El ajuste contin¨²a
La econom¨ªa espa?ola tiene poco margen para renunciar a la pol¨ªtica de estabilidad financiera
Hacienda ha elegido la interpretaci¨®n m¨¢s ben¨¦vola sobre el cierre del d¨¦ficit de las administraciones p¨²blicas en 2013. El registro de 6,62% del PIB (m¨¢s de 66.000 millones de euros), una d¨¦cima por encima del objetivo marcado por Bruselas, se considera, en palabras de la vicepresidenta S¨¢enz de Santamar¨ªa, en ¡°la senda de la consolidaci¨®n fiscal marcada por la Comisi¨®n Europea¡±. Eso es as¨ª, aunque tambi¨¦n sea el segundo incumplimiento consecutivo de un objetivo clave en la pol¨ªtica de estabilidad y vaya acompa?ado de un aumento notable de la deuda p¨²blica. Sobre todo si se suman los 4.600 millones imputables a 2013 (no incluidos en el 6,62%) correspondientes a las ayudas a la banca. En todo caso habr¨¢ que esperar a la sanci¨®n de las autoridades europeas, que puede modificar la cuenta final, y tambi¨¦n al previsible aumento del PIB en la revisi¨®n de septiembre, que tendr¨ªa un efecto de disminuci¨®n del d¨¦ficit.
La estabilidad financiera p¨²blica sigue siendo la gu¨ªa econ¨®mica del Gobierno, aunque la disminuci¨®n de la prima de riesgo elimine el riesgo perentorio de colapso, evidente en 2012. El peso opresivo de la deuda podr¨ªa manifestarse de nuevo en caso de un empeoramiento brusco de las condiciones financieras internacionales. Pero lo cierto es que la gu¨ªa pol¨ªtica que viene de Bruselas ya no es tanto la estabilidad a cualquier precio, sino las reformas econ¨®micas. El objetivo de d¨¦ficit ha dejado de ser imperativo para convertirse en orientativo. Y este cambio no se debe a que Espa?a u otros pa¨ªses hayan cumplido sus compromisos, sino a que la Comisi¨®n Europea y el Fondo Monetario han descubierto que los multiplicadores de crecimiento estaban equivocados. Es decir, que por cada unidad de gasto recortada el crecimiento y la renta ca¨ªan m¨¢s de lo calculado, de forma que las exigencias de ajuste conduc¨ªan a la pobreza m¨¢s que a la austeridad.
Ahora bien, a pesar de la tolerancia europea, la cuesti¨®n principal sigue siendo de cu¨¢nto margen dispone el Gobierno para modificar la pol¨ªtica de ajustes y aplicar una reforma fiscal contundente que reduzca sustancialmente algunos impuestos que estimulen el crecimiento econ¨®mico y el empleo. Los indicios conocidos ¡ªpor ejemplo, la rebaja impositiva propuesta por la comisi¨®n de expertos¡ª sugieren que el margen es escaso; incluso existe la probabilidad de una nueva subida del IVA. La senda de la consolidaci¨®n fiscal no ha terminado todav¨ªa.
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