Ruanda: acusaciones aberrantes

Algunas acusaciones contra la acci¨®n de Francia en Ruanda son formuladas de buena fe por personas conmocionadas que no entienden por qu¨¦ nuestro pa¨ªs, el ¨²nico que se comprometi¨® desde 1990 a intentar parar la mort¨ªfera maquinaria de los enfrentamientos, no intervino militarmente para frenar el genocidio.(...)

Es perfectamente normal analizar la pol¨ªtica exterior francesa y algunas cr¨ªticas son leg¨ªtimas. Pero otras chocan por su exceso, su simplismo, su parcialidad. Seg¨²n algunas de estas cr¨ªticas, Francia habr¨ªa apoyado un r¨¦gimen dictatorial y ¡°etnicista¡± con el fin de preservar su zona de influencia en ?frica, (...) habr¨ªa contribuido con su ayuda militar a la preparaci¨®n del genocidio; (...) se habr¨ªa negado a socorrer a las v¨ªctimas e incluso habr¨ªa ayudado a los autores del genocidio a huir de Ruanda.

Son acusaciones aberrantes, desprovistas de todo fundamento si se confrontan con los hechos establecidos en 1998 por la Misi¨®n de Informaci¨®n Parlamentaria que presid¨ª y con los testimonios de los protagonistas. (...)

No resulta excesivo afirmar que la comunidad internacional se equivoc¨® en Ruanda por falta de voluntad. La ONU no pudo desempe?ar su misi¨®n de seguridad porque la mayor¨ªa de las grandes potencias no quisieron darle los medios. Incluso se redujeron los efectivos desplegados en Kigali. Despu¨¦s, cuando la ONU acord¨® lanzar una operaci¨®n humanitaria, fue Francia quien despleg¨® sola la Operaci¨®n Turquoise ?porque ning¨²n otro pa¨ªs quer¨ªa comprometerse! (...) No se puede considerar a Francia culpable de aquello que trat¨® de impedir por todos los medios.?

Paul Quil¨¨s

Par¨ªs, 9 de abril