Desclasificados nuevos datos sobre el esp¨ªa que inspir¨® a Le Carr¨¦
El famoso escritor recuerda al excompa?ero en quien bas¨® su personaje de George Smiley Adem¨¢s, el novelista contesta a quienes lo acusan de traicionar al que fue su amigo y mentor
No hay lector de novelas de espionaje que no ame u odie a George Smiley, el protagonista de las famos¨ªsimas novelas de John le Carr¨¦. Y pocos son los que no saben que el personaje est¨¢ basado en un esp¨ªa real, uno de los m¨¢s valorados durante la Segunda Guerra Mundial, que logr¨® vivir en la sombra hasta que su excompa?ero en el servicio secreto lo inmortaliz¨® en sus libros. El agente John Bingham y Le Carr¨¦ mantuvieron una complicada relaci¨®n de amistad que ha vuelto a discutirse 25 a?os despu¨¦s de la muerte del primero.
La semana pasada, el archivo nacional brit¨¢nico desclasific¨® documentos del MI5 que aportaron nuevos datos sobre la importancia de Bingham durante la guerra contra Alemania. El esp¨ªa se hizo pasar por agente de la GESTAPO y se infiltr¨® en un grupo de simpatizantes del r¨¦gimen nazi en Reino Unido. Recopil¨® informaci¨®n sobre fascistas admiradores de Hitler dentro de la aristocracia, el ej¨¦rcito y la ¨¦lite intelectual y los utiliz¨® para recabar informaci¨®n y al mismo tiempo para entregarles datos falsos y confundir a su enemigo real. En otras palabras, los convirti¨® en una especie de agentes dobles, sin que ellos se enteraran. El grup¨²sculo era tan radical que aplaud¨ªa las muertes provocadas por los bombardeos alemanes en territorio brit¨¢nico.
Bingham, al que los documentos se refieren bajo el alias de Jack King, fue clave para neutralizar la influencia de los esp¨ªas alemanes y, por lo tanto, impedir que los nazis recibieran informaci¨®n ver¨ªdica. Sin embargo, siempre se movi¨® discretamente y logr¨® mantener un relativo anonimato, hasta que un joven colega en los servicios de inteligencia, rebautizado literariamente como John le Carr¨¦, se inspir¨® en ¨¦l para la creaci¨®n del personaje novelesco de Smiley.
Al hilo de las nuevas informaciones sobre Bingham, el historiador y pol¨ªtico conservador Lord Lexden acus¨® p¨²blicamente a Le Carr¨¦ de no tratar ¡°con el debido respeto¡± a su protector y mentor. ¡°Le doli¨® la manera en la que las novelas retrataron su mundo¡±, escribi¨® Lexden en una carta al rotativo The Telegraph. Seg¨²n los que lo conocieron, Bingham nunca se sinti¨® c¨®modo con las novelas de Le Carr¨¦, a quien consideraba su amigo, y adem¨¢s ¡°detestaba¡± lo que el autor public¨® contra los servicios de inteligencia brit¨¢nicos.
El novelista se ha defendido con una carta enviada al mismo diario, firmada con su nombre real, David Cornwell. En ella, el escritor declara su ¡°admiraci¨®n¡± incondicional a Bingham: ¡°Era el m¨¢s honorable y patri¨®tico de los hombres y juntos vivimos momentos maravillosos. No hay mejor tributo para una amigo y colega que tomarlo de inspiraci¨®n ¨Cen solo algunos aspectos- para un personaje de ficci¨®n que ha provocado deleite y reflexi¨®n al p¨²blico¡±, escribe el autor.
Le Carr¨¦ reconoce, sin embargo, diferencias con Bingham respecto de su percepci¨®n del rol de los servicios secretos. Durante la d¨¦cada de los sesenta, el autor form¨® parte de del MI5 y el MI6 y se form¨® una opini¨®n de primera mano acerca de estas agencias de espionaje interno y externo. Mientras Bingham cre¨ªa que la devoci¨®n a los servicios secretos era sin¨®nimo del amor a la patria, Le Carr¨¦ aprendi¨® que ese amor ¡°deb¨ªa ser examinado con vigilancia¡±.
En particular, el novelista culpa a las agencias de espionaje de urdir las pruebas que justificaron la invasi¨®n de Irak en 2003, a?adiendo que Bingham tambi¨¦n lo hubiera aborrecido. ¡°Detesto la noci¨®n de que nuestros esp¨ªas son uniformemente inmaculados, omniscientes, y que est¨¢n m¨¢s all¨¢ de la vulgar cr¨ªtica de aquellos que no solo pagaron por su existencia, sino que en ocasiones van a la guerra bas¨¢ndose en la fabricaci¨®n de inteligencia¡±, a?ade en la misiva.
El escritor revel¨® en 1999 que fue Bingham la persona en la que se inspir¨® para su personaje. Al a?o siguiente, en la introducci¨®n de la reedici¨®n de una de las novelas negras de Bingham (que tambi¨¦n hizo sus pinitos literarios), asegur¨® que su amigo era uno de los dos hombres en los que bas¨® la figura de George Smiley. Seg¨²n el autor, tom¨® otros rasgos del reverendo Vivian Green, su tutor universitario, aunque los rumores siempre apuntaron al exjefe de los servicios secretos brit¨¢nicos Maurice Oldfield.
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