El dictador kazajo mima a Enrique y Cressida en su escapada invernal
Kazajist¨¢n puso un helic¨®ptero del Gobierno a disposici¨®n del hijo del pr¨ªncipe Carlos y su novia Kensington asegura que solo pasaban un fin de semana en "un viaje privado para esquiar"
?Qu¨¦ tiene Kazajst¨¢n que atrae tanto a la familia Windsor? Primero fue el pr¨ªncipe Andr¨¦s, hijo mediano de la reina Isabel, quien levant¨® todo tipo de sospechas por sus relaciones con ese antiguo sat¨¦lite sovi¨¦tico gobernado con pu?o de hierro por Nursultan Nazarbayev. Sobre todo cuando en 2007 consigui¨® vender su antiguo domicilio conyugal al yerno de Nazarbayev, Timur Kulibayev, que pag¨® por la casa 18 millones de euros, aunque Andr¨¦s solo ped¨ªa 14,4 cuando la sac¨® a la venta. La casa sigue abandonada desde entonces.
Ahora es el pr¨ªncipe Enrique, hijo peque?o del pr¨ªncipe de Gales, el que ha copado la atenci¨®n de los medios brit¨¢nicos al saberse que hace dos semanas ¨¦l y su novia, Cressida Bonas, pasaron un fin de semana en una estaci¨®n de esqu¨ª de ese pa¨ªs con un grupo de amigos. La pareja, que viaj¨® hasta all¨ª en avi¨®n privado, se trasladaba cada ma?ana en un helic¨®ptero oficial del Gobierno de Kazajst¨¢n desde su alojamiento hasta las pistas de esqu¨ª.
Aunque no ha hecho nada ilegal y no se ha entrevistado con ning¨²n miembro del Gobierno de Kazajst¨¢n, el viaje de Enrique pone de evidencia que, tras varios a?os de constantes golpes de efecto, los relaciones p¨²blicas de la familia real parecen tener este a?o la guardia baja. En enero, el pr¨ªncipe Guillermo viaj¨® en secreto a Espa?a con su hermano para participar en una cacer¨ªa de jabal¨ªes salvajes precisamente en v¨ªsperas de hacer un llamamiento junto al pr¨ªncipe de Gales en contra de las cacer¨ªas de animales salvajes.
Hace tan solo unos d¨ªas, Guillermo y su esposa, Catalina, fueron de nuevo objeto de cr¨ªtica por irse de vacaciones a las islas Maldivas y dejar al cuidado de los padres de ella al hijo de meses de la pareja, el pr¨ªncipe Jorge. Ahora, Enrique se va a esquiar a un pa¨ªs famoso por sus abusos en el terreno de los derechos humanos. ¡°No hay ninguna ley que proh¨ªba a Enrique ir a esquiar a Kazajst¨¢n, pero pod¨ªa haber pensado un poco en la gente que no puede ir con ¨¦l a disfrutar en las pistas de esqu¨ª¡±, le ha reprochado un portavoz de Amnist¨ªa Internacional, la conocida organizaci¨®n que eval¨²a constantemente el estado de los derechos humanos en el mundo.
La presencia de Enrique y Cressida en Kazajst¨¢n ha sido desvelada en Twitter por un turista ruso que mostr¨® su sorpresa por haber visto al nieto de la reina de Inglaterra en las pistas del complejo invernal de Shymbulak, cerca de Almaty, la que fuera capital del pa¨ªs hasta 1997. El palacio de Kensington no ha querido dar muchos detalles sobre el asunto. ¡°El pr¨ªncipe Enrique estaba en un viaje privado para esquiar. Era exactamente eso. Ni m¨¢s, ni menos¡±, se ha limitado a decir un portavoz de palacio.
Los medios londinenses aseguran que Enrique y Cressida fueron invitados a participar en la expedici¨®n y que los gastos corrieron a cargo de uno de los amigos de la pareja que participaba tambi¨¦n en el viaje. La atenci¨®n medi¨¢tica que suscit¨® la presencia de la pareja el a?o pasado en las pistas de Verbier, en los Alpes suizos, fue uno de los factores que impulsaron a Enrique a aceptar la posibilidad de ir a esquiar a un lugar bastante m¨¢s remoto, seg¨²n amigos de la pareja citados de forma an¨®nima por algunos medios.
Entre los propietarios de la estaci¨®n de esqu¨ª de Shymbulak est¨¢ el millonario kazajo Serzhan Zhumashov, que presume de haber acumulado una fortuna de m¨¢s de 150 millones de euros gracias a sus conexiones pol¨ªticas.
Nursultan Nazarbayev preside el pa¨ªs desde diciembre de 1991 y de ¨¦l se dice que ha transferido m¨¢s de mil millones de d¨®lares procedentes del petr¨®leo a cuentas suyas en el extranjero. Estados Unidos abri¨® en 2010 una investigaci¨®n sobre las acusaciones de corrupci¨®n contra el presidente y el supuesto pago de sobornos por empresas estadounidenses, pero Nazarbayev y su familia consiguieron salir airosos. Las dudas sobre su integridad no le impidieron contratar en su d¨ªa al ex primer ministro brit¨¢nico Tony Blair, al que seg¨²n los medios pag¨® casi 10 millones de euros para que le aconsejara sobre c¨®mo gobernar de forma democr¨¢tica.
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