Una copa de vino Mandela
La familia del fallecido l¨ªder sudafricano comienza a comercializar productos con su apellido. Hay hasta 18 marcas registradas
Que la marca Nelson Mandela es sin¨®nimo de fama y reconocimiento no hay quien lo dude. Lo sabe bien su extensa parentela, que ha puesto el insigne apellido del recientemente fallecido ex presidente de Sud¨¢frica en numerosos proyectos comerciales. En 2010, el clan se estren¨® en la industria vitivin¨ªcola, de gran tradici¨®n en la regi¨®n sure?a de Ciudad del Cabo, y ahora llama a la puerta del mercado europeo con la presentaci¨®n esta semana de sus productos en Holanda. Las etiquetas de las botellas lucen orgullosas House of Mandela, es decir, Casa de Mandela, junto a una abeja, el animal que, dicen, representa mejor el esp¨ªritu de la familia, que por su funci¨®n polinizadora permite el cambio del mundo. Nada destacan de las dolorosas picaduras que provocan y eso que hijas y nietos se han dado m¨¢s de un mordisco en p¨²blico.
La hija mayor Makaziwe, la ¨²nica superviviente de su primer matrimonio, y su reto?a Tukwini empezaron a pensar en la aventura del vino durante la multitudinaria fiesta que se celebr¨® en Johannesburgo con motivo de los 85 a?os del padre, en 2003. Pero la compa?¨ªa no empez¨® su andadura hasta siete a?os despu¨¦s, con la aprobaci¨®n del patriarca del clan, por aquel entonces ya con una salud debilitada. Los vinos est¨¢n disponibles ya en las tiendas de Sud¨¢frica, China, Canad¨¢, Estados Unidos, Brasil y, a partir de ahora, inicia la incursi¨®n en Europa.
¡°Como familia, siempre quisimos contar la historia de la Casa de Mandela. No es s¨®lo acerca de mi padre, sino tambi¨¦n de d¨®nde viene y d¨®nde est¨¢n nuestras ra¨ªces¡±, explica Makaziwe, que no esconde que el apellido es hoy por hoy la ¡°mejor marca en el continente africano¡±, que demuestra que la oferta de ?frica sobrepasa la imagen de pobreza.
House of Mandela se vendi¨® como un intento de poner en el mercado un producto de buena calidad, con la voluntad de promocionar el comercio justo de responsabilidad social al tiempo que quer¨ªa involucrar a la poblaci¨®n negra en el consumo y en la producci¨®n de los caldos.
De hecho, los blancos sudafricanos son los que tradicionalmente se han ocupado del cultivo de los valorados vi?edos del pa¨ªs, aunque un plan del Gobierno pretende que productores negros entren en el negocio, facilit¨¢ndoles la compra de tierras, aunque es un proceso muy lento por la falta de disponibilidad de los viticultores de toda la vida a vender sus propiedades o la falta de experiencia y de financiaci¨®n de los candidatos.
Junto al vino, los diferentes miembros del clan se han embarcado a explotar el apellido y la figura del patriarca, desde una marca de ropa, a una red social al estilo Facebook o un reality en EE UU. protagonizado por dos de sus nietas. La Fundaci¨®n que lleva el nombre del Premio Nobel de la Paz tiene registradas 18 marcas para preservar el uso inadecuado de su imagen.
La propia familia es la que ha dado peor imagen con acusaciones cruzadas mientras Mandela estaba hospitalizado en estado cr¨ªtico en 2013. Lejos de esa herencia de paz y concordia que ha dejado el icono de la reconciliaci¨®n.
Makaziwe jug¨® en esta guerra familiar un papel predominante, enfrent¨¢ndose a Mandla, el nieto y jefe del clan por designio del ex presidente. Ambos, ayudados por las otras dos hijas y su prole, encabezaron titulares por las disputas de qui¨¦n se hac¨ªa con el control de las compa?¨ªas que explotan los derechos de imagen del patriarca e incluso llegaron a denunciar a tres viejos camaradas de Mandela, que hab¨ªan intentado poner orden al desmadre del negocio por orden del ex presidente.
Lo que dej¨® sin palabras a la opini¨®n p¨²blica sudafricana fue que la familia trasladara su particular campo de batalla al cementerio. Mandla se atrevi¨® a exhumar y trasladar a otra tumba a tres de sus familiares sin el permiso del clan. Makaziwe hizo pi?a con el resto de familia y denunci¨® al sobrino que fue obligado a volver a enterrar los cuerpos en la tumba original. La disputa en este caso ten¨ªa tambi¨¦n origen econ¨®mico porque el nieto contaba que el mausoleo familiar ser¨ªa un buen reclamo para sus intereses tur¨ªsticos en la aldea donde es el jefe.
Aunque se esperaba que el testamento de Mandela abriera otra vez la caja de los truenos, de momento, despu¨¦s de un mes que se abriera, los beneficiaros no han abierto la boca, aceptando as¨ª las ¨²ltimas voluntades.
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