?Una del Oeste, se?or presidente?
Desde ¡®El nacimiento de una Naci¨®n¡¯, en 1915, hasta ¡®The Monuments Men¡¯, este martes, los dirigentes de EE UU han disfrutado del cine de la Casa Blanca
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El presidente Bill Clinton dijo una vez que ¡°la mayor ventaja de vivir en la Casa Blanca no era ni el Air Force One ni Camp David, sino la maravillosa sala de cine que tiene¡±. George Clooney y parte del reparto de la pel¨ªcula The Monuments Men, pudieron comprobarlo este martes con ocasi¨®n de la proyecci¨®n de su cinta en la residencia que ahora ocupan los Obama. El de Clooney, Matt Damon y compa?ia es, hasta la fecha, el ultimo film que se ha podido disfrutar en el 1600 de la Avenida Pensilvania, pero la tradici¨®n de disfrutar del celuloide se remonta a 1915, cuando Woodrow Wilson invit¨® a varios de sus donantes sure?os a ver El Nacimiento de una Naci¨®n, una cinta que muestra al Ku Klux Clan como los salvadores de EE UU y que gust¨® mucho al mandatario.
La sala de cine de la Casa Blanca, no obstante, se construy¨® mucho m¨¢s tarde. A mediados de los 40, Franklin Delano Roosevelt orden¨® adaptar un cuarto que hac¨ªa las veces de ropero en el ala Este de la residencia presidencial en una habitaci¨®n provista con 40 butacas para proyectar pel¨ªculas. All¨ª todos los presidentes, algunos m¨¢s que otros, han pasado horas viendo estrenos de Hollywood o documentales, aunque el lugar tambi¨¦n se ha utilizado para ensayar los discursos sobre el estado de la Uni¨®n o, simplemente, para departir con invitados o congresistas. Y es que, como todo, el ocio puede ser una interesante herramienta pol¨ªtica. ¡°El presidente no puede invitarte a cenar, pero s¨ª puede invitare al cine¡±, reconoci¨® un asistente de Clinton.
A mediados de los 40, Franklin Delano Roosevelt orden¨® adaptar un cuarto que hac¨ªa las veces de ropero en el ala Este de la residencia presidencial en una habitaci¨®n provista con 40 butacas para proyectar pel¨ªculas
Desde que los Obama se instalaron en la Casa Blanca las pel¨ªculas que se han proyectado son muchas y variadas. El pasado a?o, invitaron al reparto de 42, The Butler o Mandela a una sesi¨®n de su propia pel¨ªcula en su residencia, una alfombra roja diferente de la que los actores est¨¢n acostumbrados a pisar en los estrenos y que requiere de muchos m¨¢s controles de seguridad. Daniel Day Lewis y Spielberg, con ocasi¨®n de Lincoln, o Meryl Streep, en calidad de protagonista de Julie & Julia, por ejemplo, tambi¨¦n han compartido palomitas con el presidente y su mujer. Las amigas de sus hijas se han sentado en la sala de cine de la Casa Blanca para ver High School Musical o Bolt.
Podr¨ªa pensarse que, habiendo sido actor, Ronald Reagan gustaba de pasar horas viendo pel¨ªculas en la Casa Blanca, sin embargo, de acuerdo con Paul Fischer, proyeccionista de la residencia del presidente de EE UU, desde 1953 hasta 1986, fue de los mandatarios que menos disfrut¨® de la sala de cine. El republicano, no obstante, sol¨ªa proyectar una de las cintas en las que ¨¦l hab¨ªa intervenido por su cumplea?os y lleg¨® a retrasar el inicio de una cumbre del G-7 porque estaba terminando de ver Sonrisas y L¨¢grimas.
Quien m¨¢s pel¨ªculas ha visto en la Casa Blanca (480) ha sido Jimmy Carter, con una media de tres por d¨ªa. Durante su presidencia se estren¨® la primera cinta calificada X de la historia de la sala de cine del ala Este, Cowboy de Medianoche.
