Los ¨²ltimos discos de Arcade Fire y John Grant relucen, casi sin usar, sobre la mesa del sal¨®n. ¡°Me los compr¨¦ porque soy muy fan, pero realmente no los utilizo: los escucho en Spotify¡±. Por el servicio premium, que permite escuchar 20 millones de canciones, paga unos 10 euros al mes. Los dos CD reci¨¦n comprados le han costado, juntos, m¨¢s del triple. Quiz¨¢ por eso la industria de la m¨²sica grabada ha reducido sus ingresos a la mitad desde 2007. Javier P¨¦rez se?ala su libro electr¨®nico, donde se pueden leer algunas p¨¢ginas de Juego de tronos: ¡°No suelo hacerlo, pero ese s¨ª me lo he descargado sin pagar. ?Te puedes creer que no hay una versi¨®n digital en espa?ol?¡±. Aunque la mitad de los t¨ªtulos se editan ya en formato electr¨®nico, este solo supone un 3% de los ingresos totales del sector editorial.EDPPara Mercedes L¨®pez, el barco empez¨® a escorarse pronto. A partir de 2008, el despacho de arquitectos en el que trabajaba comenz¨® a recibir cada vez menos proyectos. "Toda la inversi¨®n p¨²blica se par¨®, los museos, centros de convenciones¡ Y eso era en lo que yo ten¨ªa m¨¢s experiencia". Ella decidi¨® abandonar la empresa antes de que la embarcaci¨®n se hundiera del todo. Desde entonces, el ¨²nico salario fijo que entra en casa es el de su marido. Han tenido que ponerse a r¨¦gimen: nada de teatro, apenas cine, y los libros como ¨²ltimo esfuerzo por seguir atados a la cultura.EDP"En cuanto tenga un poquito m¨¢s de ingresos es lo primero que recuperaremos. Es lo que m¨¢s echamos de menos: cultura, ocio y viajar", dice Mercedes L¨®pez. Y parece que el viento comienza a soplar a favor de esta arquitecta y de la compa?¨ªa que fund¨® hace un a?o con uno de sus antiguos compa?eros: "Estamos empezando a tener beneficios, pero ya no hay encargos de los que te resuelven el a?o". A¨²n falta para volver a la normalidad: la ¨²ltima vez que compraron en una librer¨ªa fue en verano. En 2012, cada espa?ol compr¨® tres libros. En 2007 fueron cinco.EDPRaquel Crespillo lee Lo bello y lo triste, de Yasunari Kawabata, que acaba de comprar, y ma?ana mismo ir¨¢ a un concierto. No es un reflejo de su vida cultural. Quiz¨¢s en unas semanas adquiera de nuevo un libro, pero de la m¨²sica en directo puede despedirse hasta dentro de meses. No es la ¨²nica: la m¨²sica en vivo ha perdido dos millones de espectadores entre 2007 y 2012. Hace un a?o que esta treinta?era trabaja m¨¢s horas, pero en su empresa han dejado de pagarle las extras. Ingresa 150 euros menos de un sueldo que roza los mil, una cantidad con la que paga "dos o tres recibos al mes". Ahora, dice, no tiene "ni tiempo ni dinero".EDPNi una entrada de cine entre las ¨²ltimas adquisiciones de Raquel Crespillo. "Sigo alquilando pel¨ªculas, aunque el otro d¨ªa vi una piratilla", explica esta malague?a entre risas. Algunas plataformas legales de pel¨ªculas y series online han empezado a desarrollarse en Espa?a. Por unos 7 euros al mes, proyectos como Filmin o Wuaki dan acceso ilimitado a su cat¨¢logo. A esta joven, el precio de los t¨ªtulos disponibles en su servicio de Apple TV (alrededor de 14 euros para un estreno) se le escapa del presupuesto. "No puedo gastarme mi dinero libremente, hay que estar guardando todo lo que tengas por si acaso. ?Si este invierno no me he comprado un abrigo todav¨ªa!".EDP
