El profeta de Hollywood
Subi¨® al escenario del teatro Dolby y rellen¨® de humanidad la gala de los Oscar Con un pasado de superviviente y un aspecto de Jesucristo, Jared Leto es el actor que nunca so?¨® con el cine, pero tiene una vida de pel¨ªcula

?Qui¨¦n se lo pas¨® en los Oscar como ni?o con zapatos nuevos? ?Qui¨¦n comi¨® pizza a dos carrillos, se apunt¨® al selfie sin estar invitado o entreg¨® su Oscar ¡°a una org¨ªa¡± para que todos lo sobaran? ?Qui¨¦n fue el rey del Instagram ¡ªempatado con Ellen DeGeneres¡ª durante la velada y tuvo tiempo de acordarse de Venezuela, Ucrania y los 36 millones de personas que perdieron su batalla contra el sida? Solo hay una respuesta, y esa es el Bee-Jesus de Hollywood, Jared Leto. Una mezcla de uno de los Bee Gees con Jesucristo Superstar que exuda el actor de 42 a?os que ha vuelto al ruedo cinematogr¨¢fico tras seis a?os de ausencia para llevarse de un solo golpe el Oscar como mejor actor secundario, la fama y la conciencia pol¨ªtica y social. Todo ello sin poner cara de m¨¢rtir y, al parecer, ligando con Lupita Nyong¡¯o. O con June Squibb, bromea. Leto no va de Miss Mundo abogando por la paz mundial. Dijo lo que dijo desde el teatro Dolby porque le parece importante, porque es apropiado con el tono de la pel¨ªcula que le llev¨® all¨ª, Dallas Buyers Club, y porque se siente ¡°como en casa¡± en el mundo mundial que dir¨ªa Elvira Lindo. ¡°Los temas de inter¨¦s mundial nos afectan a todos de forma muy directa¡±, record¨® en plena fiesta.
De Jesucristo venido a la tierra solo tiene la apariencia, porque en las distancias cortas Leto no puede ser m¨¢s terrenal. Alguien que reconoce no haber visto la pel¨ªcula por la que ha ganado los principales galardones que Hollywood puede ofrecer. Alguien cuyos sue?os nunca incluyeron la idea de ganar un Oscar porque, admite, sus planes para cuando fuera mayor iban entre ¡°ser pintor o narcotraficante¡±. El chaval de ojos de sem¨¢foro descubri¨® en la fotograf¨ªa su pasi¨®n y en la interpretaci¨®n la forma de pagar las facturas sin dejar de so?ar. Sue?os muchos de ellos que le rondaron por la cabeza a la intemperie durante una infancia precaria como el menor de una madre soltera y con una juventud llena de albergues, sof¨¢s, arbustos, bancos, tejados y playas por cama. ¡°Muy parecido a lo que vivieron muchos otros que llegaron a Los ?ngeles buscando una carrera, imagino¡±, recuerda ahora con un suspiro y una sonrisa de enso?aci¨®n. Rebeld¨ªa o aceptaci¨®n, Leto se mueve entre las dos aguas. De ah¨ª que en la noche de su triunfo, como dijo a los cuatro vientos, podr¨ªa haber hecho dos cosas: hablar de s¨ª mismo o apuntar su foco a los dem¨¢s. Esto ¨²ltimo fue lo que hizo, y por razones de lo m¨¢s terrenales. ¡°Tengo un gig en Ucrania en un par de semanas. Otro en Tailandia. Estoy hablando para dar un concierto en Venezuela. Vamos, que todas estas revueltas sociales nos afectan de una forma directa¡±, record¨® a una audiencia quiz¨¢ demasiado estadounidense para entenderle. ¡°De ah¨ª que me parezca importante hablar de estos temas en nombre de la gente con la que mantengo un di¨¢logo, una interacci¨®n, en Instagram, en Twitter, en Facebook¡±, a?adi¨®.
Habla de los fans de su m¨²sica, de los que le conocen por Thirty Seconds to Mars o el v¨ªdeo City of angels, que rod¨® justo donde le dieron la noche del domingo pasado el Oscar, en el bulevar de los sue?os rotos donde lo que ni so?¨® como actor se hizo realidad. ¡°Es gracioso que hasta ahora solo hab¨ªa ganado premios con lo que m¨¢s criticado he sido, con mi m¨²sica¡±, se rio el Jordan Catalano de My so-called life (Es mi vida, en Espa?a), una serie que, para haber durado solo una temporada, se qued¨® grabada en toda una generaci¨®n.
Ni su m¨²sica ni su filmograf¨ªa se pueden calificar como concienciadas. Cada papel, una aventura, ya sea con el yonqui demacrado de R¨¦quiem por un sue?o, en el nihilismo de El club de la lucha o gordo cual el innombrable que asesin¨® a John Lennon en Chapter 47. Tampoco su m¨²sica incluye canciones protesta, aunque parte de estos seis a?os que se ha pasado alejado de la gran pantalla los pas¨® peleando una demanda que le puso la discogr¨¢fica EMI a ¨¦l y a su grupo valorada en 30 millones de d¨®lares. Gan¨® David y perdi¨® Goliat. De hecho, cuando lleg¨® a sus manos el papel de Rayon, el transexual con sida que pone la humanidad en el club de la droga que ahora le ha llevado al Oscar, Leto dijo que no. Despu¨¦s de 10 millones de ¨¢lbumes vendidos, conciertos para m¨¢s de 150.000 personas, despu¨¦s de haber dado varias veces la vuelta al mundo, ?qu¨¦ se le hab¨ªa perdido en Dallas Buyers Club? Su respuesta es tan certera y humana como la dedicatoria que le hizo en el Dolby a su madre, la mujer que le ense?¨® a so?ar. Lo que le hizo cambiar de opini¨®n fue el recuerdo de ese vecino que tuvo en su primer apartamento en Los ?ngeles, ese cuchitril donde conoci¨® a ese hombre con sida, ¡°adem¨¢s de un gran sentido del humor y mucha humanidad¡±. ¡°?l me dio grandes lecciones de comprensi¨®n y empat¨ªa¡±, echa ahora la vista atr¨¢s. A ¨¦l y a muchos otros como ¨¦l ofreci¨® un Oscar que dedic¨® tambi¨¦n ¡°a aquellos que sintieron la injusticia por ser quienes son o por amar a quienes aman¡±. Palabras serias que en un r¨¢pido cambio de tercio complementa con sus otras realidades m¨¢s terrenales, como lo terrible que fue utilizar medias para el papel o los horrores de la depilaci¨®n a la cera. ¡°Pero hice de m¨ª una mujer bien guapa aunque no todos lo crean. A diferencia de Dustin Hoffman. ?l ten¨ªa buenas pantorrillas, pero mis tobillos son para morir por ellos¡±, resume de su trabajo retornando a la parte m¨¢s fr¨ªvola de su conciencia.
Mechas ganadoras
Adem¨¢s de por su Oscar, Jared Leto ha acaparado cent¨ªmetros de papel y pantalla gracias a su melena, envidiada tanto por hombres como por mujeres y con su propio club de fans en Tumbrl. A trav¨¦s de Twitter, la actriz Olivia Wilde pregunt¨® a su estilista Chase Kusero cu¨¢l era el secreto de tan resplandecientes mechas, y la web de estilo del New York Magazine, The Cut, decidi¨® ir un paso m¨¢s all¨¢ y entrevistarle al respecto. "Duerme con una mascarilla el d¨ªa de antes, se lava con un champ¨² seco y se plancha el pelo mech¨®n a mech¨®n", explic¨® el peluquero.
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