Cuando los futbolistas pasaron de moda
No solo los pantalones de campana sufren una existencia pendular. Estar de moda para luego dejar de estarlo. Tambi¨¦n los iconos est¨¢n expuestos a esa bipolaridad. Dos Mundiales atr¨¢s, resultaba dif¨ªcil encontrar una revista que no hablara de los futbolistas como referentes de estilo capaces de influir a las masas (eso no era novedad) y tambi¨¦n a dise?adores que hasta entonces miraban con cierto desd¨¦n a este deporte. En sus colecciones, de pronto, uno pod¨ªa olfatear la sombra de los jugadores. Eran los a?os en los que el fen¨®meno David Beckham estaba en su apogeo. Dolce & Gabbana tapizaban las ciudades con anuncios de ropa interior protagonizados por Fabio Cannavaro y cuatro colegas y Calvin Klein hac¨ªa lo propio con un sueco llamado Freddie Ljungberg al que conocimos m¨¢s por sus abdominales que por sus goles. ¡°Los deportistas son nuestros gladiadores contempor¨¢neos", sentenciaba Giorgio Armani en EL PA?S antes de la cita de Alemania en 2006. "Nos cautivan dentro y fuera del terreno de juego con sus haza?as heroicas, vitales, apasionadas y decididas. Inspiran a la sociedad y se han convertido en el nuevo modelo para la cultura moderna¡±. Dolce & Gabbana iban m¨¢s lejos: ¡°Hoy los hombres tienen nuevos iconos, como los futbolistas, y quieren parecerse a ellos y llevar la vida que ellos llevan: saludable, rica y bella, donde el cuerpo masculino se convierte en un objeto de atenci¨®n y deseo que debe ser mostrado, cuidado y pulido".
En plena vor¨¢gine por el final del curso futbol¨ªstico y el inicio del Mundial de Brasil, ?qu¨¦ queda de todo eso? Desde luego, no se puede decir que los futbolistas hayan rebajado su intensidad estil¨ªstica. Ya no est¨¢ Beckham en los campos, pero Messi o Cristiano Ronaldo se tiran a la piscina con arrojo cada vez que tienen que ir a recoger un premio. Otra cuesti¨®n es que, a menudo, se estampen contra el fondo por falta de agua. O que el segundo parezca preferir posar desnudo antes que con cualquier clase de ropa. Y qu¨¦ decir de Diego Simeone, cuya estampa en negro y sus atrevidos peinados podr¨ªan dar pie a una tesis doctoral de semi¨®tica del atuendo. Los equipos, adem¨¢s, sofistican sus equipaciones no deportivas y firman acuerdos con Lanvin o Paul Smith. Sin embargo, los futbolistas ya no ocupan un lugar privilegiado en el imaginario de las pasarelas. No queda rastro de ellos en las colecciones y parecen haber vuelto a su espacio natural. Es decir, a los anuncios de zapatillas deportivas, champ¨² y cerveza, en lugar de a los de marcas de moda.
Pero, ?ejercen los jugadores actuales una menor influencia en la forma en que los hombres visten que la que Beckham y compa?¨ªa tuvieron ocho a?os atr¨¢s? En el mundo real, el f¨²tbol est¨¢ tan presente como siempre. Su entrada y salida de ciertos altares estil¨ªsticos se debe al car¨¢cter caprichoso del sistema, a la molesta man¨ªa de los medios de comunicaci¨®n de hablar de los temas por rachas y a la falta de un personaje tan fotog¨¦nico como Beckham que encarne la tendencia. Tambi¨¦n, por qu¨¦ no decirlo, es posible que m¨¢s de uno haya salido escaldado al buscar el roce con unos muchachos capaces de acometer importantes delirios est¨¦ticos.
A una semana del arranque del Mundial, el f¨²tbol parece ocupar todos los rincones de la informaci¨®n, y eso incluye a las revistas de estilo. Pero excepto para las grandes compa?¨ªas de equipamiento deportivo ¨Cembarcadas en su pelea habitual¨C los h¨¦roes de este deporte no est¨¢n hoy particularmente en el radar de la industria de la moda. En el fondo, era una amistad bastante peligrosa.
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