Tu silencio mientras duermes me har¨¢ rico
El grupo Vulfpeck crea un ¨¢lbum de siete horas de silencio que, reproducido en Spotify, genera dinero para un 'tour' mundial gratuito
Ser¨ªa materialmente imposible dar una limosna a un m¨²sico de metro tan peque?a (no existen esas monedas) como la cantidad que ingresa un artista cada vez que un oyente escucha una de sus canciones en Spotify.
Sin embargo, hecha la ley, hecha la trampa. El grupo de funk Vulfpeck ha creado un disco de absoluto silencio. Quiz¨¢s no sea una maravilla, pero no molesta. Calculan que si el oyente lo (no) escucha en bucle durante siete horas, mientras sue?a con los angelitos, generar¨¢n la asombrosa cifra de cuatro d¨®lares. Con el montante final, la banda de Ann Arbor (Michigan) pretende pagarse una gira muy especial bautizada con el mismo t¨ªtulo del disco en cuesti¨®n: Sleepify (en la que tocar¨¢n sus anteriores ¨¢lbumes; no van a quedarse callados en silencio durante siete horas antes el p¨²blico).
Jack Stratton, l¨ªder del combo e impulsor de la idea, que explic¨® en un v¨ªdeo de YouTube, ha confesado que el disco ha sido reproducido a estas alturas m¨¢s de un mill¨®n de veces, generando m¨¢s de 5.000 d¨®lares. Vulfpeck no pretenden lucrarse con el asunto: persiguen no solo sufragar los alquileres y viajes, sino que la suma total permita que las entradas a sus conciertos sean gratuitas. Y, para hacerlo m¨¢s justo, elegir¨¢n las escalas de su gira en funci¨®n de los gr¨¢ficos de Spotify que muestran en qu¨¦ puntos concretos ha sido m¨¢s escuchada (en este caso, no escuchada) su m¨²sica.
Otros artistas se han rebelado contra estas plataformas de escucha de m¨²sica en streaming. Thom Yorke (Radiohead) manifiesta su ira a menudo y la American Society of Composers perdi¨® un juicio contra la otra plataforma exitosa: Pandora.
El caso es que el artista solo acaba ingresando, aproximadamente, 0,005 o 000,6 d¨®lares por canci¨®n reproducida, de modo que la idea de Vulfpeck tiene tanto de humorada, como de denuncia y pragmatismo para buscar la viabilidad de su proyecto. Eso s¨ª, han planteado todo con una indudable gracia. Por ejemplo, alertaron a sus fans de que no escuchen aleatoriamente el ¨¢lbum, sino en riguroso orden (todas las canciones llevan por t¨ªtulo el n¨²mero de ¡°z¡± seg¨²n su posici¨®n en el disco¡ aunque todas sean iguales y tan silenciosas como un convento de clausura durante la siesta de sus monjas).
La larga historia del silencio
Spotify, a trav¨¦s de uno de sus portavoces, ha preferido encajar el gol por la escuadra con humor: ¡°Nos gustaban m¨¢s sus anteriores ¨¢lbumes, este parece un poco copia de John Cage¡±, han dicho.
El portavoz de Spotify se refiere a una de las muchas marcianadas ideadas por el artista vanguardista John Cage, la pieza 4¡¯ 33¡±, un fragmento de esa duraci¨®n y de silencio. Cage pretend¨ªa denunciar cierto criterio de las radios a la vez que compon¨ªa una oda a la belleza de lo cotidiano, del sonido ambiente. Las intenciones de Vulfpeck son a¨²n m¨¢s pecuniarias y pragm¨¢ticas.
En esa misma l¨ªnea, hace unos meses la discogr¨¢fica italiana experimental Alga Marguen editaba el ¨¢lbum Sounds of Silence, con silencios (o canciones mudas) de infinidad de artistas: Andy Warhol, Sly & The Family Stone, Robert Wyatt, AFrica Bambaataa, Orbital¡. o uno de los m¨¢s famosos: el de Yoko Ono (ella ya hab¨ªa vendido cintas vac¨ªas en su ¨¦poca con el movimiento art¨ªstico Fluxus) y John Lennon. La pareja edit¨® en 1969 Two Minutes Silence, dentro del disco Unfinished Music N? 2: Life with the Lions.
As¨ª que la idea de Vulfpeck puede que no sea novedosa, pero s¨ª abraza una nueva dimensi¨®n c¨®mica y pr¨¢ctica. Hay m¨²sica para encamarse, para correr, para cenar y, ahora, para dormir. Reproducible al m¨¢ximo volumen sin miedo a las quejas del vecino m¨¢s picajoso. Como cantaban Depeche Mode: ¡°Las palabras son innecesarias, disfruta del silencio¡±. Y p¨¢guele, sin gastarse nada, una gira a Vulfpeck aunque sea por su brillante idea.
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