Con los ojos de una generaci¨®n nueva
Necesitamos un relato y una realidad atractivos que ganen a j¨®venes y mayores
En los ¨²ltimos d¨ªas se han producido en Espa?a dos acontecimientos, estrechamente ligados con el futuro de nuestro pa¨ªs: las elecciones europeas y la abdicaci¨®n del rey Juan Carlos I. Ante ellos una serena reflexi¨®n se hace imprescindible.
El resultado de las elecciones europeas tendr¨ªa que haber hecho saltar las alarmas en los partidos pol¨ªticos mayoritarios y en las instituciones. El aumento de los votos en el haber de partidos habitualmente minoritarios y el espectacular surgimiento de otros nuevos, como Podemos, son muestra fehaciente de que buena parte de la ciudadan¨ªa experimenta una profunda insatisfacci¨®n. No se trata ya s¨®lo de manifestaciones en la calle ni de proclamas en las redes sociales, sino de que un buen n¨²mero de ciudadanos, en voto secreto, ha expresado su rechazo contundente a lo que se est¨¢ haciendo, tanto en la Uni¨®n Europea como en Espa?a.
Naturalmente, algunos de ellos ser¨¢n los habituales ¡°antisistema¡±, pero la mayor parte cree en un sistema democr¨¢tico y, precisamente por eso, se siente estafada y frustrada en sus aspiraciones leg¨ªtimas. Que este descontento haya podido mostrarse en papeletas, y no con cifras imaginadas, es una de las grandezas de la democracia representativa. Tomar buena nota del descontento y cambiar radicalmente el modo de actuar en cuestiones de justicia es la ¨²nica salida leg¨ªtima.
Claro que es posible alegar que no se pueden extrapolar los resultados de las elecciones europeas a las nacionales y que en estas ¨²ltimas, que ser¨ªan las realmente importantes, las aguas volver¨¢n a su cauce. Pero este proceder, t¨ªpico del avestruz, es inadmisible.
Por una parte, porque muchos ciudadanos han votado pensando en Espa?a, pero tambi¨¦n en la Uni¨®n Europea, y han experimentado que la Europa Social, verdadero coraz¨®n de Europa, ha quedado en un brindis al sol. Las instituciones no asumen que el sufrimiento de los inmigrantes es un asunto urgente para toda la Uni¨®n, pero tampoco que la lacra del paro, la pobreza de las familias y el hambre infantil no se superan pidiendo sacrificios a los m¨¢s d¨¦biles. Por el contrario, crear riqueza real desde la cooperaci¨®n es el camino.
La trayectoria del pr¨ªncipe Felipe lleva a confiar en que ser¨¢ un excelente c¨®mplice de ciudadanos y pol¨ªticos
Pero tambi¨¦n la ciudadan¨ªa ha votado en estas elecciones poniendo sus ojos muy especialmente en Espa?a, y la experiencia dolorosa del paro ¡ªno las fr¨ªas cifras¡ª, el ¨¦xodo de miles de j¨®venes, los esc¨¢ndalos de corrupci¨®n, los sueldos blindados millonarios, el hecho de que escuelas p¨²blicas no cierren en verano para que los ni?os puedan comer una vez al d¨ªa han llevado a muchos ciudadanos a optar por partidos que no han tenido oportunidad de gestionar el poder pol¨ªtico. No les ha convencido el refr¨¢n ¡°m¨¢s vale malo conocido que bueno por conocer¡±, ni siquiera el miedo a caer de la sart¨¦n al fuego. Han llegado a la convicci¨®n de que el voto ¨²til no es el que refuerza lo que se est¨¢ haciendo, sino el que permite abrir caminos nuevos. Ante esta situaci¨®n, ?c¨®mo construir un futuro en el que nadie quede excluido?
Espa?a necesita una realidad y un relato atractivos y seductores, capaces de cautivar a las nuevas generaciones y a las que llevan ya a sus espaldas a?os de historia, a los que sienten que ¨¦sta es su patria y a los que, de forma m¨¢s o menos consciente, querr¨ªan recuperarla. Necesita ofrecer un proyecto de convivencia ilusionante, en el que merezca la pena participar activamente. Y ese proyecto ha de poner en primer t¨¦rmino las leg¨ªtimas exigencias de justicia de los ciudadanos, empezando por los m¨¢s d¨¦biles, que es la ¨²nica forma de crear cohesi¨®n social aut¨¦ntica y de contar buenas historias.
Qui¨¦nes han de ser los protagonistas de ese relato atractivo est¨¢ bien claro. Los ciudadanos, en primer t¨¦rmino, que deber¨ªan ser los agentes y los beneficiarios de la vida democr¨¢tica, aquellos por los que existe y para los que existe. Tambi¨¦n los partidos pol¨ªticos, que han de aprender de la experiencia electoral. Los mayoritarios, a tomar como prioridad las necesidades y los derechos de las gentes, empezando por la erradicaci¨®n de la pobreza, la ayuda a la dependencia o la potenciaci¨®n de las empresas para que creen trabajo. Los partidos minoritarios, los que no han gestionado el poder, adem¨¢s de denunciar las lacras, tienen que hacer propuestas no s¨®lo moralmente deseables, sino tambi¨¦n realmente viables.
Y en una monarqu¨ªa constitucional, como la nuestra, un protagonista del futuro, un protagonista del relato es tambi¨¦n el rey. Justamente en estos d¨ªas se ha producido la abdicaci¨®n de Juan Carlos I, el rey que desde hace casi 39 a?os ha venido apoyando con su actuaci¨®n y su impulso que Espa?a sea una sociedad democr¨¢tica y plural, abierta al mundo, y muy especialmente a ese mundo tan nuestro, que es el de Iberoam¨¦rica. En breve recoger¨¢ la antorcha quien ser¨¢ coronado como Felipe VI, llevando a cabo ese recambio generacional, que es ley de vida biol¨®gica y tambi¨¦n de vida social. Afortunadamente, la trayectoria del pr¨ªncipe Felipe lleva a confiar en que, con los ojos propios de una generaci¨®n nueva, ser¨¢ un excelente c¨®mplice de ciudadanos y pol¨ªticos en la tarea de construir, con su respaldo, una Espa?a que tenga por coraz¨®n la preocupaci¨®n por la justicia y el sentido de la compasi¨®n.
Adela Cortina es catedr¨¢tica de ?tica y Filosof¨ªa Pol¨ªtica de la Universidad de Valencia, miembro de la Real Academia de Ciencias Morales y Pol¨ªticas, y directora de la Fundaci¨®n ?TNOR.
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