Alto riesgo en Ucrania
El rechazo de Putin al Gobierno de Kiev y la vol¨¢til situaci¨®n de Crimea constituyen un c¨®ctel explosivo
Ni la revoluci¨®n en Ucrania se ha acabado, ni siquiera est¨¢ claro el signo de su desenlace, pese a la destituci¨®n de Yanuk¨®vich y a la instalacion en Kiev de un presidente y un Gobierno provisionales. La declaraci¨®n de Mosc¨² ayer considerando que el nuevo Gobierno no es de unidad nacional, la alerta fronteriza de las tropas rusas o la ocupaci¨®n del Parlamento de Crimea por rus¨®filos armados son otras tantas se?ales ominosas de hasta qu¨¦ punto es posible el regreso al caos o una desastrosa secesi¨®n violenta.
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Los acontecimientos ilustran una clara estrategia de presi¨®n del Kremlin. Su rotunda descalificaci¨®n del Gobierno de Kiev es m¨¢s grave por producirse en id¨¦nticos t¨¦rminos a los empleados, tambi¨¦n ayer, por el clept¨®mano Yanuk¨®vich, que pese a sus cr¨ªmenes sangrientos denuncia como extremista al Ejecutivo que dirige Arseni Yatseniuk. La realidad es que ese Gobierno de vida necesariamente breve, aprobado a rega?adientes por el Maid¨¢n, es una hechura de Yulia Timoshenko. Tanto el presidente interino, Turchinov, como el primer ministro son hombres de la cuestionada y otrora hero¨ªna de la Revoluci¨®n Naranja. Con la ayuda de la UE y EE UU, ese Gobierno deber¨¢ adoptar inmediatas medidas econ¨®micas destinadas evitar una fulminante bancarrota. En su v¨¦rtigo actual, el pa¨ªs no est¨¢ en condiciones de adquirir y mantener otros compromisos a medio plazo, imprescindibles para su estabilidad.
En Ucrania convergen elementos de un c¨®ctel explosivo. La revoluci¨®n c¨ªvica ha liquidado algunos de los aspectos m¨¢s intolerables de la realidad, pero el orden postsovi¨¦tico vigente desde la independencia no ha sido eliminado. El Maid¨¢n sigue siendo un poder popular vigilante, pero aunque hable por todo el pa¨ªs ni es el ¨²nico actor ni representa al conjunto de la dividida Ucrania. En algunas de las zonas rus¨®filas donde se rechaza el desenlace de Kiev, la posibilidad de secesi¨®n est¨¢ viva. Crimea, la pen¨ªnsula aut¨®noma de mayor¨ªa rusa, devuelta por la URSS solo en 1954 y base de la estrat¨¦gica flota del Mar Negro, es el eslab¨®n m¨¢s d¨¦bil, pero no el ¨²nico.
En escenarios tan vol¨¢tiles y emocionalmente cargados, cualquier incidente puede desencadenar una situaci¨®n fuera de control. Nada es m¨¢s urgente, en l¨ªnea con lo advertido ayer por Washington y la OTAN, que Mosc¨² deje de pretender obtener ventaja de los acontecimientos. Putin debe hacer buena su promesa de cooperar con Occidente para atajar la crisis de Ucrania.
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