Tareas a medias
Dos ministros se est¨¢n encargando de llevarnos al pozo m¨¢s oscuro: el campe¨®n del reaccionarismo, Alberto Ruiz-Gallard¨®n, y Jorge Fern¨¢ndez, que alienta los argumentos secesionistas
Cada nueva comparecencia de Mariano Rajoy va acompa?ada del sonido de los p¨ªfanos y los tambores que acompa?an a las tropas victoriosas. Y eso que la derrota de la crisis no est¨¢ a¨²n completada.
El Eurogrupo, la directora del FMI y los gur¨²s de la econom¨ªa no se cansan de decirle a nuestro presidente y su equipo que no se dejen llevar por la euforia, que es preciso profundizar en las reformas, que la tarea est¨¢ a medias. Eso, en t¨¦rminos algo groseros, viene a significar que el mercado laboral (que antes se llamaba la lucha de clases) est¨¢ todav¨ªa sin destrozar del todo. Que si los salarios de los trabajadores han bajado hasta el punto de convertirnos en competitivos, hay que bajarlos mucho m¨¢s para que se consolide nuestra capacidad de afrontar los costes de China o Bangladesh, por ejemplo. Sobre la base de la precariedad laboral y los costes de risa edificaremos un imperio que llevar¨¢ (como alguno ha llegado a decir) a Espa?a a ser la locomotora de Europa.
Porque la capacidad de competir la hemos recuperado por ah¨ª, no por la educaci¨®n ni por otros par¨¢metros que ya saben medir con bastante justeza los econ¨®metras: la transparencia, la mejora de la pol¨ªtica y la eliminaci¨®n de la corrupci¨®n. Hay bastante gente que cuenta bien eso, como Luis Garicano (El dilema de Espa?a, Grup 62). Da la impresi¨®n de que eso no le importa demasiado a nuestro Gobierno y su mayor¨ªa parlamentaria. De modo que nos dirigimos hacia un modelo productivo basado en mano de obra barata, lo que tiene unas dosis de fragilidad gigantescas.
Sobre la base de la precariedad laboral
Cuando el Gobierno habla de reformas, casi solo habla de eso.
Los p¨ªfanos y los tambores desafinan algo m¨¢s si atendemos a la otra gran tarea que se ha marcado nuestra derecha nacional cat¨®lica: la de darle la vuelta a los contenidos de la democracia. Por supuesto, a trav¨¦s del desmantelamiento del Estado de bienestar (Educaci¨®n y Sanidad, sobre todo).
Pero a algo que va m¨¢s all¨¢. Entre dos ministros se est¨¢n encargando de llevarnos al pozo m¨¢s oscuro. Primero, el campe¨®n del reaccionarismo, Alberto Ruiz-Gallard¨®n, que trabaja duramente cada d¨ªa por acabar con la Justicia (tasas judiciales, intervenci¨®n permanente en los ¨¢mbitos de la independencia judicial) o por acabar con la libertad de las mujeres a la hora de procrear. La Justicia, en nombre del privilegio; la ley del aborto, en nombre de la Iglesia m¨¢s chusca. Por mucho que lo envuelva en discursos de eficacia o de misericordia, lo de Gallard¨®n es eso: la vuelta a las cavernas nacionales cat¨®licas.
Y el segundo, el ministro del Interior, Jorge Fern¨¢ndez, un perfecto aliado de los nacionalistas vascos para montar nuevos argumentos secesionistas. Pero, lo que es peor, el hombre que ha parido una ley de Seguridad que nos convierte a casi todos en presuntos delincuentes cuando queremos protestar, y convierte a los vigilantes de la seguridad privada en agentes de la ley. De la ley del m¨¢s chulo y m¨¢s analfabeto.
Todo esto est¨¢ a medias. A¨²n se puede impedir que lo completen.
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