4 fotosLa vida en el estadio de la RosaledaAndr¨¦s Perales, conserje retirado del M¨¢laga Club de F¨²tbol, conservar¨¢ la casa desde la que ha cuidado el campo del equipoEscuela de Periodismo UAM - EL PA?SM¨¢laga - 09 jul 2014 - 12:13CESTWhatsappFacebookTwitterLinkedinCopiar enlaceLas vistas desde el porche de Perales son, quiz¨¢, las que so?ar¨ªa cualquier hincha del M¨¢laga. Seg¨²n cuenta, ni siquiera le merece la pena asomarse a la grada durante los partidos que se juegan en la Rosaleda. Echado en el sof¨¢ de su casa, los goles se escuchan de forma certera cada vez que grita la afici¨®n.El estadio de la Rosaleda se termin¨® en 1941, aunque su aspecto actual llega despu¨¦s de dos amplias reformas ¡ªuna con motivo del Mundial de 1982 y otra que coincidi¨® con el cambio de siglo¡ª. Puede acoger a 30.044 espectadores.Justo enfrente de la vivienda de Andr¨¦s Perales descansa el Flecha Azul, el autocar en el que, a partir de 1963, ¨¦l estuvo llevando al M¨¢laga y al Malague?o ¡ªel segundo equipo del club¡ª. "Se tardaban 10 horas en llegar a Madrid y 20 en llegar hasta Barcelona", recuerda el ch¨®fer. En las cuestas, a veces, tocaba bajarse del autob¨²s y empujarlo, algo en lo que tambi¨¦n ayudaban los jugadores. "Dile t¨² a un futbolista de los de hoy que haga eso", r¨ªe otro trabajador de la Rosaleda. Quiz¨¢ por lo valioso de aquellos recuerdos, Perales no duda en referirse a aquella ¨¦poca como la preferida de su carrera.Cada vez que Andr¨¦s Perales entra o sale de su casa, los guardas, subcontratados a otra empresa, le abren las verjas del estadio. Durante casi tres d¨¦cadas cuidar del campo fue su trabajo, aunque ¨¦l lo hac¨ªa solo con su bicicleta y tres grandes canes. Retirado y con 79 a?os a sus espaldas, conserva la casa que le correspond¨ªa como conserje. En ella disfruta de las visitas de sus siete hijos, as¨ª como de sus nuevas mascotas: dos p¨¢jaros, un gato y un perro de compa?¨ªa.