8 fotosVidas a un paso del precipicioRecorremos las calles de Madrid con ciudadanos que luchan contra la miseria tras disfrutar de una vida c¨®moda durante a?osEscuela de Periodismo UAM - EL PA?SMadrid - 28 ene 2014 - 20:27CETWhatsappFacebookTwitterLinkedinCopiar enlaceM¨®nica y Manuel llegan a las diez de la ma?ana al banco de alimentos de la ONG Mensajeros de la Paz en Madrid. Dependen de la solidaridad para que sus tres hijos puedan comer. Llevan m¨¢s de tres a?os en paro y sue?an con el d¨ªa en que encontrar¨¢n un empleo fijo de nuevo, pero es poco el trabajo que hay y poco el dinero que llega. La prioridad no es el alquiler de 400 euros, sino los ni?os. Por ellos, salen con dos carritos de supermercados llenos de pasta, aceite, arroz, lentejas y la papilla para el ni?o de dos a?os, que no puede faltar.EDPNaci¨® en Argentina, vivi¨® en S?o Paulo y recal¨® en Espa?a hace 20 a?os con un ¨²nico objetivo: cambiar de vida. ¡°Sobre todo, quer¨ªa encontrar qu¨¦ es lo m¨¢s me gusta hacer¡±. Despu¨¦s de un tiempo trabajando en ¡°peque?as reformas¡±, Jorge, de 53 a?os, lo hall¨®: la fotograf¨ªa. Admite que nunca tuvo estabilidad financiera, pero la crisis se lo ha puesto m¨¢s dif¨ªcil y ahora tiene que rebuscar en la basura de los supermercados. ¡°Fui a una exposici¨®n y al volver, decid¨ª echar un vistazo para ver lo que ten¨ªa¡±, cuenta delante de una tienda del pudiente barrio de Salamanca de Madrid. ¡°Pero solo miro los contenedores de aqu¨ª, porque la basura tiene mejor calidad¡±. Para ganar dinero, hace peque?os trabajos. Lo m¨¢s reciente: una sustituci¨®n de un portero de un edificio. ?La fotograf¨ªa? ¡°Ahora es solo un 'hobby¡±.EDPEs por su hija de 10 a?os, por su hipoteca de 750 euros y por su dignidad. Alberto Bueno, un publicista vasco de 42 a?os, pasa cinco horas diarias entre la Puerta del Sol y la plaza Mayor de Madrid. No pide dinero sino un empleo. Y lo hace a pesar de las personas que pasan y miran al suelo para no verle, y a pesar del mundo que parece conspirar contra ¨¦l desde que dej¨® su empleo en una agencia de publicidad en 2007. Desde entonces, ha hecho peque?os trabajos como 'freelance' y el verano pasado trabaj¨® como barrendero. Pero en su curr¨ªculo consta que habla tres idiomas, experiencia laboral en grandes empresas y docencia en dise?o y mecanograf¨ªa. ¡°Estoy hasta los cojones de mandarlo por Internet¡±. Le quedan 420 euros de ayuda social al mes.EDPSin empleo, sin dinero y sin casa, la soluci¨®n ha sido ¡®okupar¡¯. Este es el resumen de los ¨²ltimos dos a?os de Susana Santiago Montoya, de 27 a?os. Cuando su primer hijo naci¨® hace 10 a?os, esta madrile?a viv¨ªa en casa de su suegra con su marido, ?ngel Gim¨¦nez de la Rosa. Surgi¨® la oportunidad de independizarse y se fueron a un piso "cedido por una amiga", que ten¨ªa un contrato de alquiler con la Empresa Municipal de la Vivienda y Suelo de Madrid. ?ngel trabajaba en una empresa de construcci¨®n, donde lleg¨® a ganar 2.000 euros al mes. ¡°Siempre pagamos el alquiler y todos los gastos de comunidad¡±, asegura Susana. En 2008, comenzaron los problemas: la compa?