La selecci¨®n de Jord¨ª Soc¨ªas, un continente de contrastes
El s¨ªmbolo de la democracia durante m¨¢s de 2.500 a?os contempla a la nueva generaci¨®n de visitantes. Otis Imboden acude como testigo silencioso a las palabras que Maria Tsakonaku dedica a sus oyentes. Esta l¨ªder de la facci¨®n griega de una comunidad cristiana recuerda a unas j¨®venes a punto de emigrar a Australia que, all¨¢ donde vayan, siempre pervivir¨¢ en ellas la cultura bajo la que nacieron.Otis ImbodenVillaviciosa, este pueblo asturiano llam¨® la atenci¨®n de Jules Gervais-Courtellemont. Bajo el sol oto?al, el aire comenzaba a ser fr¨ªo a orillas del Cant¨¢brico, donde retrat¨® a este grupo de campesinos frente a sus casas de piedra. El fot¨®grafo inmortaliz¨® de esta manera una Espa?a con un progreso muy limitado que segu¨ªa viviendo del campo.Jules Gervais-CourtellemontJames A. Sugar retrata el entierro de un irland¨¦s de nombre desconocido que ha recorrido un largo camino para descansar en su ciudad natal, Inisheer, una de las islas de Aran. Falleci¨® en el hospital de Galway, a 40 kil¨®metros de casa. La importancia de las ra¨ªces en la cultura irlandesa justifica el trayecto. Sus restos mortales viajaron en dos barcos hasta su pueblo natal, donde sus amigos le transportan en su ¨²ltimo peregrinaje en la tierra.James A. SugarLos ferris se amontonan en el Cuerno de Oro, el punto que divide Oriente y Occidente en Estambul. Maynard Owen Williams recoge el momento. A un lado, los minaretes; al otro, las corbatas. Los pasajeros est¨¢n a punto de coger barcos de vapor y taxis que circulan por el r¨ªo. Algunos se desplazan cada d¨ªa desde su casa, en un extremo de Estambul, hasta su trabajo, situado al otro lado de la ciudad.Maynard Owen WilliamsWilhelm Tobien retrata a un grupo de ba?istas utilizando un habit¨¢culo muy anticuado en el que sol¨ªan ponerse sus trajes de ba?o (arriba, a la derecha). Al mismo tiempo, un moderno avi¨®n de tipo Junkers 52 sobrevuela la costa ante las miradas atentas de los presentes. Estos aeroplanos fueron luego utilizados mayoritariamente por la aviaci¨®n alemana durante la II Guerra Mundial. Uno de estos modelos era el transporte personal de Adolf Hitler.Wilhelm TobienLas uvas que rebosan los canastos de este grupo de mujeres y ni?os de Ay, en el norte de Francia, ten¨ªan como destino alguna de las bodegas en las que se elaboraba el champa?a m¨¢s exquisito. Todo el pueblo colaboraba en la recogida de fruta, como se puede ver en esta imagen tomada por el mismo fot¨®grafo que el de la instant¨¢nea superior.Jules Gervais-CourtellemontLos callejones en G¨¦nova (Italia) estaban decorados a principios del siglo pasado con la ropa, tambi¨¦n interior, de los vecinos. Hans Hildenbrand recorri¨® el pa¨ªs, desde N¨¢poles hasta Venecia, retratando las pintorescas im¨¢genes que encontraba a su paso. Su objetivo capt¨® las coladas que se secaban de un balc¨®n a otro. ?l prefer¨ªa ver la parte de detr¨¢s de los paisajes, m¨¢s all¨¢ de las fuentes y las soleadas plazas italianas.Hans HildenbrandGustav Heurlin retrata a estas mujeres con aire feliz y esperanzado disfrutando de un d¨ªa de playa a orillas del mar B¨¢ltico. Sin embargo, su optimismo no habr¨ªa de durar mucho. El pa¨ªs reci¨¦n independizado de Rusia volver¨ªa a caer bajo dominio sovi¨¦tico pocos a?os despu¨¦s. Pero eso no era lo peor: la inminente II Guerra Mundial acabar¨ªa con la vida de 200.000 letones.Gustav HeurlinEn Londres, todo gira en torno a Piccadilly Circus, su bullicio atrae todas las miradas. Pero aquel 2 de junio de 1953, David S. Boyer capt¨® una imagen peculiar (arriba) de esta rotonda tantas veces retratada. Sus fachadas visten engalanadas para la coronaci¨®n de la reina Isabel II. La estatua de Eros, a la izquierda de la imagen, estaba enjaulada para evitar que las masas subieran a ella para ver pasar a la monarca.David S. Boyer