Mejora la tendencia
La ca¨ªda del paro ratifica el crecimiento, pero la recuperaci¨®n sostenida exige m¨¢s empleo fijo
Caben ya pocas dudas de que la econom¨ªa espa?ola ha entrado en una senda de crecimiento, aunque probablemente bajo para las urgencias que plantea el abultado volumen de desempleo. La tasa de crecimiento es d¨¦bil todav¨ªa ¡ªaunque el Gobierno ya se propone elevar la previsi¨®n para este a?o hasta el 1,5%¡ª, pero el mercado laboral est¨¢ respondiendo en consonancia y afianzando la tendencia a la mejora de la afiliaci¨®n a la Seguridad Social. En marzo, el paro registrado descendi¨® en 16.620 personas, mientras que la afiliaci¨®n aument¨® en 83.984 (25.500 en t¨¦rminos desestacionalizados): m¨¢s que una vaga esperanza, son indicios de una reactivaci¨®n de la econom¨ªa.
Una prudencia elemental aconseja esperar a la encuesta de poblaci¨®n activa (EPA) del primer trimestre antes de declarar el cambio de tendencia definitivo. Importa precisar si es definitivo o no, porque incluso desde antes de que se decretara oficialmente el final de la recesi¨®n ya se hab¨ªa detectado un proceso de lenta mejora en la afiliaci¨®n a la Seguridad Social. La consulta con la EPA es pertinente no solo por el an¨¢lisis estad¨ªstico, que tendr¨¢ probablemente cierta coherencia con el paro registrado en las oficinas del Inem, sino tambi¨¦n para conocer con exactitud la calidad del empleo creado.
Porque la tasa de temporalidad en Espa?a sigue siendo muy elevada, a pesar de que la recesi¨®n ha destruido principalmente contratos temporales. Buena parte de la reducci¨®n del paro se debe al crecimiento del empleo a tiempo parcial (favorecido por la reforma) y a la conversi¨®n sistem¨¢tica de parados en aut¨®nomos. Por estas razones, los evidentes s¨ªntomas de mejor¨ªa en el mercado laboral deben ser valorados con ecuanimidad, sin dar por sentado que los problemas graves del mercado de trabajo habr¨¢n desaparecido a corto plazo con solo observar su evoluci¨®n.
Editoriales anteriores
La temporalidad no es el mejor fundamento para sostener una recuperaci¨®n econ¨®mica. Ni favorece el ahorro ni incentiva la demanda de consumo; m¨¢s bien conduce a un estancamiento de ambos factores, que son los que deben impulsar un modelo de crecimiento fiable. Las expectativas de recuperaci¨®n tampoco se benefician del descenso permanente de la tasa de cobertura del desempleo. Puede darse la paradoja de que el paro descienda, el empleo aumente, pero las condiciones sociales en Espa?a no superen los niveles percibidos en plena recesi¨®n.
La reforma laboral no puede ser la ¨²nica pol¨ªtica de empleo. Es necesario aprovechar este momento de tasas incipientes de crecimiento para aplicar est¨ªmulos a la contrataci¨®n que limiten la dualidad del mercado de trabajo. En estos momentos, el descenso del paro es demasiado lento y la contrataci¨®n es insuficiente para reducir el desempleo en un plazo razonable. A este ritmo habr¨¢ pocas esperanzas para m¨¢s de una generaci¨®n de j¨®venes.
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