17 fotosLa tradici¨®n contra la mujerEn Nepal la ley proh¨ªbe el matrimonio infantil, la violencia de g¨¦nero y el pago de una dote por cazar a una hija. Son, sin embargo, pr¨¢cticas habituales que limitan extremadamente los derechos de las mujeres y afectan a su bienestar y saludAlejandra AgudoNepal - 04 jun 2014 - 19:24CESTWhatsappFacebookTwitterBlueskyLinkedinCopiar enlaceUna de las m¨²ltiples causas del elevado ¨ªndice de casos de prolapso uterino (mujeres a las que se les cae y sale el ¨²tero por la vagina) en Nepal es que ellas realizan todos los trabajos f¨ªsicos como transportar le?a, cereales o agua sobre sus cabezas para llevarlos al hogar por caminos de tierra durante varias horas bajo el sol en la ¨¦poca seca y la lluv¨ªa cuando empieza el monz¨®n. Es un esfuerzo que realizan aunque est¨¦n embarazadas o hayan dado a luz d¨ªas antes. La falta de reposo provoca que sus m¨²sculos no tengan tiempo suficiente para fortalecerse despu¨¦s del parto y acaben por ceder dejando caer el ¨²tero.ALEJANDRA AGUDOChandari Mandal (a la izquierda) tiene prolapso uterino desde que tuvo a su segundo hijo. "No sal¨ªa y me dijeron que empujara m¨¢s fuerte. Lo hice y se me sali¨® tambi¨¦n el ¨²tero", explica. Con todo, a los seis d¨ªas volvi¨® a trabajar y caminar varios kil¨®metros para llevar agua a casa. Se considera afortunada porque su marido y familia pol¨ªtica la han apoyado desde que se enteraron de su problema. "Mi nuera y me esposo me ayudan en casa. No me dejan hacer ning¨²n trabajo duro", dice sentada en la cl¨ªnica m¨¦dica en Bishanpur Kati. Ha llevado a la consulta del m¨¦dico a dos mujeres de su pueblo para que les hable de su salud y del prolapso uterino. "Cuando a m¨ª me pas¨®, tard¨¦ mucho en que me viera el doctor porque estaba asustada. La gente de la comunidad me dec¨ªa cosas confusas", recuerda.ALEJANDRA AGUDOManju Devi Yadav, de 26 a?os, tiene cuatro hijos (tres ni?as y un chaval). Cuando tuvo su primera regla, sus padre la casaron. Cuatro meses despu¨¦s se qued¨® embarazada y tuvo a su primog¨¦nito con 12. Un a?o m¨¢s tarde, pari¨® a su hija mayor, que hoy tiene 13 a?os. Desde entonces sufre prolapso uterino. "Me tuvieron seis d¨ªas en una habitaci¨®n aparte y com¨ªa solo jengibre y az¨²car negro", recuerda. A las mujeres se las mantiene unos d¨ªas separadas del resto de familia tras el parto porque se las considera impuras, denuncia Amnist¨ªa Internacional. "S¨¦ que esto tiene que parar. Que los ni?os no deben casarse tan pronto. Pero no tengo ayuda y tendr¨¦ que buscar unos buenos chicos para mis hijas. Soy una mujer, ?qu¨¦ puedo hacer?", lamenta. Su hijo, de 14, ya ha contra¨ªdo matrimonio. "Es muy travieso. No pude hacer nada por evitarlo".ALEJANDRA AGUDOUna consejera de la ONG Worec ha llevado a varias mujeres de su comunidad para que el m¨¦dico de la zona les explique qu¨¦ es el prolapso uterino, c¨®mo se puede prevenir y, en caso de que aparezca, c¨®mo hay que tratarlo. Este tipo de encuentros son organizados por las voluntarias y trabajadoras de ONG nepal¨ªes como Worec y Caed, cuya labor es detectar casos de prolapso uterino (y otros problemas de salud), malos tratos o violaciones en sus propias comunidades para despu¨¦s hablar con las v¨ªctimas y asesorarlas sobre lo que tienen que hacer. Este tipo de labor les acarrea, en ocasiones, importantes problemas personales, pues hombres y mujeres contrarios a su actuaci¨®n y las ideas de igualdad que difunden las acosan e insultan. Sin embargo, aquellas que sufr¨ªan en silencio y han requerido de su apoyo, piden que haya m¨¢s como ellas.ALEJANDRA AGUDOSobre las mujeres rurales en Nepal no solo recaen las tareas del hogar como ir en