Familias enteras sobreviven faenando en ellas. Algunos ni?os consiguen unas horas lectivas al d¨ªa; otros ni eso
Lima -
Ni?o trabajando junto a su padre en una ladrillera de Huachipa (Lima). Mientras el menor coloca el barro en la gabera para dar la forma de ladrillo, su padre los coloca al sol.Fernando del BerroNi?o amoldando el barro en la gabera. Obtendr¨¢ cuatro piezas que pesan alrededor de 15 kg. Ladrillera de Huachipa (Lima).Fernando del BerroJuan Huachaca voltea ladrillos para facilitar su secado.Fernando del BerroUn ni?o juega al escondite entre los ladrillos. En ocasiones, la ladrillera se convierte en espacio de juego.Fernando del BerroJuan Huachaca descansa unos minutos en su puesto de trabajo en la ladrillera de Huachipa (Lima).Fernando del BerroHermana peque?a de Juan Huachaca. En la ladrillera de Huachipa los ni?os se familiarizan con las herramientas desde muy peque?os.Fernando del BerroLa familia de Juan Huachaca lleg¨® a Lima hace 10 a?os procedente de la regi¨®n andina de Huancavelica. Todos colaboran en la fabricaci¨®n de ladrillos.Fernando del BerroDos ni?os muestran sus cuadernos escolares. Unos 100 ni?os trabajadores reciben clases de apoyo escolar gracias a la ONG ADEVI.Fernando del BerroUna ni?a y un ni?o se asoman desde el exterior a una de las aulas de apoyo escolar de ADEVI. Esta ONG no puede ayudar a todos los ni?os y ni?as de Huachipa, pero al menos un centenar de ellos pasan cada a?o por sus aulas.Fernando del BerroVarios ni?os realizan tareas escolares en el interior de las aulas de ADEVI. Adem¨¢s se realizan juegos y actividades l¨²dicas.Fernando del BerroVarios ni?os pasan el rato durante un descanso en el exterior de las aulas de apoyo escolar de la ONG ADEVI.Fernando del Berro
