De profesi¨®n, esteta

?A qu¨¦ llama debutar?

En 2005, al exbeatle Paul McCartney le naci¨® su tercer nieto; la modelo Kate Moss se plant¨® en el festival de Glastonbury con botas de agua, y uno de los j¨®venes editores de la revista Wallpaper* dej¨® su trabajo para dedicarse a una firma de dise?o que acababa de crear con sus compa?eros de Bellas Artes. En estos tres hechos aparentemente aislados ha resultado estar, casi una d¨¦cada despu¨¦s, el germen de una carrera que cuaj¨® la semana pasada: la de Alasdhair Willis, el cual, al centrarse en el dise?o, acab¨® de director creativo de Hunter, una marca de botas que, desde que las llev¨® Kate Moss un d¨ªa de 2005, ha intentado capitalizar su popularidad haci¨¦ndose chic. Y si el hecho de que unas botas venidas a m¨¢s debutaran en la Fashion Week de Londres la semana pasada recibi¨® tanta atenci¨®n medi¨¢tica fue, en parte, porque Alasdhair Willis es yerno de Paul McCartney y padre de cuatro de sus nietos gracias a su matrimonio con la dise?adora Stella McCartney. Todo sin necesidad de que se hablara del aspecto real de las botas en cuesti¨®n.

?Eso es todo?

En realidad, la vida de Willis ha sido m¨¢s industriosa de lo que denota su debut: ya en la carrera estaba m¨¢s interesado en los productos de lujo y en sus poseedores que en los bohemios (¡°Era el ¨²nico estudiante que usaba rayos UVA¡±, cont¨® un compa?ero convenientemente an¨®nimo a The London Evening Standard) y desde entonces no ha hecho pr¨¢cticamente nada que le alejara de ese mundillo. ¡°Tras la universidad, ejerc¨ª de artista hasta que sucumb¨ª a la necesidad inevitable de tener dinero¡±, rememor¨® para Interview. Esa necesidad le llev¨® al est¨¦tico mundillo de las revistas y al poco estaba fundando la suya junto con el periodista Tyler Br?l¨¦: Wallpaper*.

?Y entonces?

El ¨¦xito de la revista le abri¨® las puertas al indescriptible mundo de lo exclusivo, lo est¨¦tico y lo famoso. Willis dej¨® a su novia, se compr¨® un coche nuevo y en 2001 tuvo un desayuno de trabajo con una joven promesa del dise?o llamada Stella McCartney. Dos a?os despu¨¦s estaba casado con ella. Dej¨® Wallpaper* y cre¨® una firma con la que representar a dise?adores, vender obras y aconsejar a famosos como Madonna, Gwyneth Paltrow o David Beckham. Molesto, como confesar¨ªa a?os despu¨¦s, de que creyeran que tanto ascenso se deb¨ªa a su mujer y no a su talento para relacionarse, dej¨® la firma y termin¨® aceptando el puesto de director creativo de Hunter. Ya no era un visitante en el mundillo. Ahora era un habitante.