La pol¨ªtica de la chequera

El tirano sabe c¨®mo deben hacerse las cosas. Con un sable en una mano y una chequera en la otra. No admite negativa al soborno. La hoja afilada atender¨¢ a quien lo rechace. As¨ª ha venido comport¨¢ndose la monarqu¨ªa saud¨ª desde que encontr¨® en el ¨¢rido subsuelo de la pen¨ªnsula ar¨¢biga el mayor dep¨®sito de riqueza mineral del mundo, los hidrocarburos que la han convertido en una potencia regional y un aliado hasta ahora indispensable de los Estados Unidos de Am¨¦rica.

La pol¨ªtica del sable y la chequera fue fundamental para la estabilidad de Arabia Saud¨ª durante la primavera ¨¢rabe de 2011. Centenares de j¨®venes fueron a las c¨¢rceles y multitud de manifestaciones por las redes sociales fueron desarticuladas antes de que reunieran a m¨¢s de cien personas. Pero un chorro de dinero para vivienda, subsidio de paro y pagas extras para los funcionarios, por valor de 130.000 millones de d¨®lares, fue el l¨ªquido m¨¢s disolvente de manifestantes que pod¨ªa imaginarse.

Desde entonces, la familia Saud no ha dejado de regar la entera geograf¨ªa ¨¢rabe. En T¨²nez se ha gastado 750 millones en proyectos civiles; en Marruecos, 1.250 millones en infraestructuras, sobre todo tur¨ªsticas; en Yemen, 3.250 millones en ayuda militar y financiera; en Jordania, 1.000 millones en ayuda a los refugiados sirios; en Siria, 400 millones en armas para los rebeldes que combaten contra Bachar el Asad, y en Egipto, 5.000 millones de premio a los militares despu¨¦s de que desalojaran del poder a los Hermanos Musulmanes.

La ¨²ltima manguerada es la que acaba de anunciar el presidente liban¨¦s Michel Suleiman, en forma de cr¨¦ditos para el ej¨¦rcito por 3.000 millones de d¨®lares, que casi duplican el presupuesto militar de L¨ªbano y triplican la ayuda de Estados Unidos desde 2006. El regalo forma parte de la estrategia saud¨ª en la guerra de Siria: servir¨¢ para contrarrestar la fuerza excesiva de Hezbol¨¢, el partido chiita y proiran¨ª que apoya a El Asad; tambi¨¦n para distanciarse de Washington y mostrar sus propias cartas en la negociaci¨®n con Ir¨¢n sobre el programa nuclear: las armas que comprar¨¢n los libaneses ser¨¢n todas francesas.

El arma de la chequera est¨¢ muy experimentada. La expansi¨®n del rigorismo wahab¨ª se ha hecho cheque en mano. As¨ª se han financiado las madrasas paquistan¨ªes. As¨ª se hizo la guerra de los talibanes contra los sovi¨¦ticos en Afganist¨¢n. Arabia Saud¨ª no es el ¨²nico Estado petrolero que practica la pol¨ªtica de la chequera. Con un estilo distinto, tambi¨¦n lo hace Qatar. Sirve para hacer pol¨ªtica exterior e, incluso, para actuar militarmente fuera. Sus efectos pol¨ªticos pueden ser visibles a corto plazo, pero a la larga son incontrolables y perversos. El dinero saud¨ª sirvi¨® a la causa occidental en la guerra fr¨ªa, pero plant¨® las semillas del fundamentalismo y del terrorismo. Veremos qu¨¦ frutos da la siembra de ahora.