Los nazis est¨¢n entre nosotros
El refer¨¦ndum constitucional croata muestra el coraz¨®n podrido de Europa
Imag¨ªnense el siguiente escenario dist¨®pico: despu¨¦s de un partido de f¨²tbol, en uno de los estadios m¨¢s grandes de Alemania, uno de los jugadores se hace con un micr¨®fono y grita: ¡°?Heil Hitler!¡± M¨¢s de 30.000 personas contestan con una sola voz: ¡°?Heil!¡±. Solamente unos d¨ªas m¨¢s tarde, el 65% de los alemanes decide votar contra los homosexuales en un refer¨¦ndum nacional. Al mismo tiempo, se est¨¢n ya recogiendo firmas para organizar otro refer¨¦ndum, esta vez para prohibir la lengua yiddish. ?C¨®mo llamar¨ªan ustedes a estos acontecimientos? ?Democracia, o tal vez¡ nazismo?
Hasta ahora, Croacia hab¨ªa celebrado tres refer¨¦ndums, el primero tuvo lugar en 1991, para declarar su independencia de Yugoslavia, el segundo se celebr¨® en 2012, sobre el acceso a la Uni¨®n Europea, y el tercero se ha celebrado el 1 de diciembre de 2013, para cambiar la definici¨®n de matrimonio en la Constituci¨®n. Justo unos d¨ªas antes del refer¨¦ndum, en la celebraci¨®n de la clasificaci¨®n de Croacia para la Copa del Mundo, el futbolista Joe ?imunic', agarr¨® un micr¨®fono y grit¨® a los aficionados desde el terreno de juego: ¡°?Por la patria!¡±. Los 30.000 fans contestaron: ¡°?Listos!¡±, lo cual podr¨ªa no sonar como nada en especial si no fuera porque hab¨ªa empleado la frase ¡°Za dom spredni!¡±, un antiguo grito de guerra utilizado por los ustashas, los colaboradores croatas del r¨¦gimen nazi que enviaron a decenas de miles de serbios, jud¨ªos y otros a los campos de concentraci¨®n.
En 1941, el r¨¦gimen croata pro-nazi promulg¨® una ley que prohib¨ªa el alfabeto cir¨ªlico en el territorio del Estado Independiente de Croacia (NDH); a diferencia de ello, el actual gobierno croata se propone establecer una ley seg¨²n la cual el biling¨¹ismo sea indispensable en los lugares donde una minor¨ªa supere el 30% de la poblaci¨®n. En septiembre de este a?o se pusieron placas en cir¨ªlico en edificios oficiales de Vukovar, una ciudad que fue asediada y destruida por los serbios en 1991. Pero los carteles fueron derribados por manifestantes enfurecidos. Los mismos que ahora han empezado a reunir firmas para que se celebre un refer¨¦ndum sobre los derechos de las minor¨ªas ¨¦tnicas biling¨¹es con el objetivo principal de que, para la introducci¨®n del biling¨¹ismo en favor de una minor¨ªa ¨¦tnica, se eleve el umbral al 50% de la poblaci¨®n. En otras palabras, a alg¨²n genio se le ha ocurrido la idea de que una minor¨ªa puede tener derechos solamente si es una mayor¨ªa.
Lo que demostr¨® el 65% que vot¨® a favor de prohibir los derechos de los gais es que la verdadera amenaza para la familia ¡ªque supuestamente es lo que se defend¨ªa durante el refer¨¦ndum constitucional croata¡ª no son los gais ni otras minor¨ªas. La verdadera amenaza para la familia es exactamente toda esa gente que no se da cuenta de que es el capitalismo el que la est¨¢ destruyendo. Tan s¨®lo una semana antes del refer¨¦ndum, el gobierno croata dej¨® preparado el plan para privatizar el agua. Y por lo que respecta a la falta de empleo entre los j¨®venes, Croacia solamente se ve superada por Grecia y Espa?a, con un 52% de ¨ªndice de desempleo. En lugar de organizar un refer¨¦ndum sobre ese tipo de problemas, Croacia gast¨® 6,2 millones de euros en un refer¨¦ndum para definir algo que ya est¨¢ definido en la ley sobre la familia: el matrimonio es una comunidad legalmente regulada entre una mujer y un hombre.
La verdadera amenaza para la familia no son las minor¨ªas, sino quienes no se dan cuenta de que es el capitalismo el que la est¨¢ destruyendo
Pero ser¨ªa err¨®neo sacar con ello la conclusi¨®n de que Croacia vuelve a estar ahora m¨¢s cerca de los Balcanes y de pa¨ªses conservadores como Polonia, Hungr¨ªa, Bulgaria o Rumania. ?Qu¨¦ decir entonces de las decenas de miles de manifestantes que desfilaron en Par¨ªs en marzo de 2013 en contra de la nueva ley francesa de matrimonios del mismo sexo? ?Y qu¨¦ hay del ambiente existente hacia las minor¨ªas, incluso en pa¨ªses como Dinamarca o Suecia, por no hablar de Italia o Grecia?
Parece m¨¢s oportuno que nunca sacar a colaci¨®n un viejo chiste. En el control de pasaportes del aeropuerto de Zagreb, un oficial le pregunta a un turista: ¡°?Cu¨¢l es su nacionalidad?¡± El turista contesta: ¡°Alem¨¢n¡±. Entonces le pregunta el oficial: ¡°?Ocupaci¨®n?¡±. Y el alem¨¢n le contesta: ¡°No, s¨®lo de vacaciones¡±. Por un lado, el gobierno croata ¡ªsin excesiva presi¨®n de la Troika¡ª est¨¢ haciendo el trabajo de Angela Merkel. Por el otro, ya no necesitamos ninguna ocupaci¨®n m¨¢s de los nazis, puesto que los nazis est¨¢n viviendo entre nosotros. Ante esta situaci¨®n, los alemanes pueden sentirse realmente relajados y disfrutar de sus vacaciones.
Lo que nos ha mostrado el refer¨¦ndum constitucional croata no ha sido s¨®lo un mal uso de la democracia y una reacci¨®n conservadora; es en realidad todo un s¨ªntoma del coraz¨®n podrido de Europa, de un continente que no s¨®lo se est¨¢ pareciendo cada vez m¨¢s al dist¨®pico escenario descrito m¨¢s arriba, sino que hace realidad las peores pesadillas del siglo XX. O, como dir¨ªa el poeta croata Marko Pogacar: ¡°Lo ¨²nico que es m¨¢s horrible que el fascismo es el fascismo moderado¡±.
Srecko Horvat es fil¨®sofo croata y coautor, con Slavoj Zizek, del libro El Sur pide la palabra, de pr¨®xima aparici¨®n.
Traducci¨®n del ingl¨¦s de Juan Ram¨®n Azaola
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