Ejecuciones en EEUU
Avivar el debate sobre la barbarie de la pena de muerte es importante para el mundo civilizado
Matar con el patrocinio del Estado no puede ser el instrumento de una justicia civilizada, sino una lacra para el progreso humano. Lo demuestran crueldades como las sufridas por Clayton Lockett durante los 43 minutos que precedieron a su muerte en una prisi¨®n de Oklahoma. En su caso fall¨® la mezcla de drogas introducida en las inyecciones letales que le aplicaron, lo cual provoc¨® una terrible agon¨ªa y el aplazamiento de la ejecuci¨®n de un segundo condenado. Todo ello enfatiza la necesidad de avivar la pol¨¦mica sobre una forma legal de asesinato desterrada de Europa (salvo Bielorrusia) y suspendida en gran parte de Am¨¦rica.
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No es realista pensar en la abolici¨®n como un objetivo cercano, ni ayuda mucho la ¡°inhumanidad¡± de la que se ha limitado a hablar un portavoz de Obama. Pero es importante apoyar a los movimientos que est¨¢n consiguiendo reducir el apoyo de la opini¨®n p¨²blica de su pa¨ªs a esta clase de castigo, a base de resaltar su crueldad, las dudas sobre su constitucionalidad y el escaso o nulo efecto disuasorio que tiene respecto a la criminalidad. Tampoco se trata solo de administrar la muerte de otro modo (la silla el¨¦ctrica est¨¢ a¨²n vigente en media docena de Estados). Y aunque resulte dif¨ªcil resistir el deseo de venganza de las familias de las v¨ªctimas, hay que saber que las pruebas de ADN u otras han demostrado errores judiciales; y que esto ha librado del corredor de la muerte a 144 personas desde 1976, a?o de reintroducci¨®n de la pena capital en Estados Unidos.
Lejos de haberse convertido en una verg¨¹enza propia de pa¨ªses b¨¢rbaros o autoritarios, el a?o pasado fueron ejecutados en el mundo m¨¢s condenados que el anterior, seg¨²n Amnist¨ªa Internacional. De ah¨ª que sea preciso sumar a Estados Unidos a la parte del planeta donde la pena capital ha sido abolida o no se aplica. Sin ese requisito, el mundo occidental carecer¨¢ de autoridad moral para reprochar a China, Ir¨¢n o Arabia Saud¨ª su frecuente recurso a la ejecuci¨®n de prisioneros, ni a Egipto el aluvi¨®n de penas de muerte que est¨¢ imponiendo; ni a Brun¨¦i la reciente aprobaci¨®n de la pena capital, con lapidaci¨®n para ad¨²lteros y homosexuales incluida.
El asesinato legal es una r¨¦mora moral y un anacronismo impropio de sociedades evolucionadas y gobernadas por el derecho. Es decir, un m¨¦todo incompatible con lo que entendemos por civilizaci¨®n.
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