El yoga de los famosos es posado
El contorsionismo, un requisito indispensable para ser modelo en la era de Instagram
Un futbolista y una exmodelo metida a dise?adora bien ubicados, ambos, en plena flor de sus carreras y aspectos disponen de un armamento de recursos para reclamar algo de atenci¨®n medi¨¢tica. M¨¢s a¨²n si acaban de ser padres. M¨¢s a¨²n si el futbolista acaba de dejar su puesto en el Bar?a. Pero Carles Puyol y Vanesa Lorenzo han optado por probar un arma mucho m¨¢s certera. A finales de julio, aparec¨ªan en la cuenta de Puyol en Instagram dos im¨¢genes de la pareja practicando yoga. En una, Lorenzo se pon¨ªa de pie apoyada en las palmas de las manos de Puyol, que la levantaba del suelo. En la otra, se colgaba como un murci¨¦lago de las plantas de los pies del deportista, usando sus muslos de supermodelo. El m¨¦rito de dominar esas dos posturas puede ser relativo, pero desde luego es secundario: en una red social como Instagram prima la espectacularidad. Y su acierto fue palpable. Las fotos sumaron m¨¢s de 100.000 Me gusta(moneda oficial del reino imagen). A los dos d¨ªas, el futbolista mostraba la primera pose en v¨ªdeo, para los incr¨¦dulos. Esas dos estampas representan el pie m¨¢s firme que ha puesto en Espa?a la extendida, rentable y neoyorquina fiebre del yoga entre las modelos.
Lorenzo, protagonista indiscutible de ambas im¨¢genes y, de rebote, la madrina de una clase multitudinaria de yoga que patrocinar¨¢ una marca de ropa, hace lo mismo que al otro lado del oc¨¦ano, y desde hace pocos meses, han hecho maniqu¨ªs como Christy Turlington, Gisele B¨¹ndchen, Alessandra Ambrosio, Miranda Kerr o Rosie Huntington-Whiteley. El contorsionismo se ha convertido en requisito indispensable para ser modelo en la era Instagram. B¨¹ndchen se trenza regularmente para sus miles de seguidores, incluso junto a su hija, Vivian, que ya es capaz de hacer la Paloma con ella. Kerr hace el puente en la playa. Huntington-Whiteley se suele autorretratar con el cuerpo entero apoyado en la cabeza. Entre las actrices, Lea Michele ense?a cu¨¢n alto alza una pierna en una direcci¨®n y un brazo en la contraria. Jessica Alba, Michelle Rodriguez y Lindsay Lohan (ella sentada) hacen poses similares.
En el paroxismo de la fiebre por el yoga, hay gimnasios que pagan a modelos por practicarlo en sus escaparates ¡ªTara Stiles lo hizo metida en un cami¨®n con paredes acristaladas que recorr¨ªa las calles de Nueva York¡ª.
Pero ninguna de ellas con el ah¨ªnco de Hilaria Baldwin, la muy d¨²ctil esposa de Alec Baldwin, due?a de su propia academia de yoga desde hace a?os y, por tanto, coronada como celebrity de la temporada gracias a la credibilidad que da estar ejerciendo una moda antes de que lo fuera. Para subir el list¨®n, prometi¨® este a?o que cada d¨ªa publicar¨ªa una foto haciendo una postura aunque no estuviera en el aula. Hoy ya tiene una ejecutando un Guerrero III en un avi¨®n y otra en la que se ejercita en la silla de un sal¨®n de belleza. Gracias a fotos como esa, Hilaria y el resto de las mencionadas disfrutan de un n¨²mero creciente de seguidores y Me gusta, garant¨ªas, hoy por hoy, de que tienen carrera para rato.
El yoga siempre ha estado ah¨ª, pero nunca lo ha tenido tan f¨¢cil para parecer tan relevante. Encaja como un guante con los principios de Instagram de mezclar la cercan¨ªa personal con la semi¨®tica: no hay forma m¨¢s visual de mostrar un buen cuerpo que con una pose bien retratada.
¡°Da una parodia de lo que es el yoga en realidad¡±, alerta desde Nueva York Jennilyn Carson, due?a de Yoga-Dork, un gimnasio que fusiona el fitness con la cultura pop. ¡°Todo esto empez¨® cuando se puso de moda Instagram y solo consiste en gente exclamando: ¡®Mira lo bien que hago estas poses¡¯. Que es lo contrario a lo que deber¨ªa ser el yoga. Las redes sociales han desdibujado lo que era una disciplina milenaria. Esto es otra cosa. Es yoga de famosos. yoga-pop¡±. Tambi¨¦n hay cada vez m¨¢s puristas furiosos que intentan compensar el efecto de esta tendencia publicando fotos de lo que consideran yoga de verdad.
Sea como fuere, desde la academia de Hilaria Baldwin alertan que las aulas est¨¢n a rebosar: el inter¨¦s de Nueva York por el yoga lleva a?os esperando explotar as¨ª. O lo que es lo mismo, a?os esperando explotar aqu¨ª.
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