Otro tiempo
El presidente de la Comunidad de Madrid recibe a las ¡°marchas de la dignidad¡± con el hospitalario sambenito de ¡°neonazis¡±
Antonio Sandoval, autor de ?Para qu¨¦ sirven las aves?,una obra fascinante que anda emigrando de boca en boca, me informa de que todav¨ªa no han llegado los primeros cucos. Miles de ellos estar¨¢n ahora atravesando el desierto del S¨¢hara, en una traves¨ªa ¨¦pica que puede superar los 5.000 kil¨®metros, seg¨²n el destino en Europa. Aunque una parte sucumbe en el intento, la mayor¨ªa cruza el Estrecho y atraviesa la pen¨ªnsula Ib¨¦rica. Toda una red humana, presencial, est¨¢ alerta para escuchar ese canto que para la naturaleza tiene un efecto germinal, como el aviso de un despertar. ?Cu¨¢ndo deciden emigrar las aves? A mediados del siglo pasado, los investigadores situaron el origen de esa inquietud en un ¡°reloj interior¡± y denominaron Zugunruhe a ese impulso. A la hora de despertar y ponerse en marcha contra la injusticia debe existir algo parecido a ese reloj interior en la especie humana. Las llamadas ¡°marchas de la dignidad¡± que confluyen en Madrid para denunciar la ¡°emergencia social¡± en que vive una parte creciente de la poblaci¨®n espa?ola obedecen a un instinto de supervivencia. Cuando la justicia queda atrapada bajo la resignaci¨®n, la sociedad se convierte en una naturaleza muerta. Se ha aprovechado la crisis para retrasar todos los relojes. ?En qu¨¦ frigor¨ªfico se acumulan las entra?as del tiempo perdido? La OCDE alerta que Espa?a es el pa¨ªs europeo donde m¨¢s se ha agrandado la desigualdad. Tambi¨¦n en el trato entre el Gobierno y los ciudadanos. A la exigencia de sacrificios, se suma la humillaci¨®n. El ministro de Hacienda avisa de que no va a quedar t¨ªtere con cabeza. Es decir, los m¨¢s ricos pagar¨¢n menos. El presidente de la Comunidad de Madrid recibe a las ¡°marchas de la dignidad¡± con el hospitalario sambenito de ¡°neonazis¡±. Alguien deber¨ªa explicarles que entramos en otro tiempo. La gente sincroniza el reloj interior y empieza a ejercer el derecho a levantarse del suelo.
?
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.