El refugio de las poetisas
Alegor¨ªa de la poes¨ªa. / A. Sciamarella
En el primer siglo antes de Cristo Ovidio, uno de los autores cl¨¢sicos m¨¢s importantes, introdujo una novedad formal en la poes¨ªa: la psicolog¨ªa de las mujeres. Mujeres que sufr¨ªan, que amaban, que echaban de menos, mujeres que ten¨ªan un interior rico y complejo que por primera vez sal¨ªa a la luz en Las Heroidas.
Fue un hombre quien comenz¨® a hablar de los sentimientos de las mujeres en la literatura en una ¨¦poca en la que incluso se llegaba a dudar que el g¨¦nero femenino tuviera alma. Pasaron los siglos y, salvo honrosas excepciones, la voz femenina en la poes¨ªa segu¨ªa perteneciendo a los hombres. Con la revoluci¨®n rom¨¢ntica surgieron las pioneras y m¨¢s tarde grandes poetisas, pero segu¨ªa siendo algo minoritario.
En 1982 en Espa?a, s¨®lo entre el 1 y el 2% de los poemarios editados ven¨ªan firmados por una mujer. En este contexto Luz Mar¨ªa Jim¨¦nez, una escritora madrile?a, vio un vac¨ªo en el mercado que llenar con voces femeninas pero esta vez contadas por ellas mismas. Fue entonces cuando fund¨® Torremozas, el refugio de las poetisas del siglo XXI.
En sus 30 a?os de andadura la editorial ha publicado m¨¢s de 600 obras, casi todas poemarios de escritoras aunque tambi¨¦n ensayos ¨Calgunos escritos por hombres- sobre la po¨¦tica de algunas de las poetisas m¨¢s emblem¨¢ticas. ¡°El mayor empuje cuando empezamos lo recib¨ª de Carmen Conde, que confi¨® en esta casa y tras ella muchas mujeres y escritoras que dieron su respaldo¡±. Adem¨¢s de contar en su cat¨¢logo con las obras de Conde, la primera mujer acad¨¦mica de la Real Academia Espa?ola, Jim¨¦nez es la propietaria de los derechos de las obras de Gloria Fuertes, otra de las grandes escritoras espa?olas del ¨²ltimo siglo.
Jim¨¦nez piensa que su labor sigue siendo importante 30 a?os despu¨¦s. ¡°No solo apoyamos a las voces nuevas de la poes¨ªa, sino que recuperamos tambi¨¦n voces perdidas, como las de las poetisas rom¨¢nticas Cristina Coronado o Carolina Valencia, cuyos versos cayeron en el olvido de la industria editorial¡±.
Pero Jim¨¦nez matiza: ¡°Que sea una editorial femenina no significa que valga todo lo que viene escrito por una mujer¡±. Una de sus principales luchas en los primeros a?os fue defender esa calidad, ¡°tener algo que contar¡±, como explica la directora.
La singularidad de esta editorial se cifra al valorarla en el exterior. Su prestigio es reconocido en toda Am¨¦rica, donde hay c¨¢tedras de literatura femenina en las universidades. Por otra parte, los proyectos similares en otras partes del mundo se han ido viniendo abajo al poco de arrancar. Las editoriales femeninas no sobreviven en la jungla de las letras. ¡°Nuestro milagro es sobrevivir¡±, presume la directora.
Cada mes la editorial publica la voz de una nueva mujer. La ¨²ltima, la de una poetisa jamaicana, Shirley Campbell Barr, que revindica en Rotundamente negra y otros poemas el color de su piel y ense?a a sus hijos lo que significa su raza.
Jim¨¦nez est¨¢ convencida de que la mujer siempre tiene algo que contar en la literatura. ¡°Los temas son los mismos que los hombres, la muerte, el amor¡ pero las mujeres siempre tienen su sensibilidad y su mirada propia ante las cosas¡±.
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