La revoluci¨®n de los musulmanes adictos a ¡®Vogue¡¯
La ¡°moda recatada¡± isl¨¢mica cobra impulso entre cr¨ªticas que achacan la banalizaci¨®n del velo, cuyo uso exige discreci¨®n
Huda Kuzeiz a¨²n se siente en una especie de limbo. En apenas tres meses, la joven universitaria de 19 a?os residente en Damasco ha pasado de pensar en formas de recogerse el pelo, a navegar por Youtube para aprender c¨®mo colocarse un pa?uelo en la cabeza seg¨²n la ocasi¨®n. De momento, se las intenta apa?ar para acertar con c¨®mo vestirse de acuerdo al precepto isl¨¢mico de no ense?ar m¨¢s que la cara y las manos y no marcar la silueta femenina. ¡°Muchas musulmanas no saben qu¨¦ llevar¡±, comenta sentada con una blusa de llamativo fucsia y un discreto velo blanco en una cafeter¨ªa del barrio de Hamra, en Beirut, ¡°es muy dif¨ªcil encontrar ropa (que case con el precepto isl¨¢mico), necesitamos prendas sueltas, pantalones holgados¡±.
En lo ¨²ltimos a?os, el hiyab ha salido del armario. Una nueva generaci¨®n de j¨®venes musulmanas practicantes que, como Huda, han decidido ir veladas exigen su derecho a manifestar sus creencias religiosas sin renunciar a vestir con estilo. La irrupci¨®n de blogueras y dise?adoras hiyabistas (mezcla de hiyab, el velo isl¨¢mico, y fashionista) ha llenado internet de pa?uelos de colores que se cierran y se entrelazan de m¨²ltiples formas y estilismos de cardigans y pantalones harem que bien podr¨ªan ocupar la portada de Vogue.
Es lo que reivindica Sarah Elanani, una de las estilistas m¨¢s precoces de la industria de la ¡°moda recatada¡±. Brit¨¢nica, de madre palestina y padre egipcio, la joven de 29 a?os titulada en la Escuela de Moda de Londres ha conseguido consolidarse como dise?adora con prendas pensadas para no ense?ar piel. ¡°Cuando arranqu¨¦ con la marca hace cinco a?os era una de las dos ¨²nicas firmas que hac¨ªan ropa para musulmanas¡±, asegura por correo electr¨®nico, ¡°ahora hay muchas m¨¢s marcas y blogs interesados en c¨®mo vestir decente pero con estilo¡±.
Sus abrigos y chaquetas, de cortes geom¨¦ticos y voluptuosos, est¨¢n dise?ados para evitar que el viento pueda levantar el hiyab. Sin embargo, las modelos que posan para su tienda online en manga corta y leggins, no llevan pa?uelo. ¡°Creo que mis dise?os son un producto de mi vida¡±, explica Elanani, ¡°he crecido en Reino Unido, mi estilo es muy brit¨¢nico, de modo que mis dise?os, aunque cumplan con las normas de recato, siguen siendo muy llevables de acuerdo a los est¨¢ndares occidentales¡±.
El boom ha sido rematado por el nacimiento de marcas especializadas en ropa isl¨¢mica y revistas de moda como la turca Ala Dergi, considerado el Vogue isl¨¢mico. Pero la pol¨¦mica tambi¨¦n ha seguido al destape. Algunas de las cr¨ªticas m¨¢s duras han llegado desde los propios sectores isl¨¢micos y, m¨¢s sorprendentemente, de mujeres musulmanas que cargan contra lo que consideran la banalizaci¨®n de un precepto religioso cuya m¨¢xima es que la mujer no llame la atenci¨®n.
Cuando en 2013 los autodenominados mipsterz (hipsters musulmanes) lanzaron el video Somewhere in America hubo dos reacciones: la de quienes se resist¨ªan a creer que fuese posible rular en un monopat¨ªn con tacones de diez cent¨ªmetros y la de quienes no terminaban de ver c¨®mo el velo isl¨¢mico pod¨ªa conjugarse con atuendos directamente re?idos con todo sentido de discreci¨®n.
¡°(Las mipsterz) expresan qui¨¦nes son a trav¨¦s de la moda¡±, responde Hadi Kaakour, estadounidense de origen liban¨¦s y fundador del movimiento, ¡°tener ra¨ªces extranjeras pero haber crecido en Am¨¦rica implica que tu estilo revela ambas influencias de tu personalidad, esta moda es un sincretismo producto de la globalizaci¨®n¡±. La musa directa de esta pandilla de revolucionarios de lo cool es la glamurosa jequesa qatar¨ª Mozah, una suerte de Grace Kelly ¨¢rabe.
¡°Vivimos en el siglo XXI¡±, reivindica Huda, ¡°tenemos que ir con nuestro tiempo, no puedo vestir ahora como se vest¨ªa en los tiempos del profeta Mahoma, no puedo sencillamente vestir abaya (t¨²nica tradicional en los pa¨ªses del Golfo) todo el tiempo, pero s¨ª puedo combinar el hiyab y la moda¡±.
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