Beyonc¨¦ o el arte de salir indemne
Ha logrado revertir a su favor la noticia de la bronca entre su hermana Solange y su marido, Jay Z El mensaje, a pesar de su sobreexposici¨®n medi¨¢tica, es claro: ella es la ¨²nica due?a de su imagen
Beyonc¨¦ no est¨¢ acostumbrada a lidiar con esc¨¢ndalos. En casi dos d¨¦cadas de carrera no ha protagonizado ning¨²n incidente como los que han manchado las trayectorias de iconos de su misma generaci¨®n. La falta de pr¨¢ctica no evit¨® que saliera airosa hace unas semanas cuando se filtraron unas im¨¢genes en las que su hermana, Solange, intentaba agredir en su presencia a su marido, el rapero Jay Z. Fue durante la prestigiosa MET Gala en Nueva York. La noche siguiente, la cantante acud¨ªa a un partido de baloncesto con su esposo, ajenos a la conversaci¨®n que bull¨ªa en los medios y en las redes sociales. Veinticuatro horas m¨¢s tarde, Jay Z y Solange sal¨ªan juntos de compras. Cualquier especulaci¨®n sobre las razones del ¡°desafortunado incidente¡± hab¨ªan sido arrancadas de ra¨ªz con un comunicado: ¡°Nuestra familia lo ha solucionado. Cada uno asume su responsabilidad y reconoce el impacto de este asunto privado en la opini¨®n p¨²blica¡±. Caso zanjado.
Como cada intento para desestabilizar a la diva que domina actualmente la esfera musical de Estados Unidos, la cantante lo convirti¨® en una oportunidad para demostrar que solo ella es due?a de su imagen. No hay an¨¦cdota en la que Beyonc¨¦ no haya tomado las riendas para reinventar un esc¨¢ndalo en forma de golpe de autoridad. En enero de 2013 fue su interpretaci¨®n en playback del himno nacional durante el acto de investidura de Barack Obama. D¨ªas despu¨¦s, Beyonc¨¦ comparec¨ªa en una rueda de prensa acerca del concierto que iba a dar en la final de la Super Bowl de ese a?o. Rodeada de c¨¢maras, micr¨®fono en mano, sonrisa impecable, se plant¨® en el escenario para entonar el homenaje a la bandera de las barras y estrellas. No necesit¨® un comunicado para ahogar las conjeturas sobre por qu¨¦ hab¨ªa empleado una grabaci¨®n en Washington.
Beyonc¨¦ ya no es la adolescente de Destiny¡¯s Child, la banda con la que alcanz¨® la fama y que, guiada por su padre, form¨® con Kelly Rowland a finales de los noventa. En 2003, la cantante de Houston (Texas) decidi¨® emprender su carrera en solitario con Dangerously in love. Vendi¨® 11 millones de copias. Era solo el comienzo. Su fortuna est¨¢ valorada en 350 millones de d¨®lares, ha despachado 118 millones de discos y acumula ya 17 grammys, cinco de ellos de su primer ¨¢lbum.
Pero desde sus primeras apariciones con Destiny¡¯s Child hasta la actualidad, todo lo que hace Beyonc¨¦ parece hilado con la misma determinaci¨®n. Como si desde que bailara en el sal¨®n de su casa hasta cuando decidi¨® prescindir de su padre como representante supiera que iba a llegar hasta aqu¨ª. El secreto de Beyonc¨¦ es estudiado por gestores de marcas, publicistas, expertos en redes sociales, estudiosos del marketing, soci¨®logos y hasta centros universitarios. Rutgers acaba de estrenar una asignatura dedicada a ella.
¡°Estoy muy orgullosa de este trabajo, pero, m¨¢s que por la m¨²sica, estoy orgullosa como mujer¡±, asegur¨® Beyonc¨¦ al presentar su ¨²ltimo disco. Ninguna artista ha hecho una afirmaci¨®n semejante, y menos despu¨¦s de sacudir a la industria publicando una obra de 14 canciones y 17 v¨ªdeos en iTunes. Y sin avisar. ¡°Hay tantas cosas que se cuelan entre la m¨²sica, el artista y los fans¡ No quer¨ªa que nadie revelara cu¨¢ndo sal¨ªa mi disco. Quer¨ªa que sucediera cuando estuviera listo y que fuera directamente de m¨ª a mis seguidores¡±. No dio m¨¢s explicaciones. En apenas 12 horas, 1,2 millones de mensajes en Twitter hablaban sobre el ¨¢lbum visual que lleva su nombre. Vendi¨® 365.000 copias en el primer d¨ªa.