busca de agua y grano a varios kil¨®metros de distancia. Tambi¨¦n trabajan en el campo, recogen, limpian, apilan y transportan la ramas de madera con las que luego construyen los tejados de sus hogares o venden a otros. Lo hacen desde que son ni?as. No importa que sean las cuatro de la tarde y el calor sea insoportable. Tampoco que est¨¦n embarazadas o haya parido recientemente. Ellas son las que trabajan. Debido a ello, y la edad temprana a la que tienen hijos, dejan pronto la escuela, lo que explica la elevada tasa de analfabetismo femenino en el pa¨ªs, un 40%.ALEJANDRA AGUDOHace tres a?os, Kamali Devi Paswan fue a uno de los campamentos m¨¦dicos que el gobierno nepal¨ª monta cerca de los pueblos una vez al a?o para operar a mujeres que tienen prolapso uterino. All¨ª le dijeron que ten¨ªa que somerterse a cirug¨ªa, pero no se la realizaron. Su marido le ha prometido que, cuando consiga un trabajo en India, le pagar¨¢ la operaci¨®n en una cl¨ªnica privada. Pero Kamali Devi cree que tiene otros motivos: "?l quiere tener un hijo m¨¢s". Ya tienen tres (de siete meses, nueve y diez a?os) y antes hab¨ªan tenido otros dos, que fallecieron. "Ir¨¦ en contra de mi marido la pr¨®xima vez que venga el campamento. S¨¦ que me pegar¨¢, pero tengo mucho dolor", dice atrevida. La imposibilidad de poder curarse y la falta de apoyo provoca, seg¨²n los expertos, importantes problemas psicol¨®gicos en estas mujeres. El 80% de las que sufren prolapso dicen no tener ninguna esperanza en la vida, revela una encuesta del UNFPA. Para descargar la rabia y soledad que dice sentir Kamali Devi, cree que ella y otras mujeres en su situaci¨®n necesitan m¨¢s apoyo. "Consejeras con las que podamos hablar claramente". ONG nepal¨ªes como WOREC o el CAED forman a f¨¦minas locales para que escuchen y aconsejen en materia de salud y derechos.ALEJANDRA AGUDOAunque hay mujeres cr¨ªticas con su propia situaci¨®n que pelean como pueden para que sus hijas no est¨¦n abocadas a repetir su historia, no todas lo son. Tetri Devi Yadav, que cree que su edad est¨¢ entre 25 y 27 a?os, tiene cuatro hijas (de diez, ocho, tres y un a?os), y solo piensa en tener un ni?o porque cree que los hijos varones son los que abren la puerta al cielo a sus progenitores. Por eso no se ha operado de su prolapso uterino, que padece desde que dio a luz a su primog¨¦nita. Desde hace dos a?os que visit¨® al m¨¦dico no ha vuelto a hablar con nadie de su problema. Aunque su prolapso no es su mayor preocupaci¨®n: "Mi problema es que no tengo un hijo. Pienso mucho en concebir uno. Mi suegra y mi cu?ada me maltratan porque solo tengo hijas. Y me han intentado echar de casa". Con cuatro chicas, una a punto de entrar en la pubertad, Tetri Devi no cree que ellas vayan a tener una vida distinta de la suya. "No puedo romper la cultura", explica. ?Cu¨¢l es entonces su sue?o? "Tener un hijo".ALEJANDRA AGUDOLas paredes son de adobe y el techo est¨¢ fabricado de ramas finas de madera atadas. "Yo hice esa pared durante uno de mis embarazos", dice Tetri Devi para explicar el gran esfuerzo que hizo y el que cree que es uno de los motivos por los que en el parto su d¨¦bil ¨²tero se cay¨®. La vivienda es una casa humilde como lo son las que salpican las zonas rurales de Nepal y que muy posiblemente tengan que reconstruir cuando llegue el monz¨®n. El acceso es, adem¨¢s, complicado pues el camino de tierra que conecta el pueblo (Bhediya-2) con la ciudad m¨¢s cercana est¨¢ cortado por un r¨ªo. En la ¨¦poca seca se puede cruzar a pie o en coche, pero durante la temporada de lluvias, cuando el agua sube, hay que dar un importante rodeo. Perderse es f¨¢cil. La mala comunicaci¨®n es uno de los