Predilecci¨®n por el 'westerm'
Precisamente a las pel¨ªculas de cowboys era aficionado Dwight Eisenhower, quien devor¨® la mayor¨ªa de las cintas del Oeste, en especial las de Robert Mitchum, hasta que el actor fue detenido por posesi¨®n de marihuana. Desde entonces, cualquier film en el que Mitchum aparec¨ªa, aunque fuera como secundario, obligaba al presidente a abandonar la sala.
Reagan lleg¨® a retrasar el inicio de una cumbre del G-7 porque estaba terminando de ver Sonrisas y L¨¢grimas
El western Solo ante el peligro es, quiz¨¢s, la pel¨ªcula que m¨¢s veces se ha proyectado en la Casa Blanca. Es una de las cintas preferidas de Eisenhower ¨Cmenos mal que no sal¨ªa Mitchum-, y la favorita de Clinton ¨Cla ha visto una veintena de veces, la primera con seis a?os- quien se la recomend¨® a su sucesor, George W. Bush, quien aprovech¨® bien su recomendaci¨®n. Tras el 11-S, Bush le regal¨® un poster del film al Primer Ministro japon¨¦s, Junichiro Koizumi, a modo de alegor¨ªa de c¨®mo, a diferencia de Gary Cooper, que se enfrentaba en solitario a una banda de forajidos, ¡°EE UU, entonces, ten¨ªa el apoyo de todo el mundo¡±.
Fue el ataque de las Torres Gemelas el que cambi¨® el gusto cinematogr¨¢fico de Bush. Si antes se esforzaba por que se estrenaran en la Casa Blanca todas las pel¨ªculas de la saga Austin Powers, pasados los atentados terroristas, el presidente opt¨® por proyectar pel¨ªculas de car¨¢cter b¨¦lico, como Black Hawk Down, que narra la visi¨®n de un soldado estadounidense de la misi¨®n en Somalia en 1993; Cuando ¨¦ramos soldados, sobre Vietnam; o United 93, sobre el 11-S. Cuando la guerra en Irak se estaba tornando fuera de control, Bush invit¨® a varios donantes a ver Osama, una dur¨ªsima cinta que retrata la violencia talib¨¢n en Afganist¨¢n. ¡°Para que vean lo que significa liberar a la gente, la pel¨ªcula lo explica mejor que yo¡±, se?al¨® el presidente, en otro ejemplo de la vertiente pol¨ªtica de la sala de cine de la Casa Blanca.
Si antes se esforzaba por que se estrenaran en la Casa Blanca toda la serie de Austin Powers, pasadoel 11-S, Bush opt¨® por proyectar pel¨ªculas de car¨¢cter b¨¦lico
John F. Kennedy, el presidente cinematogr¨¢fico por excelencia, apenas logr¨® terminar una sola pel¨ªcula. Sus dolores de espalda, cuentan sus bi¨®grafos, le imped¨ªan estar mucho tiempo delante de la pantalla. Sin embargo, s¨ª sol¨ªa ver las de Marilyn Monroe, si bien no hay constancia de que la actriz hubiera sido invitada al cine de la Casa Blanca. Para los amantes del morbo rosa queda la entrada que Fischer consign¨® el 16 de agosto de 1961 en el cuaderno en el que anotaba todas las cintas que proyect¨® y el nombre de los que asist¨ªan a sus proyecciones. Ese d¨ªa es el ¨²nico en el que no aparece identificado el espectador y, ese d¨ªa, Jackie Kennedy no estaba en Washington. A JFK le gustaba la saga de James Bond, quiz¨¢s porque Ian Fleming era uno de sus escritores favoritos. La ¨²ltima pel¨ªcula que vio, tres d¨ªas antes de morir, fue Desde Rusia con amor. Fischer no detall¨® si aguant¨® hasta el final.
No todos los presidentes han sido fan de las pel¨ªculas. Lindon B. Johnson prefer¨ªa los documentales, aunque, realmente, solo le gustaba uno que trataba sobre ¨¦l. El Pa¨ªs de un Presidente es un trabajo de 28 minutos en el que Gregory Peck narra la infancia de Johnson. La cinta nunca se lleg¨® a estrenar en cines y s¨®lo fue distribuida entre las embajadas de EE UU. No se sabe si los embajadores llegaron a verla. Durante su mandato, Johnson lo hizo 12 veces.
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