Yanuk¨®vich cede
Est¨¢ por verse si el paso atr¨¢s del presidente sirve para desactivar la crisis de Ucrania
La dimisi¨®n del Gobierno de Ucrania y la anulaci¨®n de las leyes que convert¨ªan en delito cualquier protesta p¨²blica son las primeras y relevantes concesiones del acosado presidente Yanuk¨®vich a la oposici¨®n, dos meses despu¨¦s de que comenzara la ¨²ltima crisis de la antigua rep¨²blica sovi¨¦tica. Las medidas represivas aprobadas por el Parlamento hace dos semanas han sido el detonante del giro sangriento de la revuelta popular de Kiev, y como consecuencia de un sustancial giro pol¨ªtico. Expectativas consideradas impensables hace unos d¨ªas, desde una nueva Constituci¨®n hasta el adelanto electoral o la formaci¨®n de un Gabinete de tintes opositores, est¨¢n ahora sobre la mesa en Ucrania.
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Pronto se ver¨¢ si el paso atr¨¢s de Yanuk¨®vich, que ya el s¨¢bado ofrec¨ªa a sus adversarios cargos relevantes en el Gobierno, es suficiente para desactivar la masiva protesta. Una sociedad civil inasequible al desaliento est¨¢ echando un pulso al autoritario presidente de Ucrania; y si hace unas semanas la renuncia del Ejecutivo habr¨ªa sido quiz¨¢ suficiente para acallar la revuelta, no est¨¢ claro que lo sea hoy, pese al j¨²bilo popular. Una oposici¨®n heterog¨¦nea que percibe como signo de debilidad las cesiones del presidente parece decidida a proseguir una lucha de resultado incierto para desalojarle del poder.
Lo que en noviembre fue en Kiev expresi¨®n de un sentimiento prooccidental se ha transformado en explosi¨®n continuada de ira por el desgobierno del pa¨ªs y la corrupci¨®n bajo el manto de Yanuk¨®vich. Significativamente, a las protestas masivas de la capital se han sumado en los ¨²ltimos d¨ªas manifestaciones de apoyo en ciudades del este de Ucrania, basti¨®n pol¨ªtico presidencial. Esta extensi¨®n del descontento, si se consolida, pone en cuesti¨®n el futuro de Yanuk¨®vich, quien entregando ayer la cabeza de su primer ministro Az¨¢rov puede haber puesto la suya propia en bandeja.
El movimiento insurrecional se inici¨® ante el giro de Yanuk¨®vich en su acercamiento a Europa, para echarse en brazos de Mosc¨². Un abrazo, el de Putin, que el Kremlin apoy¨® con la promesa de 15.000 millones de d¨®lares y una rebaja de los precios del gas para revivir la ag¨®nica econom¨ªa de su antiguo sat¨¦lite. Los acontecimientos sugieren que esa victoria de Putin ¡ªdeterminante para llevar las relaciones entre Rusia y la UE a su nivel m¨¢s bajo en a?os, como qued¨® patente ayer en Bruselas¡ª puede quedar eclipsada por la realidad de las calles de Ucrania.
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