La estrategia de Beyonc¨¦ radica en eliminar todos esos factores que pueden interferir entre su trabajo y su ¨¦xito, su m¨²sica y sus fans, su mensaje y su audiencia. La imagen de Beyonc¨¦ es una sin intermediarios y est¨¢ labrada con la obsesi¨®n de un genio y la dedicaci¨®n de un artesano. Acostumbrada a vivir rodeada de c¨¢maras desde ni?a, ha llevado la costumbre de su padre, que grababa todos sus movimientos, hasta el extremo de registrar tambi¨¦n todas y cada una de sus entrevistas, tal y como confes¨® a GQ. Esas horas de v¨ªdeo dieron lugar en 2013 a un documental del que fue directora, guionista, productora y protagonista. Life is but a dream es una ventana abierta a la rutina de la cantante, la esposa de Jay Z (se casaron en 2008) y la mam¨¢ de Blue Ivy. Beyonc¨¦ de gira, Beyonc¨¦ en casa, Beyonc¨¦ con jet lag, Beyonc¨¦ extra?ando a su marido.
A medio camino entre una pel¨ªcula promocional y una ventana al backstage de su vida privada, el documental result¨® indescifrable para muchos. Pero hizo justicia de principio a fin a una artista que escoge cada p¨ªldora que comparte con sus fans y con la industria. Sus ocho millones de seguidores en Instagram y una audiencia igual de fiel en Tumblr pueden asomarse a rincones de sus conciertos, instantes detr¨¢s del escenario, detalles con Jay Z o con su hija, paseos de camino a la Casa Blanca o descansos en su avi¨®n privado. Nadie como Beyonc¨¦ ha sabido capitalizar hasta ahora el poder de una imagen sobre su ¨²ltimo corte de pelo o el placer de recorrer en bicicleta el puente de Brooklyn sin ser reconocida.
Los medios estadounidenses han dedicado decenas de art¨ªculos a dilucidar c¨®mo consigue la cantante que ¡°todo Internet siga obsesionado con ella¡± (The Atlantic) mientras sigue siendo ¡°La Reina¡± de la industria musical, revolucionando sonidos de tal modo ¡°que hemos olvidado que existen en el mundo del pop porque los invent¨® Beyonc¨¦¡± (The New Yorker).
En los ¨²ltimos a?os, la conversaci¨®n gira cada vez m¨¢s en torno a su papel como mujer. Ella no esconde su feminismo. Y las feministas tampoco disimulan su confusi¨®n ante una artista que se proclama feminista, pero lidera una gira internacional titulada El show de la se?ora Carter. Por no hablar de quienes no pueden casar el feminismo con la claridad con la que Beyonc¨¦ expresa su sexualidad. Mientras EE UU debate si las mujeres pueden ser profesionales de ¨¦xito, madres y esposas, y cada vez m¨¢s voces asumen que en una sola vida caben dos papeles, pero no los tres, la carrera de Beyonc¨¦ grita que s¨ª se puede lograr todo.
Como el secreto mejor guardado de cualquier otro artista consolidado a nivel internacional, las respuestas a la determinaci¨®n de Beyonc¨¦ por dise?ar cada uno de sus pasos y la intensa simplicidad de su mensaje est¨¢n en su trabajo. En sus letras y en las decenas de v¨ªdeos que ha grabado durante sus ensayos, en el perfeccionismo con el que practica nuevos pasos y en la entrega de quien sabe que todav¨ªa le queda algo por aprender. Defiende desde lo alto sus inseguridades m¨¢s humanas. Y no hay micr¨®fono ni c¨¢mara que le hayan impedido reconocer las dificultades de publicar un trabajo tan ambicioso como el ¨²ltimo.
En la canci¨®n Pretty hurts se convierte en aspirante a modelo para denunciar los est¨¢ndares de belleza que estrangulan la felicidad de miles de adolescentes. En No Angel se quita la coraza de quien esconde un mundo complicado ¡°tras una cara bonita¡±. La cantante y actriz compartir¨¢ sus dudas en p¨²blico, pero tambi¨¦n ha brindado con orgullo letras que hablan del liderazgo femenino en Run the world (Girls), revienta estereotipos con el ¡°put a ring on it¡± (ponle un anillo) de Single ladies, y en Flawless incluye parte de un mon¨®logo de la escritora Chimamanda Adichie titulado ¡°Todos deber¨ªamos ser feministas¡±. Con cada verso, Beyonc¨¦ pisa con tacones de plomo una trayectoria que ha dibujado en l¨ªnea recta su camino al estrellato.
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