¨ªa quebr¨® y ¨¦l se qued¨® en paro. En 2012, la EMVS los desaloj¨® por estar en situaci¨®n irregular. Soluci¨®n: ocupar ilegalmente un piso de la empresa en el mismo edificio. Desahuciados de nuevo un a?o despu¨¦s, ocupan un piso del banco malo desde julio de 2013 en Villaverde. Susana no ve otra salida.EDPUn empleo con un sueldo de 3.000 euros, un piso ya pagado, deportes de riesgo los fines de semana y una familia. Todo es parte del pasado de Carlos Rup¨¦rez, de 44 a?os. Divorciado desde hace tres a?os y en paro desde hace dos, a este madrile?o le queda una ayuda social de 420 euros al mes, de los cuales 200 son para la pensi¨®n de su exmujer y de su hija, de ocho a?os, y 180 para el alquiler de una habitaci¨®n en Atocha. Este mec¨¢nico, que trabajaba en el mantenimiento de los aviones de Iberia, pasa cinco horas diarias en el metro pidiendo para poder comer. ¡°Lo que hago es mendigar, no hay otra definici¨®n. Se me cae la cara de verg¨¹enza¡±, admite. A sus padres les cuenta que hace peque?os trabajos para no preocuparles.EDPRafael Gonz¨¢lez sigue teniendo coche y calefacci¨®n en casa, pero no los usa. A este madrile?o de 36 a?os, el 'boom' de la construcci¨®n se lo dio todo. ¡°Tengo piso propio ya pagado, coche, mujer y un hijo de 11 a?os¡±. Pero la crisis le quit¨® su trabajo de pintor. ¡°Llegu¨¦ a ganar 9.000 euros al mes y ahora es lo ¨²nico que no tengo: dinero¡±. Lleva tres a?os en paro y, aunque sus familiares le ayudan, decidi¨® empezar ¡°hace poco¡± a pedir dinero en la calle, casi siempre en la plaza de Callao de la capital. ¡°?El ni?o quiere unas zapatillas nuevas! Me da verg¨¹enza, lo hago por ¨¦l¡±.EDPC¨¦sar entra en el vag¨®n de la l¨ªnea 5 del metro de Madrid, guitarra a mano. Toca ¡®Wish You Were Here¡¯, el tema cl¨¢sico de Pink Floyd. Es lo mejor que sabe hacer este estudiante madrile?o de 26 a?os para conseguir algo de dinero con el que ayudar a su familia. Sus padres, con quienes vive en el barrio de Lavapi¨¦s, est¨¢n en el paro, ya son mayores y no tienen ning¨²n tipo de ingreso. Cuando su padre trabajaba de prot¨¦sico dental para una cl¨ªnica, ten¨ªa una vida c¨®moda, ¡°m¨¢s o menos estable¡±. Dos vigilantes del metro le echan del tren al ver su guitarra. ¡°?Sabes que est¨¢ prohibido tocar aqu¨ª!¡±. Tres horas despu¨¦s, C¨¦sar est¨¢ en la estaci¨®n de Cartagena, de la l¨ªnea 7, tocando una vez m¨¢s los primeros acordes de ¡®Wish You Were Here¡¯. ¡°As¨ª es la vida, colega¡±.EDPLa cita es casi diaria: plaza de Tirso de Molina en Madrid, ocho y media de la tarde. Paloma va a cenar all¨ª con sus amigos. La comida la cocinan ¨C¡°con todo el amor y cari?o"¨C los voluntarios Casa Solidaria, que distribuye todos los d¨ªas bocadillos y sopa a los que m¨¢s necesitan. La vida de Paloma, madrile?a de 44 a?os, no siempre ha sido as¨ª. Esta licenciada en Filosof¨ªa y Letras trabajaba hasta 2008 de animadora en un centro cultural de integraci¨®n de la capital. Su contrato se acab¨® y ella no quiso renovar porque en esa ¨¦poca la prioridad era cuidar de su padre enfermo. ¡°Viv¨ªa con su pensi¨®n y algunos trabajos que entraban¡±. Su padre falleci¨® un a?o despu¨¦s y ella no ha vuelto a encontrar trabajo. Sobrevive dando alguna clase de refuerzo de ingl¨¦s y franc¨¦s. ¡°Menos mal¡± que vive en un piso propio. ¡°Vengo por la cena, pero tambi¨¦n por las amistades que he hecho¡±, subraya. ¡°Mis amigos me dan apoyo, sobre todo moral¡±.EDP