Alfalfa de Teruel para Buckingham

Castelser¨¢s, un pueblo del Bajo Arag¨®n turolense, est¨¢ en fiestas de agosto. La mayor¨ªa de sus vecinos andan m¨¢s atentos a quien conversa con Juan Carlos Angl¨¦s que a los premios de los juegos populares. Y es que este agricultor, el hijo del pregonero, que enciende las hogueras de San Sebasti¨¢n, ha prendido otro fuego que le ha convertido en noticia de la mano de la alfalfa que cultiva hace 14 a?os. Todo comenz¨® un martes, cuando ¨¦l y un amigo leyeron que los caballos de la reina de Inglaterra, en concreto su yegua Estimate, ganadora en 2013 de la famosa Copa de Oro y segunda en la edici¨®n de este verano, hab¨ªa dado positivo de morfina en un control de dopaje, supuestamente por consumo de pienso contaminado. El amigo le anima a que env¨ªe su alfalfa a la reina y ¨¦l prepara una paca de 22 kilos que sale al d¨ªa siguiente. ¡°Lo que no entiendo¡±, dice mientras su m¨®vil no deja de sonar, ¡°es el revuelo organizado¡±. Juan Carlos sigue sin tener respuesta de la casa real inglesa, ni de la distribuidora de pienso que abastece a los caballos reales, Dodson & Horsell. S¨ª le ha contestado una naviera que se ha ofrecido a llevar el forraje por el mundo. ¡°Ja, ja, ya lo comercializo a trav¨¦s de Caval, una empresa de un pueblo vecino que distribuye a Emiratos ?rabes y a todo el mundo. Pero, bueno, me han escrito¡±. Lo que ocurre es que la alfalfa aragonesa es especial. Arag¨®n produce el 25% en Europa y por su calidad se la conoce como el caviar de las alfalfas. ¡°Por eso los ¨¢rabes la compran para sus caballos¡±.

En Inglaterra hay mucho verde, pero malo, el nuestro es 'caviar', es especial"

¡°Lo raro¡±, reflexiona Angl¨¦s, ¡°es que si la reina quiere tanto a sus caballos, por qu¨¦ no les da lo mejor¡±. Y se responde ¨¦l mismo: ¡°Yo le he ofrecido eso porque en Inglaterra hay mucho verde, pero malo. Nuestra alfalfa es especial, el suelo, el pH, los nutrientes, el agua y el sol¡±. Campa?a de calidad para un producto que cultiva en las 17 hect¨¢reas de la tierra familiar. ¡°Era joven, andaba por Espa?a con Dragados y me cas¨¦. Mi mujer, con tiento, me at¨® al pueblo y me hice cargo de la tierra de la familia. La primera alfalfa fue para un pastor; luego, para unos empresarios catalanes con mucho dinero que criaban caballos; pero la crisis acab¨® con su negocio y con los animales, as¨ª que me met¨ª en Internet y ah¨ª vendo. Nada de p¨¢ginas web, yo coloco mi producto en portales especializados y al precio m¨¢s alto. En alguna ocasi¨®n resulta que el pedido me lo hacen desde un pueblo de al lado¡±.

¡°La alfalfa tiene un problema de volumen, los portes son altos. Y necesita mimos, dedicaci¨®n, hay que trabajarla de noche. Si no, la pierdes¡±. Mientras defiende que el valor de su producto es el de su alto precio ¡ª¡°eso no es especular¡±¡ª , Juan Carlos sue?a con liar peque?as pacas para mascotas. ¡°La herramienta es muy cara, ando en ello¡±. Ahora aguarda la contestaci¨®n real, mientras su esposa, Carmen, y sus dos hijas piensan que la historia se ha desbordado. ?l conf¨ªa plenamente en que llegar¨¢ la carta de palacio. ¡°La reina siempre responde¡±. Es verdad. A Isabel II, Teruel no le es ajeno; el 28 de abril de 1998 dio audiencia al alcalde de la capital. Luis Fern¨¢ndez Uriel, el primer regidor espa?ol recibido por la soberana, le entreg¨® la medalla de los Amantes que le otorg¨® la ciudad por sus bodas de oro con Felipe de Edimburgo. Si el amor de Isabel?II a su esposo le hizo aceptar una medalla, el amor a sus caballos bien merece un env¨ªo de alfalfa aragonesa.