Polic¨ªas privadas
La ambig¨¹edad de la nueva ley pone en riesgo la debida protecci¨®n de los derechos fundamentales
Las funciones hasta ahora ejercidas por personal de seguridad privada ¡ªprotecci¨®n de instalaciones, escolta de personas¡ª se ampl¨ªan a los espacios p¨²blicos en virtud de una nueva ley. La seguridad privada no est¨¢ re?ida con la p¨²blica, pero s¨ª necesitada de un cuidadoso encuadramiento. No es eso lo que se observa en el proyecto de ley, todav¨ªa pendiente del Senado, regulador de una materia que afecta al ejercicio de las libertades fundamentales.
En los t¨¦rminos del art¨ªculo 41, la protecci¨®n privada seguir¨¢ ejerci¨¦ndose en urbanizaciones, pol¨ªgonos industriales o acontecimientos deportivos, pero se extiende a zonas comerciales? peatonales ¡°o cualquier otro evento de relevancia social que se desarrolle en v¨ªas o espacios p¨²blicos¡±, as¨ª como a ¡°espacios o v¨ªas p¨²blicas en supuestos distintos de los previstos en este art¨ªculo¡±. La ambig¨¹edad del texto deja abierta su aplicaci¨®n a todo tipo de lugares ¡ªaunque no a conflictos pol¨ªticos ni laborales¡ª, con la cauci¨®n de que es preciso un permiso previo para hacerlo y la obligaci¨®n de poner a los detenidos a disposici¨®n de la fuerza p¨²blica. Los agentes privados no podr¨¢n interrogar a los detenidos, pero s¨ª averiguar, comprobar o anotar "sus datos personales para su comunicaci¨®n a las autoridades¡±.
La formaci¨®n de un agente privado es menos exigente que la de la fuerza p¨²blica, y trabaja para empresas que, aun sometidas a tr¨¢mites habilitantes, no implican un encuadramiento jer¨¢rquico similar al de las fuerzas de seguridad del Estado, auton¨®micas o locales. Hay que tener mucho cuidado con la calidad de la protecci¨®n de los derechos fundamentales, porque si esta ya var¨ªa seg¨²n sea la fuerza p¨²blica actuante, todav¨ªa m¨¢s desigual puede ser la prestada por una diversidad de compa?¨ªas. Al tiempo, la ley consagra una protecci¨®n jur¨ªdica del agente privado ¡°an¨¢loga a la de los agentes de la autoridad¡±, frente a ¡°las agresiones o desobediencias¡± de que puedan ser v¨ªctimas.
Otro rompecabezas es la naturaleza de las funciones que desarrollan. Proteger una zona comercial de la peque?a delincuencia es una cosa; y otra, muy distinta, el desarrollo de actividades privadas de investigaci¨®n que, como ha puesto de relieve el caso M¨¦todo 3 (la agencia de detectives a la que Alicia S¨¢nchez-Camacho, dirigente del PP catal¨¢n, ha perdonado el pinchazo de una de sus conversaciones) resultan muy dif¨ªciles de esclarecer.
Editoriales anteriores
El Gobierno se arriesga a hacer dejaci¨®n de las funciones del Estado, al profundizar en la dualidad de seguridad de la poblaci¨®n a proteger: por una parte, la que se paguen los ciudadanos, empresas o instituciones; por otra, la que pueda ejercer la autoridad p¨²blica con las fuerzas que dependen de ella o del poder judicial. La seguridad privada es un sector tan vasto como lucrativo y de potencialidad demostrada en otros pa¨ªses. Pero la decisi¨®n de generalizarla ha sido adoptada con un debate demasiado escaso e impreciso para dar un paso de tanto calado.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
?Tienes una suscripci¨®n de empresa? Accede aqu¨ª para contratar m¨¢s cuentas.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.