10 fotosMujeres, el alma de los rohingyaMarta Tucci ha captado las vivencias de las mujeres en los campos de refugiados de MyanmarMarta Tucci21 mar 2014 - 11:40CETWhatsappFacebookTwitterBlueskyLinkedinCopiar enlace¡°La situaci¨®n de la comunidad rohingya IDP es vol¨¢til e incierta. Las estrictas restricciones de acceso impuestas por el gobierno de Myanmar impide que las personas atrapadas en estos campamentos puedan acceder a necesidades b¨¢sicas, tal como v¨ªveres y ayuda sanitaria. Si tienen suerte, reciben una peque?a proporci¨®n de arroz por persona una vez al mes, que proviene de UNHCR (ACNUR) o donaciones de car¨¢cter privado. Para poder sobrevivir, los rohingya han establecido un sistema de comercio simple que les permite pasar alimentos como contrabando con la ayuda de budistas locales, que han encontrado en esto una oportunidad de negocio para beneficiarse¡±.Marta Tucci¡°El pueblo rohingya de Myanmar es una de las minor¨ªas ¨¦tnicas m¨¢s perseguidas, vulnerables y olvidadas del mundo. 2012 marc¨® la culminaci¨®n de tensiones ¨¦tnicas entre budistas arakaneses y rohingyas musulmanes en una serie de erupciones violentas, definidas por Human Rights Watch como ¡®brutal campa?a de limpieza ¨¦tnica¡¯ contra los rohingya. Este suceso oblig¨® a la mayor¨ªa de la poblaci¨®n de esta etnia a huir y vivir en exilio en estados vecinos, pero m¨¢s de 125.000 personas no consiguieron salir del pa¨ªs y viven atrapados en campamentos para personas desplazadas internamente (IDP) en diferentes regiones del estado de Rakhine, en el noroeste de Myanmar. En la imagen, Aamina, de 54 a?os y procedente de Thandawly¡±.Marta Tucci"Viaj¨¦ a Sittwe (capital del estado de Rakhine) con la intenci¨®n de documentar la situaci¨®n de la comunidad rohingya desplazada internamente un a?o despu¨¦s de las oleadas de violencia. Cuando llegu¨¦ a los campamentos IDP, me llam¨® la atenci¨®n el abrumador n¨²mero de mujeres y ni?os en comparaci¨®n con hombres. La violencia vivida entre junio y octubre de 2012 caus¨® una ruptura en las estructuras sociales de la comunidad, dejando a muchas familias y mujeres desprovistas de una figura masculina adulta. Este desorden social caus¨® un profundo impacto en las relaciones de g¨¦nero, precipitando a las mujeres a asumir y/o dar mayor visibilidad a roles masculinos tradicionales con el fin de garantizar la supervivencia de sus familias. Y, si bien esta violenta campa?a de limpieza ¨¦tnica ha tenido un efecto negativo incalculable en los rohingya en su conjunto, la brecha abierta ha permitido asistir al cuestionamiento de los roles tradicionales de g¨¦nero ¨Centendidos como naturales¨C y ha enfatizado la fuerza y valor de las mujeres dentro de la comunidad. En la imagen, cuatro generaciones de mujeres Rohingya de Thandawly".Marta Tucci"Con tan solo 17 a?os, Noor Haba perdi¨® a su esposo durante una oleada de violencia en octubre, y su hijo fue raptado por las fuerzas armadas birmanas (budistas arakaneses) cuando hu¨ªa de su pueblo en llamas. Al igual que muchas madres que viven atrapadas en esta situaci¨®n, Noor tuvo que vender los pocos objetos de valor que ten¨ªa para poder sobornar a las fuerzas del ej¨¦rcito birmano con el fin de recuperar a su hijo. Lleva casi un a?o atrapada un campamento IDP con su hijo, que sufre de un trastorno cong¨¦nito. Cuando conoc¨ª a Noor, estaba embarazada de cinco meses tras ser v¨ªctima de una violaci¨®n por los mismos militares que vigilan las entradas y salidas de los campamentos IDP".Marta Tucci¡°Hacinados en improvisadas estructuras de paja, los rohingyas IDP habitan soluciones temporales que se han derivado en permanentes y delimitado una forma de vida deficitaria. La falta de alimento y refugio, de agua potable, de saneamiento y atenci¨®n m¨¦dica