Drogas, violencia y tarjetas de cr¨¦dito
Un juicio contra dos trabajadoras del exmatrimonio Saatchi Lawson saca a la luz las turbias intimidades de la que fue una de las parejas m¨¢s medi¨¢ticas de Londres
La guerra de cotilleos miserables y ataques sanguinarios en la que est¨¢n enzarzados el multimillonario y coleccionista de arte Charles Saatchi y su exmujer, la periodista especializada en gastronom¨ªa y chef televisiva Nigella Lawson, es un triste espect¨¢culo que ensucia el glorioso pasado profesional de ambos personajes. El rencor que se profesan tras romper en julio diez a?os de matrimonio es tan s¨®lido que han sido capaces de convertir el juicio por fraude que se celebra en Londres contra dos de sus asistentes personales en un debate p¨²blico sobre las intimidades de su matrimonio, del que no han estado exentos ni las drogas ni la violencia. ¡°No he consumido coca¨ªna de forma habitual pero la he tomado siete veces. Adem¨¢s he fumado porros. No me siento orgullosa, pero eso no me convierte en una drogadicta¡±. Con esta confesi¨®n, Lawson trataba de poner punto final esta semana a los rumores que desde este verano corr¨ªan sobre su supuesta adicci¨®n a las drogas, rumores creados seg¨²n ella por su exmarido para desacreditarla. ¡°Desde que me he liberado de un hombre brillante pero brutal vivo una vida libre de drogas¡± clam¨® Lawson en un juicio en el que, pese a no ser la acusada, se ha convertido en protagonista.
¡°Prefiero ser honesta y avergonzarme que ser perseguida con mentiras¡±. Con esta frase explicaba por qu¨¦ ella misma ha decidido prestarse a un espect¨¢culo que no solo ha sacado a la luz muchas de sus intimidades sino tambi¨¦n las de su exmarido, un hombre que pese a estar casado con una chef de renombre prefer¨ªa ¡°t¨¦ flojo, tostadas quemadas y huevos duros¡± a sus creaciones y al que el rencor parece reconcomerle. ¡°Me amenaz¨® con destruirme sino volv¨ªa junto a ¨¦l¡±, declar¨® Lawson a lo largo de tres d¨ªas en los que, vestida de negro y con nervios de acero se defendi¨® con dignidad del ataque frontal al que le someti¨® la defensa de Elisabetta y Francesca Grillo, a las que se acusa de haber gastado 800.000 euros de la pareja en ropa de marca y viajes personales.
Nigella Lawson se hizo c¨¦lebre en los noventa con diversos libros de cocina superventas. Despu¨¦s dio el salto a la televisi¨®n como chef en Nigella Bites o Nigella Express. Se cas¨® con Saatchi en 2003, dos a?os despu¨¦s de la muerte de su primer marido, el periodista con el que confes¨® haber consumido coca¨ªna ¡°al descubrir que ten¨ªa c¨¢ncer terminal. Le hac¨ªa sentirse mejor¡±. Sin embargo, tambi¨¦n confes¨® haberse drogado en 2010 porque se sent¨ªa infeliz, aislada y el se?or Saatchi la somet¨ªa a ¡°actos de terrorismo ¨ªntimo¡± confes¨®, dejando claro que el que fue un matrimonio de moda en Londres durante una d¨¦cada en realidad ocultaba un mundo de infelicidad.
Charles Saatchi fue uno de los personajes m¨¢s temidos y admirados del gremio publicitario. Junto a su hermano Maurice construy¨® la poderosa agencia Saatchi & Saatchi, que le convirti¨® en multimillonario y que le abri¨® las puertas de otra gran pasi¨®n que s¨®lo el dinero puede comprar: el coleccionismo de arte. Convertido en mecenas de la llamada generaci¨®n de Young British Artists (YBA¡¯s), creador a golpe de talonario del ¨¦xito artificial de artistas hoy consagrados como Damien Hirst, y pilar esencial del mundo del arte brit¨¢nico desde la apertura en 1985 de la Saatchi Gallery, el coleccionista, de 70 a?os, siempre fue celoso de su intimidad. Pero en junio su nombre daba la vuelta al mundo al aparecer en unas fotos agarrando con violencia por el cuello a Lawson en la terraza de un restaurante londinense. D¨ªas despu¨¦s se presentaba en comisar¨ªa autoinculp¨¢ndose de haberla atacado. Un mes m¨¢s tarde la pareja firmaba su divorcio?expr¨¦s.
Tras amenazarla con destruirla si no regresaba con ¨¦l, le envi¨® un email que se ley¨® en el juicio acus¨¢ndola de ¡°ponerse de coca¨ªna hasta las cejas¡±. Pese a su alergia a la prensa parece que ha sido ¨¦l mismo qui¨¦n ha urdido la continuaci¨®n del culebr¨®n de forma p¨²blica, aunque sentado en el estrado dijo desconocer que Lawson consum¨ªa drogas. Curiosamente, hasta que no comenzaron los rumores en verano, las acusadas, Francesca y Elisabetta Grillo, con las que Lawson mantuvo una relaci¨®n laboral ¡°y de amistad¡± durante m¨¢s de una d¨¦cada y a quienes se acusa de haber utilizado fraudulentamente las tarjetas de cr¨¦dito de los Saatchi entre 2008 y 2012, nunca hablaron de drogas. En cambio, al arrancar el juicio la defensa de las j¨®venes aleg¨® que ellas gastaron con el benepl¨¢cito de Lawson a cambio de ocultarle a su entonces marido y al mundo la fuerte adicci¨®n de esta a la coca¨ªna. La esperp¨¦ntica saga continuar¨¢ la pr¨®xima semana.
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