Pasos adelante en Roma

El programa de reformas del papa Franciso sigue adelante; ahora, con una de las decisiones m¨¢s esperadas desde que Jorge Mario Bergoglio se convirti¨® en pont¨ªfice: la revisi¨®n del funcionamiento del Instituto para las Obras de Religi¨®n (IOR), m¨¢s popularmente conocido como el Banco Vaticano. Escenario de los esc¨¢ndalos m¨¢s mundanos de anteriores papados ¡ªmalversaci¨®n de fondos, lavado de dinero, capitales de dudoso origen e intrigas diversas¡ª, Francisco incluso se hab¨ªa planteado su desaparici¨®n.

En una decisi¨®n que parece prudente y pragm¨¢tica, el Vaticano mantiene la entidad pero se aviene a aplicar los est¨¢ndares internacionales que se le exig¨ªan y que ya aplican, por obligaci¨®n, las entidades financieras de todo el mundo. La opacidad de esta instituci¨®n ha sido, justamente, el origen de muchos de los esc¨¢ndalos e irregularidades que la han perseguido en el pasado. La transparencia tendr¨¢ que ser en el futuro la clave para alinearse con el resto de esas entidades.

Ayer, el nuevo responsable de finanzas del Vaticano, el cardenal australiano George Pell, nombrado el pasado mes de febrero, anunci¨® que el Banco Vaticano no se cierra, sino que trabajar¨¢ ¡°con prudencia¡± para ¡°proporcionar servicios financieros especializados a la Iglesia cat¨®lica¡±. Se trata de un paso trascendental que indica las intenciones renovadoras del papa argentino, si bien los tiempos son los habituales de esta vetusta instituci¨®n: al igual que las cuestiones dogm¨¢ticas se hacen esperar, la aplicaci¨®n de las normas financieras para el Banco Vaticano tambi¨¦n se realizar¨¢n a ritmo lento. As¨ª lo dejaba ver ayer la instituci¨®n al hablar de una adaptaci¨®n ¡°sistem¨¢ticamente sostenible¡±.

Es importante, en todo caso, que la demora no sea excesiva. El Instituto de las Obras de Religi¨®n sigue hoy en d¨ªa sin aplicar los est¨¢ndares internacionales. Renunciar a un banco propio que gestiona todos los recursos de la Iglesia cat¨®lica seguramente no era una opci¨®n viable: la supervivencia econ¨®mica de la Iglesia cat¨®lica depende de la administraci¨®n de un organismo como este. Pero de la profundidad de esta reforma ¡ªen marcha desde que en febrero se creara la nueva estructura de coordinaci¨®n para los asuntos econ¨®micos¡ª depende en gran parte la credibilidad de la voluntad de renovaci¨®n de este papado que tantas expectativas de cambio ha generado.