principales motivos por los que las mujeres dan a luz en las casas, sin atenci¨®n m¨¦dica. Esto eleva el riesgo de mortalidad materna e infantil y de tener complicaciones como el prolapso uterino.ALEJANDRA AGUDOEl matrimonio infantil es ilegal en Nepal. Sin embargo, es una pr¨¢ctica muy habitual casar a la hijas en su adolescencia, incluso antes de que hayan tenido su primera menstruaci¨®n. As¨ª, la dote que tienen que pagar los padres por el casamiento -tambi¨¦n prohibida-, es menor. El propio censo del pa¨ªs desvel¨® en 2011 que el 29% de las adolescentes menores de 19 (la edad legal para enlazarse) estaban casadas ¡°informalmente¡±. Los datos del UNFPA de 2013 completan el cuadro: la media de edad a la que se casan las nepal¨ªes es a los 15 a?os (14 entre las pacientes de prolapso uterino). A los 19, la mayor¨ªa (74%) ya ha sido madre.ALEJANDRA AGUDOChandrawati Mahato sonr¨ªe al decir que ahora se siente bien. Hace tres a?os, despu¨¦s de 20 sufriendo prolapso uterino en silencio, ya no soportaba el dolor y no pod¨ªa trabajar. Fue a ver a una consejera de mujeres de la ONG Worec, que le aconsej¨® que se operase. "Ten¨ªa verg¨¹enza. Las mujeres de la comunidad te critican porque existe el pensamiento de que te ocurre por el karma. Hasta mi nuera me humill¨® cuando se enter¨® de mi problema", dice para justificar el secretismo. Ahora sabe que lo que le pas¨® no fue por malas acciones de sus ancestros. "S¨¦ que me cas¨¦ joven [con 12], tuve hijos muy pronto [a los 15] y realizaba trabajos muy duros. Empec¨¦ a trabajar seis d¨ªas despu¨¦s del parto. Pero mis suegros me presionaban para que lo hiciera. Si no, me pegaban. No ten¨ªa opci¨®n". Su marido, conocedor de su problema, tambi¨¦n la obligaba a hacer labores f¨ªsicas bajo la amenaza de ser golpeada. Con todo, cuando lleg¨® el momento de la operaci¨®n, la apoy¨®.ALEJANDRA AGUDOEn la regi¨®n de Siraha, al sureste de Nepal, el paisaje est¨¢ salpicado de peque?as poblaciones de viviendas donde las vacas y las personas solo est¨¢n separadas por un tabique de adobe. Animales y humanos tambi¨¦n compartes las calles, unos caminos de tierra por los que es f¨¢cil ver caminar a la gente descalza. Sin un sistema de alcantarillado, ni agua potable o saneamiento, las mujeres recorren varios kil¨®metros a pie cargadas con garrafas para llenarlas de agua en la ciudad o fuente m¨¢s cercana. Algunas viviendas cuentan con un pozo del que extraen agua subterr¨¢nea sin que haya sido depurada o haya pasado alg¨²n tipo de control sanitario.ALEJANDRA AGUDOEn las zonas rurales, donde el peso de la tradici¨®n es fuerte y las tasas de analfabetismo se disparan -en el pa¨ªs el 40% de las mujeres y el 22% de los hombres lo son- ellas son las que trabajan. No es extra?o encontrarse a las f¨¦minas portando madera, cereales o agua, mientras ellos descansan sentados a la sombra. La postal se repite en los poblados. Las tasas de violencia de g¨¦nero hablan de lo que ocurre despu¨¦s dentro de las casas. Un informe de la oficina del primer ministro nepal¨ª de noviembre 2012 arrojaba terribles cifras: el 48% de las mujeres hab¨ªa sufrido malos tratos alguna vez; de las que dec¨ªan tener pareja, el 41% era maltratada por ella. El 60% de las v¨ªctimas nunca hab¨ªa recibido alg¨²n tipo de ayuda.ALEJANDRA AGUDOPara los casos leves de prolapso uterino (cuando se ha ca¨ªdo pero no se ha salido del cuerpo), hay una soluci¨®n menos dram¨¢tica que la histerectom¨ªa. Unos anillos de goma de siete cent¨ªmetros de di¨¢metro pueden sujetar el ¨®rgano en su sitio. El doctor Ganga Ram Sah muestra uno a un grupo de mujeres que ha acudido a su cl¨ªnica para escucharle hablar sobre el prolapso uterino. El