La nueva ambici¨®n de la dinast¨ªa Kennedy
Robert Sargent Shriver III se meti¨® en pol¨ªtica cuando el Ayuntamiento le oblig¨® a cortar los setos de su jard¨ªn y ahora aspira a ¡®reinar¡¯ en Los ?ngeles como supervisor del condado Sobrino del m¨ªtico presidente de Estados Unidos, se rodea de actores de Hollywood ante la falta de apoyo del Partido Dem¨®crata
Les llaman los cinco reyezuelos por algo. Ese es el mote que tienen los cinco miembros de la junta de supervisores del condado de Los ?ngeles, esos que manejan un presupuesto anual cercano a 20.000 millones de euros para una poblaci¨®n que roza los 10 millones. Hablamos de un condado, conocido como el gran Los ?ngeles, que incluye 88 ciudades y donde el n¨²mero de votantes supera al de 42 Estados en EE?UU. Una influencia considerable para un quinteto de desconocidos fuera de la regi¨®n o de la esfera pol¨ªtica. Un grupo adem¨¢s inamovible, hombres y mujeres aferrados durante d¨¦cadas a sus puestos. De ah¨ª las comparaciones a los reinados de por vida. Pero la llamada realeza angelina est¨¢ a punto de perder el anonimato si los votantes confirman como a uno de sus nuevos monarcas a Robert Sargent Shriver III, el sobrino de John Fitzgerald Kennedy.
Tambi¨¦n es conocido por ser hermano de Mar¨ªa Shriver y, por tanto, excu?ado de Schwarzenegger. Adem¨¢s del hijo de Eunice y Sargent Shriver ¡ªen el origen de los Juegos Paral¨ªmpicos y de las fuerzas de paz, respectivamente¡ª y sobrino de Bobby y Ted Kennedy. Un linaje lo m¨¢s cercano a un apellido de sangre azul en EE?UU. Y ahora es uno de los ocho candidatos a ocupar el puesto de supervisor del condado de Los ?ngeles que tras dos d¨¦cadas deja vacante Zev Yaroslavsky.
¡°T¨ªo, tengo 60 a?os. No hay ning¨²n problema con ello, pero he hecho algo m¨¢s que ser el sobrino de John Kennedy¡±, le gru?¨® Shriver recientemente a la prensa durante su campa?a electoral. De hecho, con un apellido as¨ª es f¨¢cil entender sus ambiciones electorales. Pero por mucho que de casta le venga al galgo, la carrera de Bobby Sargent Shriver III comenz¨® hace una d¨¦cada en el jard¨ªn de su casa. Cuando, como muchos otros vecinos, se opuso a la exigencia municipal de que cortara sus setos. Fue ese el momento en el que este empresario, inversor y millonario con acciones en Starbucks y Harley-Davidson, adem¨¢s de tabacaleras y compa?¨ªas de crudo, el periodista y fil¨¢ntropo, amigo de Bono y parte fundamental del proyecto Product Red para acabar con el sida en ?frica, decidi¨® meterse en pol¨ªtica.
Con una fortuna valorada en nueve millones, ha gastado m¨¢s de 220.000 euros en su campa?a electoral
Desde entonces ha pasado por varios cargos municipales, incluida la alcald¨ªa de Santa M¨®nica, ciudad costera en la que sali¨® elegido edil con el mayor n¨²mero de votos en la historia de la urbe. Ahora es diferente. El poder que acompa?a al cargo de supervisor del condado cuando se trata de Los ?ngeles es muy superior a lo que el heredero de los Kennedy ha manejado hasta hoy.
Tambi¨¦n son los nombres que le apoyan. California al fin y al cabo es un Estado en el que el cine y la pol¨ªtica se dan la mano, una simbiosis que ha parido presidentes (Ronald Reagan), congresistas (Sonny Bono), embajadores (Shirley Temple) o gobernadores (Schwarzenegger), adem¨¢s de dinero para campa?as, sobre todo si son dem¨®cratas. El mejor ejemplo, los 2,2 millones que don¨® Jeffrey Katzenberg, al frente de los estudios DreamWorks, a Obama.
De ah¨ª que, como es de esperar con un apellido as¨ª, entre los que le han tendido una mano a Shriver en esta campa?a, que concluye el 3 de junio, est¨¦n algunos de los m¨¢s grandes de Hollywood: Steven Spielberg, Tom Hanks, David Geffen, Oprah Winfrey o Reese Witherspoon. Adem¨¢s del due?o de la tercera fortuna mundial, Warren Buffett. ¡°Es un candidato con buenas conexiones¡±, reconoci¨® Bill Boyarsky, de la Universidad del Sur de California y encargado de moderar alguno de los debates electorales, subrayando a la prensa que se trata de una persona ¡°con privilegios¡±. Aunque Shriver no es que necesite el dinero de los que le apoyan: su fortuna ha sido valorada sobre nueve millones de euros, de los que parece haber gastado m¨¢s de 220.000 en su campa?a. Algo que el pol¨ªtico justifica asegurando que es uno de esos a los que les gusta ¡°arreglar¡± las cosas, apoyando su apuesta con su dinero.
El retorno de los Kennedy a la pol¨ªtica
Tener el apellido Kennedy, lo m¨¢s parecido a un linaje de sangre azul en EE?UU, vuelve a estar en boga en la pol¨ªtica estadounidense. Joseph Kennedy III, sobrino nieto de JFK, es miembro del Congreso desde noviembre de 2012, y Caroline Kennedy, hija del fallecido presidente, fue nombrada embajadora en Jap¨®n por Barack Obama en noviembre de 2013. Ahora Robert Sargent Shriver III aspira a aumentar su poder en Los ?ngeles.
Shriver no es la ¨²nica conexi¨®n con Hollywood de una campa?a electoral donde su mayor rival es Sheila Kuehl, de 73 a?os, la primera lesbiana reconocida en la legislatura californiana y quien en su d¨ªa fue actriz infantil, un claro producto de la industria que se asienta en un condado donde hasta las dependientas tienen un guion debajo del brazo. Alguien en apariencia m¨¢s cercano al distrito que tiene que elegir nuevo supervisor, residentes del valle de Los ?ngeles donde viven no las grandes estrellas, sino aquellos con carreras m¨¢s precarias y parecidas a la de Kuehl. Adem¨¢s, iron¨ªas de iron¨ªas, el apellido de m¨¢s renombre entre los dem¨®cratas no cuenta con el apoyo del partido, algo que se ha ganado Kuehl. Eso no quita para que los dos candidatos m¨¢s re?idos defiendan agendas similares, preocupados por el tr¨¢fico de Los ?ngeles y pensando en la mejor manera de implementar nuevas v¨ªas de transporte p¨²blico o deseosos de construir un plan de ayuda de viviendas para los veteranos de guerra que alivie el problema de los sin techo. Eso adem¨¢s de fomentar el empleo en un condado afectado con gran dureza por la crisis.
El pr¨®ximo monarca del condado tiene bastante trabajo por delante, y ah¨ª es donde al heredero de los Kennedy le cae la bronca, especialmente entre los que le describen como un ¡°diletante¡±, un ni?o rico metido a la pol¨ªtica porque le obligaban a cortar los setos. Pero ah¨ª es donde viene muy bien eso de llamarse Kennedy, incluso cuando uno intenta ¡ªde boquilla¡ª separarse de su linaje. ¡°Vengo de una familia con una larga tradici¨®n de dejar huella¡±, espet¨® Shriver a sus cr¨ªticos. O como suele decir en sus m¨ªtines, su rival es el PC en una pugna donde ¨¦l es el Mac.
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