Cuando Hollywood se transforma en el muro de las lamentaciones
Se multiplican los famosos obligados a pedir perd¨®n p¨²blicamente por insultar o meter la pata. Gary Oldman, Pharrell Williams o Shia LaBeauf son algunos de los casos m¨¢s recientes.
![Gary Oldman, en el programa de Jimmy Kimmel.](https://imagenes.elpais.com/resizer/v2/HWSOZ7TN76MASMF5CSLCMSQOC4.jpg?auth=073e1977358476d771c7ac5817ff71b281232abc5d0365e35d77a59cadd13270&width=414)
Cuanta raz¨®n ten¨ªa Elton John al cantar eso de Sorry seems to be the hardest word. Las estrellas de Hollywood han aprendido a decir lo siento. Pero no es tan f¨¢cil como parece. No hay m¨¢s que verlo. El pasado mes de junio se acumularon las disculpas p¨²blicas. El actor Jonah Hill lament¨® haber utilizado insultos hom¨®fobos contra un paparazzi despu¨¦s de ver c¨®mo se sub¨ªa el v¨ªdeo a una web. Justin Bieber prob¨® que su vena provocadora le viene de largo, al tener que entonar el mea culpa por unos v¨ªdeos antiguos en los que hac¨ªa chistes racistas y bromeaba con sumarse al Ku Klux Klan. Shia LaBeouf sali¨® esposado de una funci¨®n en Broadway de Cabaret, a la que acudi¨® como espectador y en la que quiso fumar e interrumpi¨® a cada momento, para acabar anunciando que est¨¢ buscando ayuda para su alcoholismo. Hasta Antonio Banderas anunci¨® el final de sus casi 20 a?os de matrimonio como si necesitara el OK de sus seguidores. El mes acab¨® con las repetidas disculpas de Gary Oldman por sus declaraciones en Playboy, donde escupi¨® contra todos: jud¨ªos, premios, incluso sus propias pel¨ªculas.
Las estrellas de ahora no son peores que las de antes. Simplemente son m¨¢s visibles. Su presencia en las redes sociales, en ocasiones sin filtro, y el apetito constante de los ciclos informativos de 24 horas mantienen a los famosos bajo tal atenci¨®n permanente que lo raro ser¨ªa que no ofendieran a alguien. No hay colectivo o raza libre de susceptibilidades. Incluso Pharrell Williams, autor del hit Happy, ha tenido que salir al paso tras posar en la portada de la edici¨®n brit¨¢nica de julio de la revista Elle ataviado con plumas en la cabeza pidiendo disculpas a los indios nativos americanos por apropiarse de su s¨ªmbolo sagrado.
Si le buscan las cosquillas al gato, seguro que las encuentran. No todas las ofensas son iguales, aunque acaben recibiendo el mismo eco en las redes. Y no todas las disculpas son aceptadas de la misma forma. Bien lo sabe Hugh Grant, a quien le persigue la sombra de haber sido detenido con los pantalones bajados en pleno coraz¨®n de Hollywood con una prostituta cuando a¨²n era pareja de la actriz Elizabeth Hurley¡ aunque hayan pasado casi 20 a?os. El actor busc¨® purificarse en el programa de Jay Leno, cuando el presentador le pregunt¨® a bocajarro: ¡°?En qu¨¦ demonios estabas pensando?¡±. Gracias a este momento televisado, Grant pas¨® de pervertido a ni?o malo pillado en falta. Eso s¨ª, la disculpa lleg¨® dos semanas despu¨¦s de su arresto.
![Pharrell Williams](https://imagenes.elpais.com/resizer/v2/5OY2I3FMPEE2D5LA5UX6K643Q4.jpg?auth=2a85e78ce39379da36c0af0245db8f2bc1afae31a391926bcdd593d66326b024&width=414)
Eran otros tiempos, preinternet, pre redes sociales, cuando programas de variedades como el de Leno canalizaban toda la atenci¨®n. En EE UU estos talk shows siguen siendo el mejor confesionario de las estrellas. De las m¨²ltiples disculpas de Oldman la m¨¢s acertada fue la que dio en el programa de Jimmy Kimmel, cuando se tir¨® por tierra diciendo: ¡°Deber¨ªa ser un ejemplo y una inspiraci¨®n y he sido un gilipollas¡±. Pura escuela Christian Bale, que anim¨® a su interlocutor a que le tomara el pelo todo lo que quisiera por insultar con sa?a a un t¨¦cnico durante el rodaje de Terminator Salvation. Jonah Hill se sincer¨® en el programa rival, el de David Letterman; mirando a c¨¢mara, el actor asegur¨® que quer¨ªa aprovechar su error para servir de ejemplo a otros.
Hay otras f¨®rmulas m¨¢s imaginativas para excusarse. LaBeouf escogi¨® una f¨®rmula art¨ªstica a principios de a?o organizando una?exposici¨®n-performance titulada ?#IAMSORRY en una galer¨ªa de Los ?ngeles. El protagonista de Transformers quer¨ªa as¨ª justificarse ante su err¨¢tica deriva reciente de antiestrella. Nadie le crey¨® y ha vuelto a las andadas. Bieber lo dijo con m¨²sica en su ¨²ltimo ¨¢lbum, Journals. Twitter es una de las v¨ªas preferidas para aquellos que alimentan el contacto directo con su p¨²blico. Es una opci¨®n inmediata aunque no necesariamente cre¨ªble. Fue el canal elegido por Williams. ¡°Estoy genuinamente arrepentido¡±, afirm¨® el cantante, con tal rapidez que a muchos les cost¨® creer que respondiera a un genuino acto de contrici¨®n m¨¢s que al simple placaje de la publicidad negativa para su imagen. Ese es el juego: salir airoso de los propios tropiezos, pero mantener viva la pol¨¦mica. Que sigan hablando, aunque sea mal.
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