m¨¦dico reconoce que, por falta de infraestructuras e instrumental, no puede colocarlo en su consulta. Un impedimento para las mujeres pobres que no tienen transporte para acudir a un hospital cada tres meses, plazo en el que hay que cambiarlo. El Gobierno de Nepal se ha comprometido a adquirir 10.000 unidades de unos nuevos modelos de PVC, m¨¢s caros pero que duran 10 a?os. Es una cantidad muy inferior al n¨²mero de mujeres que, seg¨²n c¨¢lculos del UNFPA, necesitan este tipo de tratamiento (400.000).ALEJANDRA AGUDOUno de los riesgos que enfrentan las mujeres que padecen prolapso uterino es el de contraer infecciones. Las condiciones de suciedad en las que viven acrecentan esa posibilidad. Y no solo para ellas. La contaminaci¨®n y suciedad en las calles son problemas visibles. Es f¨¢cil encontrarse con montones de basura en las aceras y la poluci¨®n no deja ver con nitidez el horizonte. En grandes ciudades como la capital (Katmand¨²) son muchos los que pasean con una mascarilla para protegerse de part¨ªculas nocivas.En Bishanpur Kati, en el distrito de Siraha, al sureste del pa¨ªs, Ganga Ram Sah abre su consulta dos o tres veces a la semana. Visiblemente apenado, reconoce que no tiene material suficiente para tratar ciertas dolencias, entre ellas, el prolapso uterino. All¨ª puede realizar chequeos b¨¢sicos y dispensar algunos medicamentos. Con todo, ¨¦l trata de concienciar a los hombres y las mujeres que acuden a la cl¨ªnica para prevenir el prolapso uterino. "Tiene que haber un cambio de las tradiciones como el tener a la mujer en una habitaci¨®n aparte con poca comida despu¨¦s de dar a luz", dice. "Tenemos que dar m¨¢s informaci¨®n y elaborar programas para cambiar esto. Tambi¨¦n con las suegras", detalla consciente que son ellas las que pueden parar pr¨¢cticas negativas para la salud, pues es en sus casas donde viven los matrimonios j¨®venes y las que habitualmente asisten en los partos.ALEJANDRA AGUDOUna ni?a lee uno de los folletos informativos que reparte Amnist¨ªa Internacional para formar en derechos humanos a los m¨¢s peque?os de Nepal. La organizaci¨®n ha iniciado una campa?a para concienciar sobre la magnitud del problema que supone en el pa¨ªs el prolapso uterino. Una cuesti¨®n de salud que, para la ONG, es producto de la vulneraci¨®n sistem¨¢tica de los derechos de las mujeres. En su informe ¡®Cargas innecesarias. La discriminaci¨®n de g¨¦nero y el prolapso uterino en Nepal¡¯, Amnist¨ªa alerta de las elevadas tasas de matrimonio infantil -el 30% de las adolescentes menores de 18 y entre el 15 y el 19% de los chicos, est¨¢n casados-, as¨ª como de embarazos entre adolescentes: a los 19, la mayor¨ªa (74%) ya ha sido madre.ALEJANDRA AGUDOSobre la mesa hay varias promesas del ministerio de Salud nepal¨ª para combatir el prolapso uterino. Las medidas que se han tomado hasta ahora son insuficientes o la implementaci¨®n no ha sido buena, como es el caso de los campamentos para operar a mujeres con este problema, en los que cada doctor hac¨ªa m¨¢s operaciones de las que la l¨®gica m¨¦dica dice que se pueden realizar correctamente en un d¨ªa porque cobraban por cirug¨ªa. As¨ª lo reconoce la directora de la divisi¨®n de Salud Familiar del ministerio, Kiran Regmi. "Soy ginec¨®loga y he trabajado en ¨¢reas remotas. S¨¦ lo que est¨¢ bien y lo que no. Ahora que estoy en pol¨ªtica puedo cambiarlo", asegura. Tras ella, luce el kit de ropa para madres y reci¨¦n nacidos que se entrega a las que acuden a dar a luz en los hospitales para incentivar que dejen de hacerlo en casa. Una medida que busca reducir la mortalidad materna e infantil, en l¨ªnea con los Objetivos del Milenio, explica.ALEJANDRA AGUDO