Zerolo
Los peri¨®dicos nos ocupamos ahora de lo que hace y dice Zerolo, con una atenci¨®n que antes no obten¨ªa de igual manera
Desde hace algunos meses, Pedro Zerolo est¨¢ enfermo de c¨¢ncer y ¨¦l fue el primero en decirlo. Evit¨® que en los mentideros, tan propicios a deducir, empezaran las interrogantes sobre sus ausencias. Y dej¨® dicho que lo suyo no solo era grave, sino crucial, y que se aprestaba a una lucha denodada contra un mal que iba a ser complicado de sobrellevar; pero estaba preparado para la lucha. Dej¨® a un lado, pues, el rumor y se enfrasc¨® en la lucha.
Ahora, con las consecuencias visibles de esa guerra contra el mal que lo aqueja, ha sido visto en varias ocasiones, y los peri¨®dicos nos hemos ocupado de ¨¦l, y de lo que hace o lo que dice, con una atenci¨®n que antes me parece que no obten¨ªa de igual manera. As¨ª somos los periodistas, y ¨¦l lo sabe; en medio de las luchas que ahora le celebramos (con premios muy merecidos, por su defensa de la igualdad), ¨¦l se quejaba en sus tiempos de que solo hac¨ªamos caso a lo que defend¨ªa cuando hab¨ªa incidentes, mayores o menores, en acontecimientos que ¨¦l mismo puso en marcha para darle visibilidad a su movimiento de apoyo a los gais.
Ahora le costar¨¢ a cualquier Gobierno reaccionario Dios y ayuda levantarle a la sociedad la solidez de esos cimientos que puso Pedro Zerolo
Fue fundamental, cerca de la Administraci¨®n de Zapatero, para conseguir una ley trascendental por la que ahora se ha premiado al propio expresidente. Y ah¨ª lo hemos visto otra vez, celebrando con otros compa?eros de la misma singladura, record¨¢ndole a la sociedad espa?ola que, al menos en este ¨¢mbito, somos mejores que muchos otros lugares del mundo donde todav¨ªa el amor entre hombres o entre mujeres, o el respeto a los que quieren cambiar de sexo, est¨¢ en el lado oscuro del alma y ha de ser observado como un afecto o un deseo clandestino.
En uno de esos premios que recibi¨®, Zerolo, que es socialista casi desde que naci¨® en Caracas, invoc¨® los valores republicanos por los que su propia familia (el padre, Pedro Gonz¨¢lez, es un gran pintor canario; su t¨ªo Antonio Gonz¨¢lez fue uno de los grandes cient¨ªficos internacionales de nuestro pa¨ªs) sufri¨® persecuci¨®n cuando a Espa?a le pas¨® por encima la Guerra Civil. No es, pues, accidental ni fabricado por la ideolog¨ªa ni por la aspiraci¨®n pol¨ªtica el genio que Zerolo le ha aplicado a su defensa de la igualdad y de la libertad.
Ahora que estamos en un periodo incierto del trabajo social en la pol¨ªtica como idea de servicio p¨²blico, merece la pena observar su trayectoria y lo que defiende para que establezcamos el contraste, no solamente medi¨¢tico, entre lo que se dec¨ªa de ¨¦l cuando estaba m¨¢s solo que la una en la defensa de estos asuntos y lo que ahora es aquello por lo que se bati¨® el cobre.
Ahora le costar¨¢ a cualquier Gobierno reaccionario Dios y ayuda (sobre todo, Dios y ayuda) levantarle a la sociedad la solidez de esos cimientos que puso Pedro Zerolo. Ni los gais son ya mirados, en la sociedad y tambi¨¦n en la Administraci¨®n, como partes clandestinas de la din¨¢mica social, ni eso va a ocurrir nunca m¨¢s. Tendr¨ªa que pasar un cataclismo social, pol¨ªtico (y medi¨¢tico, por cierto) para que el reaccionarismo que ¨¦l ha combatido interrumpa esos logros y Espa?a quede otra vez a merced de las catacumbas.
Porque eso es as¨ª, me emociona ahora cada vez que lo veo recoger un premio, recibir el agasajo de los que trabajan con ¨¦l en Espa?a por defender la igualdad que antes parec¨ªa que hab¨ªa que ganarse hablando en voz baja en los bares oscuros. Esa luz que se encendi¨® la encendi¨® sobre todo Zerolo, y yo ten¨ªa ganas de decirlo.
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