Trabajo, un derecho menguante

Enti¨¦ndase el juego de palabras, pero si, como se dice, el trabajo dignifica, cada vez habr¨¢ m¨¢s gente sin dignidad. Y es que, por mucho que las Constituciones y el buen sentido nos aseguren que todas las personas tienen derecho a un trabajo digno y justamente remunerado, la realidad de este nuevo tiempo es bien distinta. A estas alturas creo que ya todos tenemos claro que el trabajo cada vez ser¨¢ m¨¢s precario, m¨¢s escaso, peor remunerado y con condiciones menos dignas.

Seg¨²n el ¨²ltimo informe de la OIT, el n¨²mero de parados a nivel mundial se estima en 202 millones. Y lo m¨¢s preocupante es que debido a la implantaci¨®n progresiva de la tecnolog¨ªa en los medios de producci¨®n, a la desregulaci¨®n del mercado laboral y a la filosof¨ªa del beneficio sin l¨ªmites, es l¨®gico suponer que el n¨²mero de desempleados seguir¨¢ creciendo a?o tras a?o. De momento, lo que s¨ª se puede constatar es que el n¨²mero de nuevos empleos netos anuales es bastante menor que el n¨²mero de personas que entran en el mercado de trabajo.

Ante este sombr¨ªo panorama, cabe hacerse varias preguntas. ?C¨®mo va reaccionar la ciudadan¨ªa ante un desempleo masivo de larga duraci¨®n? ?C¨®mo sobrevivir¨¢n los parados? Para evitar una posible desestabilizaci¨®n social, ?qui¨¦n se har¨¢ cargo de esa poblaci¨®n creciente sin trabajo? ?Qu¨¦ har¨¢n los poderes econ¨®micos sin consumidores para su superproducci¨®n? ?Qu¨¦ ser¨¢ de la democracia en este nuevo contexto econ¨®mico y social?¡ª Pedro Serrano.