Alicia en el pa¨ªs de la maravillas
Ser¨¢ imposible aplicar el Programa de Estabilidad, si no hay medidas adicionales
El pasado abril, el Gobierno aprob¨® el Programa de Estabilidad 2014, que ha enviado a Bruselas. En ¨¦l se compromete a reducir el d¨¦ficit desde el -7,1% de 2013 hasta el -1,1% en 2017. Esta reducci¨®n del d¨¦ficit es sorprendentemente id¨¦ntica a la que se realiz¨® entre los a?os 1995 y 1999, pero la situaci¨®n econ¨®mica es ahora bastante distinta. El crecimiento nominal del PIB entre 1995 y 1999 fue muy superior al previsto para el periodo 2013-2017. Adem¨¢s, el nivel de deuda p¨²blica y la tasa de paro eran mucho menores en los noventa. Dadas estas diferencias, ?es cre¨ªble el Programa de Estabilidad aprobado?
El programa refleja que la mayor parte del ajuste se har¨¢ por la parte del gasto. Esto tambi¨¦n sucedi¨® en el periodo 1995-1999 cuando el gasto se redujo en 4,6 puntos porcentuales del PIB. Aquella reducci¨®n se bas¨® en las ca¨ªdas de los gastos en intereses (-1,6 puntos del PIB), de las prestaciones sociales (principalmente prestaci¨®n por desempleo y pensiones, -1,5 puntos del PIB) y del consumo p¨²blico (-0,9 puntos del PIB). Pero estos ajustes fueron posibles gracias al alto crecimiento del PIB nominal. Solo el gasto en intereses se redujo en t¨¦rminos nominales. En la senda establecida en el Programa de Estabilidad los gastos se recortar¨¢n en -4,8 puntos del PIB.
Sin embargo, esta vez no tendremos la ayuda de la ca¨ªda del gasto en intereses, as¨ª que el ajuste se basa en una fuerte ca¨ªda del consumo p¨²blico (-3,1 puntos del PIB) y de las prestaciones sociales (-1,2 puntos del PIB). Para conseguir una reducci¨®n de consumo p¨²blico como la anunciada es necesario que se produzca una ca¨ªda de este en t¨¦rminos nominales. Este hecho solo ha ocurrido en los a?os 2011, 2012 y 2013, cuando se llevaron a cabo medidas como la reducci¨®n del sueldo de los funcionarios, la eliminaci¨®n de la paga extra y los reales decretos en sanidad y educaci¨®n. Sin recortes de semejante magnitud, parece impensable una reducci¨®n del consumo p¨²blico como la anunciada. O hay nuevos recortes o no ser¨¢ posible un ajuste del gasto de tal magnitud.
Adem¨¢s, desde el a?o 2012, la Formaci¨®n Bruta de Capital Fijo est¨¢ por debajo del consumo de Capital Fijo. El Programa de Estabilidad refleja que esta situaci¨®n se mantendr¨¢ hasta 2017. De cumplirse, ser¨ªan seis a?os de depreciaci¨®n neta de nuestro capital p¨²blico, lo que tendr¨ªa efectos nefastos sobre la calidad, el funcionamiento adecuado del mismo y del PIB potencial de nuestra econom¨ªa. No habr¨¢ m¨¢s remedio que aumentar la inversi¨®n por encima de lo que dice el programa, si no queremos que nuestras carreteras, aeropuertos o v¨ªas f¨¦rreas se caigan a pedazos dentro de cuatro a?os.
Pero no toda la reducci¨®n del d¨¦ficit se har¨¢ por el lado del gasto. El programa refleja un aumento de los ingresos. Estos crecer¨¢n en 1,2 puntos porcentuales del PIB debido tanto al aumento de los impuestos sobre producci¨®n (1,1 puntos del PIB) como de los impuestos sobre la renta (0,7 puntos del PIB). En el periodo 1995-1999 los impuestos de la producci¨®n subieron 1,6 puntos del PIB, sobre todo debido a la burbuja inmobiliaria. Ahora no esperamos esta v¨ªa de ingresos, as¨ª el programa solo es compatible con un aumento impositivo (l¨¦ase el IVA), que el Gobierno se niega a reconocer. O hay aumentos impositivos (o en su defecto, aumento del n¨²mero de bienes y servicios gravados al tipo m¨¢ximo) o ser¨¢ imposible un crecimiento del ingreso como el que se recoge el programa.
El Programa de Estabilidad presentado es muy ambicioso, en t¨¦rminos de reducci¨®n de gastos y de aumentos de ingresos, pero poco veros¨ªmil. Creemos que el Gobierno no ser¨¢ capaz de llevarlo a cabo a menos que se tomen medidas adicionales; es decir, al menos que se lleven a cabo recortes y aumentos impositivos como los efectuados en los ¨²ltimos a?os. Es imposible creer que el Gobierno va a poder cumplir con su programa sin realizar una reforma fiscal que aumente los ingresos o sin implementar otra ola de recortes como los vividos durante 2012 y 2013.
La consolidaci¨®n fiscal de los a?os noventa fue prodigiosa y digna de admiraci¨®n. Pero debemos recordar que se dio en circunstancias de viento a favor y ante la expectativa de entrada en el euro. Las circunstancias no son las mismas a d¨ªa de hoy. Por ello, nos parece que es imposible seguir la senda presentada en el Programa de Estabilidad, si no se toman medidas adicionales. En breve escucharemos voces desde Bruselas pidi¨¦ndolas. Ser¨¢ como el despertar de la Alicia de Carroll a orillas del r¨ªo T¨¢mesis en una calurosa tarde de verano.
Jos¨¦ Ignacio Conde-Ruiz (Universidad Complutense) y Juan Rubio-Ram¨ªrez (Universidad de Duke). Ambos son investigadores de FEDEA.
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