquietar a L¨®pez. Han cambiado tantas cosas y personas en la familia real y su entorno: dos varones han aparecido y desaparecido, a lo mejor a la infanta Cristina habr¨¢ que pintarla con una banderita suiza o unos inocentes embutidos. Eso s¨ª, a do?a Elena, con el mel¨®n constitucional que llev¨® a merendar con su padre en su pen¨²ltimo ingreso hospitalario. Y desde luego, Letizia, con sus hijas vestidas igual que en la pel¨ªcula El resplandor, de Kubrick.
Ese aire asustante se repite estos d¨ªas en v¨ªdeos virales que parodian el anuncio de la Loter¨ªa de Navidad con su inusitado ambiente g¨®tico, y que resultan m¨¢s ingeniosos que el anuncio original. Tambi¨¦n como una gripe se multiplican las separaciones y finales, como la de Cayetano Rivera y Eva Gonz¨¢lez, la de Alex Gonz¨¢lez con su novia Adriana Ugarte y la de Berlusconi con el poder. Fin de una era, triste entre los j¨®venes porque perdura la idea de que juventud + amor maridan mal. Pero inquietante en lo del rey del bunga bunga. De momento, Berlusconi ha prometido que no se esconder¨¢ en un convento. Y entonces, ?d¨®nde?
Lo viral siempre afecta al entorno, que es otra palabra que empleamos con gusto estos d¨ªas. Est¨¢ el entorno sevillano de UGT, que por muy sindicato que sea no ha podido evitar sentirse atra¨ªdo por el fuerte olor de la corrupci¨®n. ?Qu¨¦ pasa con las malolientes tramas corruptas, tanto de talla grande como de talla peque?a, que a todas les chifla la ropa y los accesorios? ?Qu¨¦ puede coser a UGT con G¨¹rtel? Pues unos trajes regalados, unos bolsos falsificados y la sensaci¨®n de que todo acabar¨¢ deste?ido. La ¨²nica diferencia entre nuestra corrupci¨®n y la latinoamericana es que ponemos mucho empe?o en ir a la moda y con buena apariencia.
Barcelona avanza cosida a su mar de fiestas mientras en Madrid se cuecen los complots sobre una posible encuesta en el partido de gobierno para dilucidar el futuro de la alcaldesa y esposa del expresidente de Gobierno. Decirle a los madrile?os que los rusos y los coreanos y hasta los canadienses, y sus monedas, prefieren a Barcelona es pr¨¢cticamente igual que ense?arles a los ni?os el cuadro de la familia real danesa antes de irse a dormir. Si en la capital todo son entornos conflictivos, en Barcelona siempre hay un amigo ruso. L¨ªo, esa exitosa sala ibicenca, ha abierto una temporada en un teatro de La Rambla y, zas, los rusos han contratado el show entero para una fiesta privada en Mosc¨². Era lo m¨¢s comentado en la cuarta Gala Sida, aparte de que Antoni Brufau, presidente de Repsol, y su elegante esposa aportaran una cantidad importante y que Tamara Falc¨® y Eugenia Mart¨ªnez de Irujo no paraban de conversar con Nacho Vidal, el rey del porno nacional. ¡°Es adorable¡±, sentenci¨® una testigo. Todos a bailar.
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