?Qu¨¦ parte de su ayuda se queda en casa?
Foto: El Pa¨ªs.
?C¨®mo reaccionar¨ªan ustedes si supiesen que,en el a?o 2012, el 45, el 61 e incluso el 90 por ciento de toda la ayuda al desarrollo (AOD) de algunos gobiernos se gast¨® en sus propios pa¨ªses? Porque esto es exactamente lo que ocurri¨® en los casos de Italia, Austria y Grecia, respectivamente. Se trata de programas de formaci¨®n y becas, condonaci¨®n de deuda, sensibilizaci¨®n o, simplemente, gastos administrativos. Todos ellos perfectamente legales y computables ¨Cde acuerdo al Comit¨¦ de Ayuda al Desarrollo de la OCDE- como AOD.
Pero que sea legal no significa necesariamente que sea bueno. Al conocer estos datos, un contribuyente que espera ver su dinero transformado en escuelas y hospitales de ?frica puede levantar la ceja y hacerse la pregunta que se hace Claire Provost, autora de la pieza del diario brit¨¢nico The Guardian que trabaj¨® y public¨® estos datos: ?qu¨¦ es exactamente la ayuda al desarrollo?
Cada una de las partidas que hemos descrito puede ser explicadas en un programa de ayuda. La condonaci¨®n de deuda, por ejemplo, ha liberado los presupuestos de muchos pa¨ªses pobres y les ha reabierto el acceso al cr¨¦dito internacional. La sensibilizaci¨®n ¨Ccomo los programas de educaci¨®n para el desarrollo- ayuda a generar en la sociedad el tipo de empat¨ªa que permite transformar otras pol¨ªticas mucho m¨¢s importantes para la financiaci¨®n del desarrollo que la AOD, como las comerciales o las migratorias.
Pero de ah¨ª a gastarse uno de cada tres euros de la ayuda en casa hay un trecho. Y eso es lo que ocurri¨® en Espa?a en 2012, el ¨²ltimo a?o para el que tenemos datos. Dejando a un lado el hecho de que m¨¢s de la mitad de ese dinero fue destinado a gastos administrativos no imputables a otras partidas, nuestro pa¨ªs tiene algunas explicaciones que dar con respecto al volumen de recursos que se quedan en manos del propio donante y que no necesariamente est¨¢n reflejados en las partidas de esta base de datos. La ayuda ligada (aquella que est¨¢ condicionada a que sea una empresa u ONG espa?ola quien la gestione) es un lastre at¨¢vico de la Cooperaci¨®n Espa?ola al que solo ha puesto coto la legislaci¨®n internacional. Durante d¨¦cadas esta pr¨¢ctica bochornosa ha sostenido instrumentos crediticios como el Fondo de Ayuda al Desarrollo, que encarec¨ªa los programas, orientaba el gasto a los intereses de las compa?¨ªas y alimentaba una cultura empresarial extractiva. Algo de todo eso podr¨ªa volver a producirse con la reforma del FONPRODE, tal como denunciaba hace unos d¨ªas en este blog la Coordinadora de ONGD.
Se trata, en cualquier caso, de un debate relevante para el que necesitamos el tipo de informaci¨®n que facilitan los analistas de The Guardian en su espl¨¦ndido Data Blog. Los datos est¨¢n disponibles aqu¨ª, listos para que cualquiera de ustedes los lea y extraiga sus propias conclusiones. No dejen de cont¨¢rnoslas.
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