La fiesta nacional
El protagonista del espect¨¢culo, es decir, el toro bravo, siempre me ha parecido un animal hermos¨ªsimo. Cuando sale al ruedo, bufando poderoso y ¨¢gil, muestra una estampa que ha inspirado a artistas de todo tipo. El encuentro con el otro protagonista, el torero, no deja de ser tambi¨¦n hermoso. El capote se convierte en trampa con el que burlar las embestidas del animal. Hasta aqu¨ª, por favor, que siga la fiesta. Pero esto es un breve sue?o, porque inmediatamente aparece esa otra estampa, en la que un jinete armado con una puya y parapetado en badanas, cita al toro para dejarlo apto para la lidia. A partir de este momento, el espect¨¢culo se vuelve desigual y cruel.
C¨®mo me gustar¨ªa que se produjese una revoluci¨®n total en este espect¨¢culo donde la hermosa estampa del bravo animal permaneciese intacta. As¨ª la Fiesta Nacional (?vaya fiesta!) no estar¨ªa ba?ada de sangre, que siempre va unida a violencia.¡ª Mar¨ªa Jes¨²s Alonso Henares.
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