adecuada es ya una rutina para las comunidades desplazadas, en las que la desesperaci¨®n erosiona r¨¢pidamente su dignidad y esperanza¡±.Marta Tucci¡°Quienes se han visto obligados a huir de los abusos se exponen ahora a sufrir una inseguridad extrema, as¨ª como a una vida de encarcelamiento en campos de desplazados internos. Debido a las prohibiciones de las fuerzas de seguridad de inmigraci¨®n vigentes, estas personas tienen prohibido el acceso a los mercados, a la salud y a otras necesidades b¨¢sicas que se encuentran fuera de los campamentos. As¨ª mismo, las autoridades restringen el acceso de la ayuda humanitaria, por lo que la llegada de la temporada de monzones, que conlleva riesgo de inundaciones y de padecer epidemias de malaria y disenter¨ªa (entre otras enfermedades), se ha convertido en una realidad que podr¨ªa derivar en un desastre humanitario a gran escala. En la imagen, Zara Hadu de 50 a?os y procedente de Thandawly Villlage¡±.Marta Tucci¡°Cuando conoc¨ª a Noor Nara, de 50 a?os, me sobrecogi¨® su determinaci¨®n y valor por proteger la cultura e identidad rohingya. Antes de llegar a Rabba Garden IDP, Noor fue capturada por militares birmanos y forzada a firmar unos documentos definiendo su identidad nacional como bengal¨ª, negando de esta manera la existencia de una etnia rohingya en Myanmar. V¨ªctima de chantaje, abusos y torturas, Noor nunca accedi¨® a firmar los documentos y tras huir de su cautiverio, encontr¨® refugio en el campamento de Rabba Garden. Noor lidera junto a un grupo de rohingya desplazados una iniciativa de escribir una carta diaria dirigida a las Naciones Unidas expresando la grave situaci¨®n de su comunidad y la urgente necesidad de ayuda. Hasta el momento nunca han recibido respuesta, pero como ella misma expreso: ¡®Seguiremos escribiendo hasta que alguien nos escuche¡±.Marta Tucci¡°Ante el silencio y falta de inter¨¦s de los medios de comunicaci¨®n as¨ª como de la ausencia de toma de decisiones de la comunidad internacional, los rohingya han sido condenados a una existencia sombr¨ªa y a vivir abandonados a su suerte en campos de desplazados. Durante mi tiempo dentro de los campamentos, no presencie en ning¨²n momento reg¨ªmenes de ayuda humanitaria de car¨¢cter nacional o internacional¡±.Marta Tucci¡°La fe irrevocable de Mehjabeen (de 62 a?os) la ha convertido en un punto de referencia espiritual, y una persona muy respetada dentro de la comunidad desplazada rohingya. Educa a los j¨®venes y lidera las oraciones de las mujeres y ni?os, sin importar las circunstancias que les rodeen. Mehjabeen me permiti¨® presenciar las oraciones de Asr (la tercera del d¨ªa), y fue probablemente uno de los momentos de esperanza m¨¢s fuertes que viv¨ª durante mi tiempo con los rohingya. Antes de marcharme, Mehjabeen se acerc¨® y me dijo: ¡®Por favor lleva tus fotograf¨ªas y nuestras historias a la comunidad internacional para que puedan venir a ayudarnos¡±.Marta Tucci¡°Dada la trascendencia de esta situaci¨®n, este reportaje pretende documentar la dif¨ªcil coyuntura que atraviesan las mujeres rohingya de todas las edades, y asume la necesidad de prestar atenci¨®n no solo a las condiciones de vida alarmantes que padecen ellas y sus familias, sino a la evoluci¨®n del papel de la mujer en un grupo social que atraviesa una situaci¨®n de conflicto y postconflicto. Mi objetivo es dar a conocer, por tanto, la capacidad de resistencia individual y colectiva de esta comunidad, y dejar constancia de que, a pesar de habitar diariamente la desesperaci¨®n, estas mujeres sostienen con dignidad la responsabilidad de cuidar de s¨ª mismas, de sus familias y de la comunidad, as¨ª como de velar por el destino de una minor¨ªa ¨¦tnica olvidada y en riesgo de desaparecer por completo¡±.Marta Tucci