Los trabajadores pobres y los falsos dilemas del FMI
Funcionarios del FMI se dirigen a la prensa explicando sus recomendaciones para Espa?a.
El FMIllevacuatro d¨¦cadas desembarcando y pontificando en pa¨ªses de medio mundo, a menudo con consecuencias desastrosas. De los desmanes de los programas de ajuste estructural en Am¨¦rica Latina y ?frica durante los a?os 80 y 90 pueden dar cuenta una biblioteca de publicaciones (que incluye sus propios 'mea culpa', por cierto). Y les aseguro que pocas cuestionan la necesidad del ajuste. La cr¨ªtica se centra en la combinaci¨®n de prejuicios ideol¨®gicos y absoluta descarga de responsabilidades con la que operan los funcionarios y expertos de esta instituci¨®n. Existe cierta impudicia en el modo en el que aterrizan como paracaidistas, analizan en cuesti¨®n de semanas realidades extremadamente complejas y se despachan con propuestas que llevan aparejado un considerable sufrimiento de los ciudadanos. Pero no responden ante nadie m¨¢s que ante s¨ª mismos (y Dios, es de esperar).
Por ejemplo, hace unos d¨ªas en Madrid:¡°La sociedad espa?ola quiere mejorar sus salarios y crear puestos de trabajo¡± -dice el jefe de la misi¨®n que 'asesora' al Gobierno-pero ¡°debe hacer una elecci¨®n¡±. En su opini¨®n, el dilema es simple: condenarse a un futuro sin empleo o aceptar ahora la 'flexibilizaci¨®n' salarial (l¨¦ase 'reducci¨®n', porque yo nunca les he escuchado sugerir un incremento de los salarios) y la reforma fiscal ("regresiva", le falt¨® a?adir: rebaja de los impuestos a las empresas y subida del IVA).
El asunto tiene gracia, porque dicho as¨ª parece que a ¡°la sociedad espa?ola¡± le ha entrado el capricho de cobrar m¨¢s para continuar la juerga otro par de d¨¦cadas. Por eso me hubiese encantado escuchar la opini¨®n de estos se?ores sobre el gr¨¢fico que les adjunto, publicadohace unas semanaspor una instituci¨®n tan poco radical como la Comisi¨®n Europea. Lo que dice el gr¨¢fico es que el 12% de quienes tienen trabajo en Espa?a viven en la pobreza, el pa¨ªs con el tercer peor indicador de la UE. De hecho,m¨¢s de la mitad de los espa?oles que viven en la pobreza cuentan con un empleo. Pero son empleos con salarios de juguete y condiciones de pesadilla que no permiten a una familia cubrir los gastos de una alimentaci¨®n completa, comprar los libros de sus hijos o pagar la calefacci¨®n en invierno. Vivir con dignidad, en una palabra. Para un sistema que ha puesto tanto empe?o en el empleo como el ¨²nico indicador del bienestar de los individuos, los datos dan qu¨¦ pensar.
As¨ª que el dilema no es solo entre salarios y puestos de trabajo, sino entre qu¨¦ salarios y qu¨¦ puestos de trabajo, porque los que se est¨¢n creando ahora no nos sirven para salir del agujero de la sociedad dual, sino para cavar m¨¢s hondo. El tipo de matices en los que el FMI pareceno quererse entretener en discutir, apurados como est¨¢n por coger el vuelo de vuelta a su burbuja.
Y si el debate sobre el gasto nos ha llevado a enterrar vivo al enfermo, abramos con seriedad el debate del ingreso, como hizo de manera tan oportuna Teresa Cavero en este blog. O el de la solidaridad intraeuropea, que tantos disgustos ha dado a los pobres alemanes en estas ¨²ltimas elecciones. La alternativa es que ocurra en Espa?a lo que ya ocurri¨® en Grecia, que el FMI salga a los dos a?os de la escabechina diciendo que se les fue la mano. Entonces, qu¨¦ paradoja, las palabras del keynesiano Keynes se har¨¢n tr¨¢gicamente ciertas: "En el largo plazo, todos estaremos muertos".
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